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Paca digestora, una estrategia para convertir la basura en abono natural

La paca es una estrategia ecológica que permite aprovechar los residuos que salen de la cocina y del jardín y convertirlos en abono rico en nutrientes y minerales.
Fotos: Valentina Castro.
Valentina Castro.

Para nadie es un secreto que el mal manejo de los residuos sólidos es un problema ambiental que se vive en todo el mundo, el cual afecta la salud humana, contribuye a la proliferación de insectos y roedores que producen epidemias y a la contaminación de fuentes hídricas.

De acuerdo con un informe de la Misión de Crecimiento Verde del Departamento Nacional de Planeación (DNP), Colombia produce aproximadamente 12 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos al año. Del total de esos residuos se estima que el 55.22 % son orgánicos biodegradables y terminan enterrados en los rellenos sanitarios del país, generando emisiones de gases y lixiviados; que son los jugos que genera la basura y son grandes contribuyentes del cambio climático.

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Los residuos orgánicos a diferencia de los inorgánicos, es que son biodegradables, lo que quiere decir que son naturales, se descomponen rápidamente y se pueden transforman en otro tipo de materia orgánica. Dichos residuos son las cáscaras de las frutas y verduras, las sobras de comida no cocinada, huesos, excremento animal y los desechos del jardín, como las ramas, hojarasca y la hierba.

Ante la problemática del mal manejo de los residuos sólidos orgánicos, el tecnólogo forestal Guillermo Silva en 1977, a partir de una travesía que hizo en los bosques del sur de Bolívar, encontró una forma novedosa y ecológica de utilizar dichos desechos y generar abono, la cual llamo la paca digestora.

La paca digestora, como lo expresa Mónica Machado ingeniera ambiental de la Universidad Nacional y miembro del grupo Pacas Digestoras Silvas en Teusaquillo, es una técnica “novedosa, limpia, orgánica y contribuyente”, la cual convierte los residuos en abono natural, no produce malos olores y no contamina el suelo ni el aire.

Según Juan Pablo Pedraza, miembro de la Red de Huertas Comunitarias de Bogotá, la mejor forma de procesar los residuos sólidos orgánicos es desde el prensado de los mismos, como se realiza en la paca. Esto logra que, al comprimir los materiales, ya sea, pisándolos o empujándolos con un palo, se evite la presencia de oxígeno, que es lo que causa malos olores.

Además, este proceso evita la emisión de gases contaminantes a la atmósfera, como metano, amoniaco, los ácidos sulfúricos y la producción de lixiviados que contaminan las fuentes hídricas.

Otros de los beneficios que trae la construcción de las pacas es que no atraen plagas ni insectos, lo cual permiten el cultivo de microorganismos anaerobios e insectos recicladores, los cuales obtienen energía de los residuos y facilitan la descomposición sin contaminación.

En Bogotá, de acuerdo con un mapa de La Red de Huerteras y Huerteros de Bacatá-Región, existen 63 puntos en donde grupos de vecinos de diferentes sectores se organizan para realizar pacas digestoras en espacios públicos, principalmente en parques.

Guillermo Silva  cuenta que aunque este proyecto comenzó en Medellín ya se encuentra en diferentes lugares del mundo como: España, Francia, India y en varias partes de Latinoamérica.

Para consultar el mapa puedes ingresar al siguiente enlace: Paquerxs Bogotá-Red de huerteras y huerteros – Google.

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Asimismo, de acuerdo a estudios del Ministerio de Ambiente el reciclaje orgánico contribuye al impacto ambiental, pues originan progresivamente un recurso denominado abono orgánico que sirve para fertilizar los suelos y las plantas mejorando su falta de nutrientes. Además, reduce el trabajo de extraer, transportar y elaborar nuevas materias primas, lo que trae como resultado una disminución significativa del uso de energía necesaria para llevar a cabo estos procesos, y finalmente, ayuda a mejorar la calidad del aire y el agua.

¿Cómo construir una paca?

Para construir una paca depende de la medida y del espacio que se disponga. Sin embargo, Pedraza explica que preferiblemente se debe construir en un espacio abierto y que la superficie sea hierba o tierra.

Además, se necesita cuatro láminas de madera para el molde, el cual es un cubo con solo cuatro caras laterales, sin tapa ni base, 10-15 kg de desechos orgánicos, residuos de jardín y troncos para la base.

Después de tener construido y ubicado el molde, el siguiente paso es poner los troncos sobre la superficie del molde formando una especie de rejilla de dos niveles, la cual servirá como drenaje. Posteriormente se introduce una capa de residuos de jardín y después solo en el centro de la paca se deposita los residuos orgánicos y luego con más residuo de jardín se cubre la capa anterior incluyendo los bordes del molde.

Se continúa con el ciclo hasta terminar los residuos que se tengan; una capa de residuos de jardín y una capa de residuos orgánicos. Si se quiere, como lo explica Pedraza, sobre la última capa que es de residuos de jardín es posible agregar tierra y sembrar plantas, las cuales crecerán absorbiendo los nutrientes de la paca. 

Por último, se retira las láminas que se usaron para el molde y la paca está lista para que en seis a siete meses sea 150 kilogramos de abono orgánico, ya que lo demás se habría transformado en gas carbónico en el aire, el cual es asimilado por las plantas transformándolo en oxígeno y carbohidratos.

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