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Mujeres excombatientes, pilares para construir la paz

Por: Catalina Vega Rusinque

Por: Catalina Vega Rusinque

De acuerdo con la Agencia Para la Reincorporación y la Normalización (ARN), en este momento, de los más de 13 mil excombatientes de las Farc, que se encuentran en proceso de reincorporación, 3.220 residen en los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR). Allí las mujeres vienen desempeñando un papel clave en esta nueva etapa.

Según cifras del Partido Farc, al menos 29 de cada 100 excombatientes son mujeres, es decir que al menos el 30 por ciento del total de integrantes que se reincorporaron, son madres, esposas, hermanas e hijas, que dejaron las armas y están haciendo su tránsito a la vida civil.

Luz Marina Giraldo era conocida como ‘Yesenia’ en su época de combatiente. Es madre de dos niños y asegura que cree fielmente en la realización de los Acuerdos de Paz. Ingresó a las Farc a los 10 años y en su paso por el conflicto armado, duró 14 años privada de la libertad en distintas cárceles del país.

“A los cinco años, ‘Yesenia’ tuvo que ver en una situación de violencia. Se quedó sola porque su único hermano, al ver morir a sus padres, decidió ingresar a las filas y fue adoptada por las Farc, a ella no la reclutaron, ella decidió irse con ellos porque se convirtieron en su familia”, dijo Luz Marina, mientras recordaba su pasado durante la guerra.

Luz Marina reside con sus dos hijos y su esposo, quien también se encuentra en proceso de reincorporación en el ETCR denominado ‘Mariana Paez’, en la vereda La Guajira en el municipio de Mesetas, departamento del Meta.

Allí́, esta mujer y líder excombatiente pertenece a una comunidad compuesta por más de 300 personas, entre las cuales, algunas hacen parte del proceso de reincorporación y otras, son sus familiares que llegaron al Espacio Territorial.

Según lo planteado en los Acuerdos de Paz, cada excombatiente que cumpla adecuadamente con su proceso de reincorporación, podrá recibir una sola vez, alrededor de 8 millones de pesos para emprender un proyecto productivo propio.

A pesar de que estas iniciativas deben pasar por un conducto regular que establezca la viabilidad y estabilidad de esas ideas, el Estado ha otorgado más de 28 mil millones de pesos, para financiar proyectos productivos emprendidos de forma individual o colectiva por parte 1.816 de excombatientes.

Además de Luz Marina, hay más mujeres que dejaron las armas y que creen en la realización de la paz para Colombia, como lo es Helena Romero, quien hace parte de la panadería 'Amasando Sueños’, un proyecto productivo colectivo, conformado por ocho mujeres excombatientes.

“Cuando pensábamos en el nombre de nuestra panadería, queríamos reflejar que aquí amasamos esperanza para la vida de nuestros hijos, yo tengo dos, uno de 14 y el otro de un año. Yo quiero un futuro distinto para ellos”, aseguró Helena.

Para Helena Romero, si el Gobierno lo permite, los acuerdos son una oportunidad para brindarles a sus hijos un mejor futuro comparado con el que tuvo ella, como enfermera de las FARC durante el conflicto armado.

Dentro de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización, existen dos tipos de excombatientes que hacen parte del proceso, por un lado los desmovilizados, son quienes salieron de las filas de las FARC durante la guerra y por otra parte quienes se reincorporaron a la vida civil después de los acuerdos de paz en el año 2016.

Diana Forero también es excombatiente, desmovilizada dos años previos a la firma de paz. Aunque asegura que para la guerrilla los desmovilizados eran traidores, ella siente que la paz es precisamente la manera como vive con su familia, en medio de quienes eran sus ‘camaradas’ y le perdonaron haberse entregado y acogido a las medidas que proponía el Estado.

“Yo salí, estudié tecnólogos y diplomados, entonces me permitieron trabajar un tiempo con la Agencia para la Reincorporación y Normalización aquí en territorio, (...) entonces cuando yo llegué a este ETCR tenía miedo pero un compañero me recibió con un abrazo y me dijo -que chévere que podamos tener una de nosotros allá adentro-, entonces entendí que ellos me veían como una mediadora”, aseguró Diana quien continúa viviendo en el Espacio de Reincorporación de La Guajira.

A nivel nacional, actualmente hay 24 ETCR constituidos, que hasta el 15 de agosto tenían figura jurídica, y que están a la espera de que el Gobierno Nacional emita la resolución, que le permitirá a las alcaldías de cada municipio determinar si estos espacios se convierten legalmente en poblados, caseríos o corregimientos.

Área de Reincorporación Grupal (ARG)

A solo media hora en vehículo del ETCR Mariana Paez, queda ubicado el ARG ‘Simón Trinidad’, que inicialmente fue conocido como ‘La cárcel’. Un espacio que durante el proceso y diálogo de los acuerdos, recibió a los integrantes de las FARC que se encontraban presos en las cárceles del país y que no habían cumplido una pena superior a los 5 años; allí, eran custodiados por integrantes del Ejército Nacional en cinco anillos de seguridad que rodeaban esta área.

Los más de 500 excombatientes que fueron agrupados en el espacio de ‘La cárcel’ (ARG ‘Simón Trinidad’) recibieron libertad condicional por parte de la JEP. Muchos de ellos retornaron a sus regiones de origen a buscar a sus familiares; sin embargo 40 excombatientes (32 hombres y 8 mujeres) decidieron quedarse para reiniciar su vida en ese territorio.

En ‘Simón Trinidad’ estas 40 personas en proceso de reincorporación emprendieron nuevos proyectos de agricultura, porcicultura y ecoturismo. Estos excombatientes solicitaron y recibieron de manera colectiva 320 millones de pesos (ocho millones por cada uno), para realizar el proyecto productivo de una planta para la reproducción y comercialización de cerdos, la cual, actualmente se encuentra en proceso de construcción.

“Para mí es muy raro levantarme y pensar en que tengo que ir a mirar si la gallina puso o a darle de comer a los marranos, porque yo hace unos años solo estaba pendiente de mi fusil, (…) pero a pesar de todo, no queremos volver a la guerra, ya ese tiempo difícil pasó”, aseguró Lida María Urrego, quien es una líder en su comunidad.

A finales del mes de julio recibieron por parte de la OIM (Organización Internacional para las Migraciones), un proyecto de ganadería enfocado en asuntos de género y que fue dirigido a las ocho mujeres excombatientes del ARG Simón Trinidad. Sin embargo este grupo de mujeres, vinculó a las esposas de los excombatientes y a campesinas de la zona, para recibir de manera conjunta ocho vacas lecheras, que en principio, están direccionadas al autoconsumo en la comunidad, pero posteriormente buscarán comercializar con estos animales.

En este momento a nivel nacional lo más de tres mil excombatientes que continúan en estos espacios, están a la espera de la resolución que les permitiría asentarse para reiniciar sus vidas definitivamente.

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