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Cacao y música: el legado para la paz de la mujer algecireña en el Huila

En los campos de Algeciras, nororiente del Huila, Marinella Prada Cortés siembra y cosecha paz en medio de los cacaotales y desde el trabajo comunitario.
Mujeres campesinas: cacao, música y paz en Algeciras, Huila
Foto: Radio Nacional de Colombia
Paulina Yáñez Vargas

Este contenido hace parte del especial 'Mujeres campesinas: esperanza en los territorios' de El Campo en la Radio, elaborado en el año 2021.

Marinella Prada Cortés es una mujer campesina, cacaotera, artista local y líder, que se ha propuesto a construir un territorio de paz y prosperidad para las comunidades rurales en Algeciras, Huila. El conflicto colombiano la estremeció con fuerza, pero hoy es el símbolo de los nuevos tiempos que se reflejan tanto en sus cultivos como en su voz, pues cuando canta dice que en esas melodías hay un gran poder para acercar los mensajes de paz a las personas.

Su capacidad de resiliencia la llevó a reconstruir su vida en compañía de su familia. Hace 18 años, junto a sus hijos, hijas y esposo, plantó los primeros árboles de cacao en su finca. Su nacimiento como cacaocultora se dio a la par con la fundación de la Asociación de Productores de Cacao de Algeciras (APROCALG), organización de la que actualmente es secretaria.

“Marinella es una mujer emprendedora, luchadora. Admiramos de ella su tenacidad y compromiso, esa resiliencia que nos caracteriza a nosotros los algecireños”, dice Pablo Ríos, representante legal de Aprocalg.

Estudió un técnico de producción de cacao en el Sena, porque sentía que si sabía más del cultivo, podría aportar de mejor manera a su unidad agrícola y a sus colegas cacaocultores. Incluso estuvo en el proceso de selección para llegar a ser María del Campo, la imagen oficial de la cacaocultura de Colombia.

El cultivo de cacao de Marinella, ubicado en la finca Villa Liliana, tiene cuatro hectáreas sembradas con diferentes clones, un predio certificado como orgánico. Mientras se camina por debajo de los árboles se escucha el rumor del río Quebradón y el crujir de las hojas secas de la última poda. Además, en sus terrenos también crecen los cultivos de plátano y fríjol que sembró con otras mujeres campesinas.

“El cacao nos enseña que es una labor familiar y comunitaria”, expresó.

Una apuesta por la paz

Desde el trabajo social y gracias a la firma del Acuerdo entre el Gobierno Nacional y las antiguas Farc, Marinella se ha involucrado en varios procesos comunitarios. Se convirtió en consejera de paz de Algeciras y hace tres años se juntó a otras mujeres para crear la Asociación de Mujeres Víctimas Empoderadas Sobrevivientes (ASOAMES).

“Somos víctimas, sí, pero estamos vivas. De nuestras tristezas sacamos las ganas de aportar lo bueno, de aprender, siendo muy empoderadas con la vida, porque la vida sigue”, resaltó.

Algeciras es el único municipio PDET del departamento del Huila y es reconocido como la despensa agrícola de la región. Fue una de las poblaciones más golpeadas por el conflicto armado. Entre 1965 y 2013 sufrió 16 ataques guerrilleros, todos perpetrados por las antiguas Farc, ubicándose de sexto a nivel nacional en este registro, de acuerdo con datos del Centro Nacional de Memoria Histórica.

Con el proceso de paz y la firma del Acuerdo, el municipio se ha reactivado en su economía y reconstruye su tejido social. El comercio se ha ampliado, igual que la producción de alimentos. 

Un canto para el campo

Además de su vocación agrícola y liderazgo, Marinella es hija de la música. Desde muy niña su padre la llevó por los caminos de los ritmos campesinos, los cuales sigue cantando y tocando con alegría. Su agrupación se llama Marinella y su trío imperial, con la que ha recorrido festivales regionales y nacionales.

Además, fueron ganadores del segundo Festival de Músicas Campesinas de Radio Nacional de Colombia. La música ha sido siempre su pasión y siente que tiene una deuda con ella por la posibilidad de sanar que le brinda.

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