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Lideresas del Tolima: un trabajo agrícola por el bienestar del departamento

Organizaciones de mujeres en los municipios PDET del Tolima buscan generar recursos económicos para la seguridad alimentaria de sus familias.
Fotos: Red de Mujeres Chaparralunas por la Paz
Freddy Nagles

La Red de Mujeres Chaparralunas por la Paz adelanta un proyecto que denominaron 'Ante el Covid-19 Cero Violencia, Mi Casa Produce, Mi Familia se Cuida en el sur del Tolima'. La iniciativa busca garantizar parte de la canasta alimenticia de 110 familias de los municipios de Ataco, Rioblanco, Planadas y Chaparral, municipios priorizados para la implementación de los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial – PDET -, por haber sido territorios que sufrieron en el pasado el flagelo de la guerra.

De acuerdo con María del Pilar Figueroa, coordinadora de la iniciativa, se busca que por estas 110 mujeres de las 10 organizaciones de base garanticen, además de su alimentación, algunos recursos adicionales para solventar la crisis económica y social que trajo consigo la llegada de la pandemia del Covid-19. La escasez de algunos productos como las verduras y los cultivos de pancojer en las plazas de mercado de los municipios del sur del Tolima, motivó a estas mujeres líderes a idear una iniciativa que permitiera a otras de ellas cultivar su propia huerta.

“El proyecto consiste en que las mujeres deben cultivar sus propios productos para nutrir la familia, pero a la vez, que haya un excedente para la autonomía económica en el marco de esta pandemia. Esto fue también porque al comienzo de esta pandemia no había alimentos y venían al pueblo a comprar lo poco que había y tenían que hacer unas filas largas. Y estamos en ese trabajo arduo, de que todas estas organizaciones puedan producir sus alimentos para nutrirse y vender a otros”, reseñó María del Pilar.

Hoy, el proyecto ya trae sus frutos y el impacto en los bolsillos de estas mujeres y hombres se siente, pues ya no se compra muchos alimentos, algunos ya los tienen en sus viviendas. Según sus gestoras, el proyecto tiene como objeto la creación de unidades agrícolas productivas, cuyos frutos serán distribuidos en mercados campesinos itinerantes. El proyecto lo adelantan con recursos de la Secretaría Técnica de ONU Mujeres y del Fondo Mujer, Paz y Seguridad.

“La idea es crear unidades productivas, con lo que vamos a iniciar mercados itinerantes. En el caso de Chaparral, vamos a salir con un motocarro que le llamaremos ‘Sazón y Sabor de tu Tierra’, con productos gestados y producidos por mujeres del sur del Tolima”. En los municipios de Planadas, Ataco y Rioblanco, se tendrá también esta iniciativa, que busca distribuir los productos producidos en las huertas de estas mujeres campesinas y que será lanzada en junio próximo.

Las voces que cultivan

Para Astrid Useche Vargas, de la Asociación de Mujeres del corregimiento Santiago Pérez, en Ataco (Tolima), la iniciativa ha permitido la integración de las mujeres y sus familias.

“Yo trabajo con pollos y con la huerta que tengo con mi esposo. Ahora tengo tomate, cebolla, pepino cohombro, y he vendido, pero no mucho. Se vende 5.000 o 10.000 pesos, pero sirve, y se tiene la comida pa’ la casa”, resaltó esta madre de 59 años de edad y seis hijos.

Así mismo, ha permitido aliviar el bolsillo durante los días de vacas flacas, situación que ha traído la pandemia. En ese sentido, algunas ya reportan algunos incrementos en sus ingresos por cuenta de la huerta.

“Antes, en un mercadito más o menos, se nos iban 150 o 200 mil pesos semanales, pero ahora yo me ahorro 30 o 40 mil pesos porque ya no compro verduras, porque las tengo en la huerta”, explicó.

Esto mismo sucede con Bellanira Rincón, integrante de la Asociación de Familias Emprendedoras Agropecuarias Unidas por la Paz, del corregimiento Las Hermosas, de Chaparral. En sus 60 metros cuadrados de huerta, esta mujer de 63 años de edad y cinco hijos, ha logrado cultivar frijol, zanahoria, cilantro, pepino cohombro, toronjil, tomillo, cebolla larga y cebolla cabezona, con lo que ha logrado mitigar la situación de desigualdad que han vivido muchos allí en la vereda Sauces Hermosas, donde reside.

La ‘soberanía alimentaria’ ha tenido una especial atención no solo entre nutricionistas, sino en los sectores académicos de las ciencias sociales. Los movimientos campesinos de las semillas propias impulsaron el concepto en noviembre de 1996, en el marco de Cumbre Mundial sobre la Alimentación, que se celebró en Roma (Italia). Desde entonces, se viene hablando del tema, tanto así que es la segunda meta que establecen los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

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