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Esto nos enseñó Mauricio Orjuela

Despedimos a una de las voces emblemáticas del periodismo en Colombia.

Como un gran compañero, como un apasionado de los sonidos de su tierra, como el embajador número uno de los Llano Orientales, como un profesional intachable, como un ser invadido de eterna alegría. Así recordaremos a Mauricio Orjuela, la voz que durante 10 años acompañó a nuestro equipo del sistema informativo y quien nos abandonó en la madrugada de este sábado 18 de agosto.

Desde Radio Nacional acompañamos a su familia en este duelo.

Lorena Vega, directora de Radio Nacional

Mauricio nos enseñó durante su paso por Radio Nacional de Colombia a ver el mundo con optimismo. Todas las personas que también lo conocieron estarán de acuerdo en que siempre tenía una sonrisa en su rostro. Siempre sacaba su lado positivo y animaba a los demás ante los inconvenientes. Siempre fue la voz de aliento que nos llegaba a todos en momentos difíciles.

“Mauricio fue el mejor compañero que muchos pudimos encontrar en este medio, ese que a veces es hostil entre nosotros mismos”: Lorena Vega.

La forma en que ejercía el periodismo siempre tenía un interés hacia el bienestar de las comunidades. En los 10 años que Mauricio hizo parte de la radio pública, nos enseñó el amor de servir a la gente en su oficio. Uno de los grandes trabajos que nos deja es su serie documental '25 días en la Amazonía: La tierra del caimán negro'. En su trabajo se podía ver la sensibilidad de su ser.

Miguel Ángel Rodríguez, jefe de Producción de Radio Nacional

Su compromiso, ese es el legado de Mauricio. No hay otra forma de recordarlo que, como una persona siempre dispuesta a hacer su trabajo de la mejor manera, entendiendo la responsabilidad y la carga de trabajo que implica estar en un medio de comunicación.

“Lo recordaré por su sentido del humor y su nobleza, de hecho, la primera vez que lo vi estaba riéndose, como siempre”: Miguel Ángel Rodríguez.

Es difícil hablar de un legado porque era una persona muy joven, pero creo que si pudiéramos hablar de un legado sería su capacidad de aprender, de acoplarse al trabajo en equipo y de transformarse de acuerdo a las circunstancias que le imponían las dinámicas del trabajo.

Lo recordaré por su sentido del humor y su nobleza, de hecho, la primera vez que lo vi estaba riéndose, como siempre. Será difícil olvidar la risa de Mauro, ese sonido a veces estridente rompiendo la atmósfera tensa y desbocada de la sala de redacción.

Jaime Andrés Monsalve, jefe Cultural de Radio Nacional

Por donde se paseaba desplegaba una sonrisa y un buen humor a prueba de todo. No recuerdo nunca haber visto en Mauro una mueca de desagrado o de solemnidad. Todo lo contrario, era de aquellas personas que llegaba a su trabajo feliz de estar cumpliendo una misión en el sector público, sin temor a tener que cubrir una fuente diferente según se le dictaminara.

“Por donde se paseaba desplegaba una sonrisa y un buen humor a prueba de todo”: Jaime Andrés Monsalve.

El año pasado me sorprendí gratamente de encontrar a otro Mauricio menos reportero del día a día y más cronista gracias a la serie ‘25 días en la Amazonía: La tierra del caimán negro’, en la que mostró un talante inusitado para los documentos de largo aliento y que seguramente será objeto de reconocimiento, merecidísimo por cierto, ahora que él no está.

De todo ello me llevo el profesionalismo, el rigor y la jovialidad que tan bien caracterizaron a Mauricio Orjuela. Lo extrañamos desde que se fue de la Radio Nacional en busca de nuevos retos profesionales, pero más lo extrañamos ahora que sabemos que su puesto de trabajo en nuestra radio, que lo esperaba de nuevo algún día, queda vacío a perpetuidad.

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