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Beatifican a la monja colombiana María Berenice Duque Hencker

María Berenice fue la fundadora de las Hermanitas de la Anunciación, las Misioneras de Jesús y de María y los Misioneros de la Anunciación.
Beatifican a la monja colombiana María Berenice Duque Hencker
Foto: Gobernación de Antioquia - Aníbal Gaviria
Geraldine Zapata

La Santa Misa de este acto fue precedida por el cardenal Marcelo Semeraro, prefecto del dicasterio para la causa de los santos del Vaticano, y concelebrada por monseñor Ricardo Tobón Restrepo, arzobispo de Medellín, así como de otros arzobispos, obispos y presbíteros de diferentes regiones de Colombia y del mundo.

El cardenal Semeraro hizo lectura de la carta apostólica en la que el papa Francisco declaró la beatificación de esta mujer.

Dice el papa Francisco: «la respuesta de María es una frase breve que no habla de gloria, no habla de privilegio, sino solo de disponibilidad y de servicio. He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra (v. 38). María no se exalta frente a la perspectiva de convertirse incluso en la madre del Mesías, sino que permanece modesta y expresa la propia adhesión al proyecto del Señor. María no presume. Es humilde, modesta. Se queda como siempre».

Monseñor Tobón agradeció al cardenal Semeraro por la beatificación de la madre Berenice: “Eminencia reverendísima como arzobispo de Medellín, agradezco a su santidad el papa Francisco por haber proclamado beata a la venerable sierva y alma de Dios María Berenice Duque”.

Vida de la madre María Berenice

María Ana Julia Duque Hencker, como es su nombre de pila, nació en Salamina (Caldas) el 14 de agosto de 1898 en el seno de una familia acérrimamente católica que le inculcó la religiosidad desde que era una niña, no solo a ella, sino a sus 17 hermanos. En su recorrido religioso hizo parte del noviciado de las Hermanas de la Presentación en Bogotá desde el 20 de diciembre de 1917. Posteriormente, tomó hábito el 26 de julio del año siguiente y profesó como religiosa el 21 de noviembre de 1919.

“En el caso de la madre Berenice, todos podemos beber de sus enseñanzas y su doctrina como seguramente ya nos hemos beneficiado de los servicios de las comunidades locales, por lo menos entre nosotros, en la arquidiócesis de Manizales, que han tenido tanto desarrollo y crecimiento, el deseo es que no solo en Salamina si no en todo el país sigan cultivando de la mejor manera su carisma”, expreso el monseñor José Miguel Gómez Rodríguez, arzobispo de Manizales.

Ella desde muy temprana edad descubrió el gusto que tenía por servir, sobre todo a los menos favorecidos. Para eso también entendió que era necesario estudiar y recibir a través de quienes la rodeaban todo el conocimiento necesario para cumplir con su propósito en la tierra.

La madre María Berenice fue una mujer muy espiritual que pasó haciendo el bien a las personas más necesitadas; fue la fundadora de las Hermanitas de la Anunciación, las Misioneras de Jesús y de María y los Misioneros de la Anunciación, un camino de amor; La Santísima Virgen María en la Anunciación; El Sagrado Corazón de Jesús en la Anunciación; Testamento; Libretas espirituales; Dejad que los niños vengan a mí; Liga de la humildad; y Libro de oraciones.

Algunas de sus frases más reconocidas fueron:

“Perfumemos la caridad con un proceder delicado, afectuoso, con una consideración o un servicio prestado a tiempo y espontáneamente, pues la caridad no admite excepciones”, (Directorio para las Hermanitas de la Anunciación).

“Tu voluntad no más Jesús mío, tu voluntad en padecer o en calma, tu voluntad en bien o en estío, tu voluntad no más, Señor del alma; que una mano grave en mi tumba la voluntad de Dios”, (Testamento Madre Berenice).

“Quiero ser mártir, misionera, hostia, santa”, (Autobiografía de la Madre Berenice).

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