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La Junta, la tierra del Cacique Diomedes Díaz

En este corregimiento del Cesar las historias se vuelven canciones y, en todos sus rincones, las letras de Diomedes se siguen entonando.
Laura Ramírez León

Cuando se habla de Diomedes Díaz, es común escuchar que se hable de La Junta. Un corregimiento del municipio de San Juan de Cesar, conocido como ‘El rincón más querido de La Guajira’, donde se escuchan historias hechas canciones.

Este corregimiento está ubicado al sur de La Guajira, allí, donde las calles aún no son pavimentadas, no hay agua potable y no hay servicios de salud, los habitantes veneran a su Cacique, ese que luego de haber partido de este mundo está más vivo que nunca.

Foto: Laura Ramírez.

Desde que se pisa La Junta, se siente la presencia de Diomedes, su música se escucha en cada esquina de las polvorientas calles, los niños recitan los versos del Cacique y locales comerciales tiene en sus fachadas murales que hacen honor a su más grande ídolo.

Tal vez el principal atractivo para cientos de personas que visitan cada semana las tierras del juglar vallenato, es ‘la ventana marroncita’, el lugar que se ha convertido en santuario de los seguidores de Diomedes.

“Hágame el favor compadre Debe, llegue a esa ventana marroncita, toque tres canciones bien bonitas” – Tres canciones de Diomedes Díaz

La ventana marroncita es la misma donde Patricia Acosta, el gran amor del Cacique, escuchaba a Diomedes entonar versos, contar sus cuentos y hablar de amor. Lugar que hoy se ha convertido en un verdadero ícono del sur de La Guajira.

A pocos metros de la casa de Acosta, se encuentra también la casa de Berta Mejía, el primer amor de Diomedes y madre de su primogénita, Rosa María Díaz. ‘La mayor de esta familia tan bonita’, como lo dicen los versos del Cacique, tiene una casa galería donde ha atesorado fotos y objetos de su papá.

Foto: Laura Ramírez.

Rosa, al igual que los habitantes de La Junta, ha trabajo por mantener vivo el legado del juglar.

“Tengo el compromiso de mantener el legado de mi papá y mi hermano Martín Elías. Quiero perpetuar la memoria de mi papá. Esta casa tiene la historia del amor de mis padres. Quiero compartir mi historia junto él, esa parte que pocos conocen, la del padre bueno, el hombre con valores que nos enseñó la esencia de la vida”, asegura Rosa.

Ahí, junto a las prendas del Cacique y las fotos que narran su vida al lado de uno de los músicos más grandes que ha dado este país, Rosa María recibe a forasteros para contar una historia que pocos han tenido la oportunidad de escuchar.

Escuche aquí la crónica de Deysa Rayo en su recorrido por el municipio de La Junta (La Guajira):