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CERRAR

Policarpa, un camino hacia la paz

Un recorrido por las raíces de una de las zonas veredales de normalización en Nariño.

Por Ingrid García.

​​​​​La implementación del acuerdo de paz entre el Gobierno nacional y la guerrilla de las Farc, encendió nuevamente una luz de esperanza para los habitantes de Policarpa, municipio ubicado en el departamento de Nariño, donde por muchos años confluyeron organizaciones guerrilleras y paramilitares que generaron los más duros episodios de violencia en la historia de ese municipio, ahora allí, se encuentra ubicada una de las zonas veredales de normalización de las dos existentes en este departamento, donde se espera se concentren entre 250 a 300 miembros de las Farc, para dejar las armas.

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La zona veredal se encuentra ubicada en el corregimiento de Madrigal, vereda Betania, finca La Paloma, a un poco más de 3 kilómetros del casco urbano de éste corregimiento, llegar hasta allí es un verdadero reto que requiere de tiempo y resistencia, las vías que intercomunican los corregimientos y veredas de esa localidad se encuentran en pésimas condiciones dificultando el tránsito y alargando los tiempos en los recorridos que años atrás desde Pasto tomaría en promedio 6 o 7 horas y que en actualidad toma un poco más de 9 horas, contando con que hay tramos que deben obligatoriamente recorrerse a pie, una realidad distante de lo que se esperaba con la llegada de esta zona campamentaria.

Foto: Ingrid García

“Dicen que aquí hay un Proceso de paz, que con el proceso van a llegar tantas ayudas, pero acá no se ha visto nada”

Él es Chucho, un habitante del corregimiento de El Ejido, quien junto a su comunidad lidera procesos comunales en busca de ayudas y a través de mingas comunitarias realizan adecuaciones en los tramos más difíciles de transitar de la vía, para el beneficio de sus propios pobladores.

“Se hizo la zona de concentración y que el gobierno les tenía que dar el campamento y hasta ahora no han hecho nada. Ya llegó la primera parte de los guerrilleros que se van a entregar, pero no tienen donde llegar ni donde dormir, están allegados por allí a un lado, pero el lote donde va a ser la concentración, eso está un pantanero, no se puede subir ni en carro para allá”

Como lo manifestó Don Chucho, para llegar allí a la zona veredal, la vía se encuentra totalmente deteriorada, las fuertes lluvias que por estos días se presentan en la región la han agrietado y el lodazal no permite que vehículos ingresen con facilidad al sector, por lo que la llegada de materiales para la construcción del campamento se ha retrasado y los pocos miembros de las Farc que allí se han agrupado, entre 11 y 20 en promedio, se encuentran en unas viviendas de madera temporales mientras logran construir el campamento.

Foto: Alcaldesa Claudia Cabrera.

En el lugar también se encuentra Ramiro, comandante del Frente 29 de las Farc, un hombre alto, corpulento y de pocas palabras, quien en todo momento manifiesta el compromiso de trabajar por el propósito común de los colombianos, la paz.

“Por ahora estamos concentrados en sacar este proceso de paz adelante, en ayudar lo que más se pueda en la implementación y en cumplir a lo que a nosotros nos corresponde como base de esta insurgencia”

Como él, los miembros de las Farc tienen claro su propósito, el de cambiar las armas para buscar el objetivo que siempre se han propuesto, pero esta vez a través de la política, la palabra y la disertación.

Según los cronogramas, se espera que a finales de este mes los miembros de la Farc estén ubicados en la zona verdal del municipio de Policarpa, una zona que hasta la fecha no cuenta con las condiciones de acceso y mucho menos con infraestructura necesaria para albergar a los miembros de esta agrupación, por lo que el Gobierno nacional se verá obligado a trabajar con intensidad para dar cumplimiento a lo pactado en el acuerdo de paz.

Escúche aquí la crónica de Ingrid García.

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