La chagra, el trabajo milenario para la fertilidad de la Amazonía
Por: Emerson J. Castro
El hombre y la mujer comparten poderes para vivir en comunión. A él le dieron la coca y el tabaco donde reposa el conocimiento, y a ella le fue entregada la semilla de la chagra para la fertilidad de la vida y el alimento. Este ha sido el principio que se transmite por medio de la oralidad a las nuevas generaciones de los pueblos indígenas, desde el origen y asentamiento en sus territorios.
La chagra es un término que se le da a una parcela de cultivo que por lo general comprende una hectárea de bosque en la Amazonia colombiana y, desde épocas milenarias, el cultivo de la chagra ha sido responsabilidad de las mujeres desde temprana edad cuando les enseñan a sembrar.
Francisco Escobar, perteneciente al pueblo Bará -la gente agua- explica que los hombres no se desentienden por completo de estas actividades, por el contrario, cuenta que la función de los hombres es preparar el terreno.
Con hacha y machete tumban el monte durante la época de verano, para luego quemar de manera cuidadosa y así evitar un incendio forestal. Todo esto, debidamente autorizado por las autoridades tradicionales durante dicha temporada para que, finalmente, las mujeres hagan su oficio antes de que lleguen las lluvias.
Josefina Pérez Bernal tiene 67 años, pertenece al pueblo Tuyuca -La gente pez-, y lleva más de 60 años cultivando la chagra en compañía de su esposo. Asegura que aún conserva las semillas que le heredo a su abuela.
“Sin la chagra, no podemos comer. La yuca dulce, la yuca brava, la piña, la batata, la caña, el ñame, el plátano, el ají, todos estos productos son el alimento de las familias y va desaparecer con nosotros los viejitos”, asegura Josefina.
En estos territorios selváticos el arroz, los granos, inclusive las verduras, son ajenas a la dieta alimenticia, en cambio, la fariña y el casabe que se preparan con la yuca brava, son fundamentales como el agua para sobrevivir en la Amazonia.
La yuca brava es un tubérculo que contiene propiedades toxicas y es letal si no se sabe preparar, la falta de transmisión de este conocimiento puede ocasionar la muerte donde los síntomas menos letales son diarrea, dolor de estomago y escalofríos.
La chagra fue concebida desde su origen como un escenario más de aprendizaje para las nuevas generaciones, pero esto ha venido cambiando con el modelo de educación que, por medio de los internados, distancia a los estudiantes de sus tradiciones y, por otra parte, con el acceso a las nuevas tecnologías donde cada día se promueven nuevas tendencias culturales.
El trabajo de la chagra es un oficio milenario donde los padres comparten tiempo con sus hijos y los abuelos con sus nietos. Sin embargo, la responsabilidad de la cosecha reposa en la mujer, quien, además, promueve la integración de la familia en un escenario que tiende a desaparecer, y con ella, la fertilidad de la Amazonia.
