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Cortometraje indígena inaugurará primera Muestra Diversidad Netflix-Ficci

Muu Palaa. La abuela mar’ fue una de las producciones seleccionadas, junto a cuatro cortometrajes más, para esta exhibición.
‘Muu Palaa. La abuela mar’, un cortometraje de Olowaili Green Santacruz y Luzbeidy Monterrosa.
Richard Hernández

El próximo 24 de junio en el marco del Ficci Interruptus, edición especial del Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias, se presentarán los cinco cortometrajes ganadores que formarán parte de la Primera Muestra Diversidad Netflix-Ficci.

Una de las cintas seleccionadas entre las 158 que participaron fue ‘Muu Palaa. La abuela mar’, dirigida por las jóvenes indígenas Luzbeidy Monterrosa Antencio, de la etnia Wayuu, y Olowaili Green Santacruz, de la comunidad Gunadule.

La historia de este cortometraje, que dura 12 minutos, nació de la amistad de las dos realizadoras tras descubrir que sus culturas eran muy alejadas y diferentes. Pero se fusionaron gracias a la visión que tienen ambos pueblos sobre la abuela, que era femenina como la mar, para contar juntas la historia desde sus leyes de origen.

“Aunque en Colombia existan 105 pueblos indígenas seguimos pensando igual sobre la naturaleza y por eso es muy importante cuidarla. Asimismo, nuestras abuelas son realmente el conocimiento andante. Son historias que nacen desde el amor hacia ellas. Luzbeidy no pudo conocer a su abuela, por eso es tan importante, para ella y para mí, dedicársela a todas las abuelas de las culturas indígenas”, señala Olowaili.

El cortometraje se pudo realizar gracias a la ‘Beca de producción de cortos animados, espacio cuerpos saberes y comunicación realizado por grupos étnicos’, la cual fue otorgada por el Ministerio de Cultura a la casa productora ‘SentArte, arte con sentido’, que fue creada por Olowaili y su compañero Juan Esteban Díaz.

“La pandemia nos llevó a realizar el cortometraje en el género de la animación, porque no podíamos salir a rodar. Esta situación hizo que nos reinventáramos para contar las historias de la ley de origen del pueblo Wayuu y Gunadule. Ese encuentro mágico con la abuela mar, se tenía que dar en animación. Creo que la animación es una herramienta muy importante, porque nuestras historias son a veces increíbles o mágicas, entonces por eso fue que nació así”, comenta la realizadora.

Para estas jóvenes directoras y su equipo, trabajar en beneficio de las diversidades desde la salvaguarda cultural y la visibilizarían de cada una de ellas, es muy importante. Este es un reconocimiento a la diversidad y un logro que su cortometraje sea estrenado en un festival de cine tan importante como el de Cartagena. Asimismo, el filme se encuentra participando y esperando el resultado en otros festivales cinematográficos.

"Con una especial belleza y a través de la frescura de su animación, ‘Muu Palaa. La abuela mar’ propone un inusual abrazo interétnico para abordar el tema de la feminidad indígena en el pueblo Gunadule y el Wayuu", señaló el jurado, el cual estuvo integrado por Jhonny Hendrix Hinestroza, director, guionista y productor; Brigitte Baptiste, actual rectora de la Universidad Ean; y David Hernández Palmar, cineasta, productor y curador independiente.

Ahora esta casa productora y gestora cultural radicada en Bogotá y Medellín, prepara su primer largometraje, el cual se encuentra en etapa de preproducción. Es una historia creada por Olowaili y David Sierra, quien se encuentra en Edimburgo (Escocia), sobre la llegada de los escoceses hace 521 años al istmo del Darién.

“Es preguntarme ‘por qué yo como mujer indígena del pueblo Gunadule tengo un apellido anglosajón (Green). Entonces es un viaje desde Medellín, pasando por mi comunidad, luego a Panamá y por último a Edimburgo, buscando una respuesta sobre mi apellido. En ese viaje vamos a tejer una mola grande (tejido artesanal) para llevarla al museo de Edimburgo, donde hay una sección especial de esa expedición, que fue fallida para los escoceses y en donde no aparecemos en dicha historia”, concluye Olowaili.

Los otros cuatros cortometrajes que también serán exhibidos en la Primera Muestra Diversidad Netflix-Ficci son:

Chakero, de Alejandro Ángel. Ficción. Duración: 15 minutos.

En San Basilio de Palenque (Colombia), el abuelo Florentino está gravemente enfermo y ha empeorado. Su nieto Keyner debe decirles a sus tíos que viven en Mahates, otro pueblo de la zona, que vayan a verlo antes de que sea demasiado tarde. Llama, pero la señal del teléfono celular ha vuelto a caer. Al ver la gravedad de su abuelo, Keynes, sin más medios para comunicarse, da la bienvenida a la tradición ancestral del chakeo y se convierte en un mensajero que lleva la noticia a su familia.

Gris fuego, de Valeria Martínez y Miguel Camayo. Experimental. Duración: 5 minutos.

Cortometraje Gris fuego

Miguel no es un personaje, Miguel es la representación de la incertidumbre, la incomodidad, la duda. El relato se guía a través de la reflexión de un joven que busca representación de su universo propio en espacios, personas, momentos y corporeidades indefinidas, como él mismo. Exponer un cuerpo incómodo y dubitativo, que vaga entre nociones de presencia y ausencia a fin de hallar sus propias definiciones y formas de existir, funciona como un acto político discursivo y expositivo de una realidad invisibilizada y subvalorada.

Je Suis Paula, de Babette Bouche Villeneuve. Documental-Experimental. Duración: 23 minutos.

Babette, adoptada por una familia francesa, decide volver a su tierra natal, Colombia, en busca de sus raíces y su historia familiar. Con la ayuda de su abuelo Abraham, un hombre de 90 años con Alzheimer, descubre un pasado lleno de violencia, la razón por la que tuvo que ser dada en adopción y el destino que corrieron sus padres biológicos: militantes en el exterminado partido político Unión Patriótica.

Piurek, hijos del agua, del equipo de creación de contenidos étnicos (Programa Nidos y Autoridad Ancestral Misak Misak Nu Køsrak), Bogotá. Animación. Duración: 7 minutos.

Esta historia camina adelante con el futuro detrás, entre el agua que nos va contando de dónde vino el primer niño misak. Desde el territorio de Guambía, los hijos del agua llegaron con sus mochilas y saberes a Nu Køsrak (Bogotá), queriéndonos contar cómo fue que vinieron a este mundo para cuidar la tierra. Una bella historia donde habla la niebla, el corazón de las lagunas y el lenguaje de la tierra.

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