Hernán Rojas, pionero de la cumbia en Argentina
Aunque en los años setenta ya se había popularizado la “cumbia santafesina” en la ciudad de Santafé, la “norteña”, en la región del noroeste argentino y un amplio sector de bailadores –de música tropical y chamamé- se agolpaban en las denominadas “bailantas”, fue a finales de los años noventa cuando la cumbia se convirtió en un fenómeno musical en la Argentina gracias a la explosión mediática de la cumbia villera.
Después de esta explosión inusitada la cumbia se disparó en muchas direcciones atravesando transversalmente casi todos los sectores sociales argentinos: desde la controvertida villera hasta la turra, de la cheta o pop, hasta la digital con tintes experimentales, la cumbia en la Argentina ostenta ya una larga tradición que se remonta a mediados de los años cincuenta.
Si bien entre las décadas de los años treinta y cuarenta la orquesta del cajibiano Efraín Orozco tuvo una esplendorosa acogida en renombrados salones de baile y prestigiosas emisoras, donde puso a bailar a los porteños con sus jazzeras versiones de porros y cumbias, fue un jovencito cartagueño quien, sin saberlo, habría de inyectar el virus de la cumbia en la Argentina.
Nacido en el municipio de Cartago, al norte del departamento del Valle del Cauca, ─ la misma cuna de músicos insignes como Billy Pontoni y Pedro Morales Pino ─, Hernán Rojas vino al mundo el 22 de septiembre de 1932. Siendo apenas un estudiante se trasladó a la Argentina para culminar sus estudios en la Facultad de Medicina de La Plata.
Su llegada al sur del continente coincidió con la caída del general Perón lo que suscitó un cierre temporal del recinto académico. Se vio obligado a emplearse como albañil, carpintero y pintor hasta que, junto a unos compañeros de estudio, formaron Los Wawancó.
En octubre de 2011, consternado por la noticia de la muerte de Rojas, el costarricense Mario Castellón, fundador de la agrupación, le contó al diario La Nación los orígenes del combo: "La idea del grupo siempre fue como un núcleo familiar para divertirnos entre todos, así que no había uno que se destacara. Lo importante eran los ritmos que hacíamos. Pero justo cuando decidimos grabar nos faltaban dos temas. Fue entonces cuando Hernán cantó dos cumbias tradicionales, que casualmente se transformaron en el símbolo del grupo y que produjeron un contacto inmediato con la gente".
Integrado originalmente por Mario Castellón, Rafael Aedo, Enrique Salazar, Sergio Solar y Carlos Cabrera, todos ellos músicos provenientes de Chile, Costa Rica, Perú, Colombia y Argentina.
Los Wawancó, equipados con camisas floreadas prestadas, debutaron en el restaurante Tom y Jerry por invitación de Francisco Trimboli, quien se convirtió en su primer agente artístico. Junto a Los Wawancó, Rojas grabó una veintena de discos para el sello ODEON y se convirtió en su cantante estrella pegando éxitos como “El conductor”, “Cumbia que te vas de ronda”, “El pescador”, “Villa Cariño”, “Tiburón a la vista, “La paloma”, “No te vayas corazón”, “Que me toquen una cumbia” y “El sombrero de paja”, entre muchas otras.
Luego de más de 27 años fuera de su país, “El Máximo”, como había sido apodado en sus gloriosos años con los Wawancó, regresó a Colombia en un arrebato de nostalgia. Como había ido a convertirse en médico y llegó como cantante, no tuvo otra opción que fundar su propia orquesta que bautizó Los Warahuaco, agrupación que se presentó en público por primera vez el 7 de agosto de 1982 en las Fiestas de la Cosecha en Pereira.
Con el respaldo de Discos Fuentes, Los Warahuaco y Hernán Rojas conquistaron México, Perú, Paraguay, Uruguay, Venezuela y Chile donde “El pescador de Barú” ─ su éxito más recordado ─ es un himno intercontinental de la cumbia.
A sus 69 años el cantante Hernán Rojas murió en Pereira el 8 de octubre de 2001. En el vigésimo aniversario de su desaparición, recordamos a este héroe de la cumbia continental.
