Desfile de blanquitos: tradición, color y cultura en el Carnaval de Negros y Blancos

El desfile de blanquitos y último día oficial del Carnaval de Negros y Blancos contó con la participación de dos delegaciones invitadas, una que hace parte de la tradición de Pasto, que son los diablos y guardianes de las semillas del territorio Quillacinga de Obonuco; y la otra fue una delegación de Republica Dominicana.

Fueron 29 disfraces individuales, 28 murgas, 30 comparsas, 10 carrozas tipo b y 18 carrozas tipo a, las que en el desfile magno deleitaron a propios y visitantes y mostraron los sueños, las tradiciones, la cultura y toda la diversidad que tiene el departamento de Nariño. 

La naturaleza, los ancestros, los mitos y las leyendas, la mujer y la biodiversidad con la que cuenta la región nariñense fueron algunos de los motivos que se pudieron observar en el desfile con el que cierra de manera oficial el Carnaval de Negros y Blancos en esta edición 2024.

“Esta obra que presentamos hoy es la representación de algunos de los relatos que identifican nuestras raíces en los andes, donde representamos a los seres que cumplen una función determinada, no solo en la oralidad, sino en la cultura y el acervo patrimonial de nuestra identidad” relató Edgar Bravo, autor de la comparsa entre seres y quehaceres. 

En cada una de las versiones del Carnaval, los artesanos y artistas buscan resaltar esas tradiciones y sobre todo la historia que trae consigo el municipio de Pasto y hechos que han marcado la historia del que hoy es uno de los Patrimonios Culturales Inmateriales de la Humanidad. 

“Quisimos mostrar nuestra historia con las brujas, quienes en ocasiones dejan ver su lado terrenal, quien tiene la misión de atraer a las personas, para hacer caer en cuenta de la imperiosa necesidad de reafirmar los valores humanos en medio de la convivencia. Los duendes como protectores del agua, y las hadas que acompañan en sendero cotidiano de la vida” contó Edgar.

Las carrozas que este año fueron denominadas tipo a y b, y que antes eran llamadas “no motorizadas” y “motorizadas” son el espectáculo más esperado por todas las personas que se dan cita en el sur del país; esto debido al gran trabajo de los artesanos y su esfuerzo puesto en cada detalle de su motivo. 

“la propuesta muestra una mujer Andina, que es esa mujer ancestral que lucha incansablemente en pro de defender la naturaleza y también le acompaña el majestuoso cóndor con sus alas que simboliza la libertad y por eso es conocido como el guardián de los Andes” recalcó Albert Rahomir Toro, artesano de la carroza Andina. 

Muchos de los artesanos y de los motivos son inspirados en los mitos y leyendas que existen sobre la región nariñense, su creación, liberación y resistencia que siempre han sobresalido a lo largo del tiempo, según Albert, “esta carroza es un mensaje de que nos estamos dirigiendo a un camino de autodestrucción, por eso debemos pensar en detener la deforestación y cuidar nuestra Pachamama”. 

Así mismo, algunos de los motivos han hecho un llamado a la crisis ambiental que se vive actualmente en el mundo e invitan a tomar acciones para proteger las especies nativas y la tierra.