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El joven de Catatumbo que se resiste a la guerra con arte callejero

Jean Carlos Moncada es un joven campesino que a fuerza de talento se convirtió en el profesor de Artes.

Por: Anthony Pacheco Ropero

En el corregimiento de Cartagenita, en Convención, Norte de Santander, vive Jean Carlos Moncada, un joven campesino que a fuerza de talento se convirtió en el profesor de Artes de una escuelita en medio de las montañas del Catatumbo, así se resiste a la guerra.

A Cartagenita, históricamente azotado por el conflicto, se llega luego de tres horas de recorrido en carro o moto por una maltrecha carretera desde el casco urbano. Allí, Moña -como le dicen cariñosamente a Jean Carlos por su cabello largo-, junto al párroco Mauro, enseñan arte a niños, niñas y jóvenes para evitar su ingreso a la guerra.

Su trabajo está relacionado con el arte callejero, el cual describe como una posibilidad para alejar a los jóvenes del conflicto. “Reunimos a todos los niños de los campos y el pueblo que están viendo cosas negativas, ya sabemos que estamos en zona roja y los reunimos para hablarles de cosas diferentes, de cosas buenas, que no todo sea pura maldad”, expresa Jean Carlos.

Él compone canciones, canta rap, monta obras de teatro y danzas para fechas especiales, es bailarín, imita al popular personaje Cantinflas, camina con las manos, hace gimnasia artística haciendo salto mortal, estrellas y rondadas y practica parkour. “Hago saltos de techo en techo y de casa en casa, dibujo murales, adornos y paredes de negocios. Además, practico artes marciales, soy cinturón negro otorgado por una academia de Venezuela. Todo esto se lo enseño a los niños, sobre todo lo más fácil”.

La actividad de Jean Carlos ha llamado la atención de gestores culturales del municipio qu han decidido apoyar su labor. Está convencido de que con su estrategia cultural aporta a la construcción de paz en las zonas más apartadas del Catatumbo. “Cuando llegué a la vereda me encontré con niños de 8 o 9 años jugando con un pedazo de palo y simulando que era un arma. Ahora, tenemos niños que colaboran en la iglesia y otros ya escriben letras de rap conmigo”, expresa.

Para Jean Carlos, la vida no ha sido nada fácil, quizás sea esa la razón que lo motiva a seguir adelante. Desde muy niño, cuando vivía en la parte rural del municipio de El Tarra, fue víctima de desplazamiento forzado cuando grupos paramilitares se tomaron la zona. Su madre, buscando una mejor vida, emprendió viaje a Venezuela, donde vivieron varios años.

Los problemas en el vecino país obligaron a la familia a volver a su tierra y empezar de nuevo a seguir trabajando en lo que nunca olvidaron: el campo. “Yo me fui siendo un niño campesino, cuando volvimos, llegamos a trabajar con café y con la tierra, eso siempre lo habíamos hecho”, cuenta el joven.

Mientras sigue con su trabajo como gestor cultural y decorando los alrededores de la vereda con murales, Jean Carlos compone canciones a ritmo de rap con las que busca dar un significado distinto al imaginario colectivo que existe sobre Catatumbo, en el que solo ven una zona de conflicto. “Por eso compuse la canción ‘Zona roja’. En una parte dice: Si alguien te critica por ser de zona roja / solo sigue pa´lante / que nada te derrumbe / demuéstrale a la gente que los sueños si se cumplen”.

Así, es este joven catatumbero, que entre arte y rimas dibuja sonrisas en medio de las dificultades propias de la región, es enfático en afirmar que no desea que la gente solo espere que él haga, sino que propongan y lo ayuden a trabajar día a día por brindar un futuro diferente a los niños, niñas y jóvenes de la región.

“Ya mi sueño como tal lo estoy logrando, que es ayudar así sea a una sola persona. Me dicen quiero ser pintor como usted o quiero ser bailarín como usted, eso es lo que más me motiva”, termina.

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