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Casi 1.400 niños venezolanos han sido atendidos en Santander

Desde recién nacidos, hasta adolescentes llegan junto a sus padres, tíos y familiares a suelo colombiano.

Más de 1.379 niños venezolanos han sido atendidos en programas de Santander, según el ICBF. Con el pasar de las horas y los días, se observan a muchos más en esta zona de Colombia, tomados de las manos de sus familiares, o cargando a sus otros hermanos más pequeños.

Sulymal Ramos Rojas, es una joven de 25 años, viene de San Juan de los Morros, capital del estado Guárico:

“Nos demoramos menos, íbamos afanados, nos vinimos con mi esposo y mi hijo de 9 años, yo llegué con ocho meses de embarazo”, relata.

Ellos cruzaron la frontera y como muchos, sin los requisitos necesarios, para luego conseguir una Tarjeta de Movilidad Fronteriza (TMF) o un Permiso Especial de Permanencia (PEP).

“Con los ahorros que teníamos nos duró el hotel tres días, luego estuvimos durmiendo en la calle. Al principio nos pusimos a vender cigarros, chimó y galletas en los parques, plazoletas y barrios”, cuenta.

Como muchos, se reunían entre ellos, para preguntar cómo sobrevivir en un país que no es el suyo, con una economía tan diferente a la acostumbrada.

“En un comedor personas cristianas nos daban los desayunos y almuerzos entre semana al niño y a mí, a los siete o diez días decidimos venirnos caminando para Bucaramanga”, dice Sulymal.

Sulymal encontraba compatriotas con situaciones similares, niños en la carretera, familias caminando, descansando por momentos, mientras siguen su viacrucis, donde el páramo de Berlín es uno de los trayectos más duros para los caminantes que ya han recorrido 144 kilómetros, aproximadamente 29 horas.

“El páramo lo pasamos en carro, en un aventón que nos dieron, una cola hasta el kilómetro 18, allí una señora nos dejó quedarnos esa noche en su casa y luego supimos de la fundación ‘Entre Dos Tierras’, acá llegamos”, resume la joven madre.

Ella llegó a Bucaramanga a tener a su niña, pero también venía con su hijo y tiene otras pequeñas en Venezuela. “Una de dos añitos, una de cinco años y una de ocho años. Ellas se quedan con mi mamá, con su abuela. Yo quiero traérmelas a todas, me hacen mucha falta” dice.

Su mayor temor es no conseguir nada estable, ya que envía una parte de lo que gana a su familia. “También se que nos están recogiendo a los que no cruzamos con papeles por la frontera”, comenta.

Sulymal es apoyada por Alba Pereira, quien llegó a Colombia hace más de 13 años, es chef de su restaurante ‘Sabor Aquí’ y directora de la fundación ‘Entre Dos Tierras’ en Bucaramanga.

Ella explica que la llegada de la gente que camina por las carreteras es el resultado de la “huida de una crisis social y política que se presenta en Venezuela”.

“Tenemos casos graves de niños enfermos, el caso de una niña que amerita una prótesis de ojo, porque tuvo cáncer en un ojito, ella tiene tres años y no hemos logrado que la atiendan, ella tiene PEP, pero no pasa nada”, asegura Alba.

Esta líder social hace un listado de lo que vive a diario buscando atender a los pequeños.

“Todos los días nos llegan niños con asma, bronquitis, fiebre, con varicela, que no son atendidos en los centros hospitalarios porque no tienen documentos y para que sean atendidos deben tener una urgencia vital, los niños aquí llegan todos los días por falta de atención médica”, recalca.

Explica además que el 40 por ciento o más de los niños llegan en situación de desnutrición. “En una semana de poca afluencia recibimos diariamente 50 o 60 personas de los cuales 25 son niños y recibimos casi 150 niños por semana, yo sigo pidiendo un hogar de paso para estas mujeres que vienen con ellos y que no se queden en las calles”.

La directora regional encargada del ICBF en Santander, Margy León de Buitrago, informó que uno de los municipios con más presencia de niños venezolanos es Málaga.

“En este municipio atendemos a 320 niños y niñas en los programas de primera infancia y en Bucaramanga 360”, indica. Este último reporte se dio a conocer en el mes de julio.

La funcionaria señala que cuna vez llegan los niños y niñas a los diferentes centros zonales, para que se les pueda dar la atención, la entidad les brinda prioridad.

“El aumento del flujo de migrantes es preocupante. Los 400 venezolanos que durmieron esta noche en el Parque del Agua están en condiciones deplorables”, informa por su parte el personero de Bucaramanga, Omar Ochoa.

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