“Esto no es un museo”: un espacio de arte con lo abandonado en Manizales
Quien camina por las calles de Manizales sabe que hay detalles que se roban las miradas. Justamente uno de ellos es una bandera amarilla con letras negras en las que se lee: "Esto no es un museo", que hace que la gente se detenga y quiera ingresar a la Casa 45-51 del barrio Lleras.
Aquí el arte se mezcla con lo abandonado y deteriorado para darle vida a un nuevo espacio cultural en la ciudad que no pretende ni ser museo, ni ser un espacio con una arquitectura limpia ni moderna.
Aquí la historia. Esta edificación de aproximadamente 90 años estaba deshabitada desde hace seis y era utilizada para almacenar materiales, como un estilo bodega. Su fachada se pintó y revivió la arquitectura que la caracteriza, y a inicios de agosto de 2022 abrió sus puertas al público, pero no hubo ninguna restauración, al contrario, el arte exhibido resaltó el deterioro de algunas paredes entre pintadas, grietas, marcos en madera dañados por el comején y la proliferación de maleza que ratificaron que no se trata de un museo y mucho menos una galería tradicional.
Alejandro Valencia, Laura Puerta Barco, Carolina Castaño y Santiago Dussán, conforman el Colectivo No Museo. Valencia, que es artista plástico, curador y director de la Casa 45-51, manifestó que la vivienda fue dada en comodato a la familia de Dussán y que con una subasta de arte recaudaron fondos para adecuar lo referente al agua y la electricidad, pues nada más harán.
“La idea es mantener los espacios en deterioro y por eso tratamos de conservarlo de la mejor manera para que los artistas tengan un diálogo con la casa misma", explicó Valencia.
De acuerdo con Laura Puerta, otra de las integrantes del Colectivo No Museo, el proyecto surge de la necesidad que hay en Manizales de tener un espacio para la creación, la investigación y la experimentación en el arte contemporáneo.
“También pretende llenar un vacío al apoyo absolutamente deficiente por parte de las administraciones locales y nacionales a las artes, particularmente a las plásticas y visuales”, recalcó.
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Por pisos
Recién inaugurada la casa, aprovecharon la oportunidad para que tres estudiantes de últimos semestres de Bellas Artes de la Universidad de Caldas crearan proyectos para esta exhibición.
En el primer piso, denominado Limbo I, está la sala uno que muestra el proyecto ‘Tejiendo lugar’, de Alejandra García, quien creó una red de conexiones para los habitantes.
En este mismo espacio está el ‘Muro de Lujo’, que abarca una pared del primer y segundo piso que está a cargo del artista plástico Mr. Serranovski. Aquí, según Alejandro, buscan un diálogo con el arte urbano y por ello invitan a los artistas a intervenirla. "No se quitará nada. Se va a escribir sobre lo que ya está escrito".
El segundo piso es Limbo II. En él exponen Juliana Clavijo y Stephanía Ayala. La primera presenta la propuesta Homemade en alusión a lo hecho en casa, en este caso al barrio.
La segunda presenta ‘Entre, pero quítese los zapatos’, una instalación con sábanas y cortinas que están tejidas e intervenidas con una técnica de transferencia de fotografía en la que plasma fotos familiares de mujeres.
Aquí cualquier persona puede proponer, pero no proponer cualquier cosa, es la consigna de Casa 45-51, un punto de encuentro para compartir conocimientos, vivencias, inquietudes, proyectos y conversaciones a partir de la cultura y el arte contemporáneo.
La idea es presentar exposiciones de artistas invitados por convocatoria abierta o cerrada, con obras no precisamente terminadas, ya que el objetivo es la experimentación, con la variedad de actividades de apoyo, como el Club del Clavo, que se ofrecerán al público para acercarlo a diferentes temáticas como la misma sexualidad.
