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“Pueden ser más las víctimas”: madre de niño abusado en centro infantil en Medellín

El ICBF reportó que 14 niños y niñas habrían sido abusados en un jardín infantil en Medellín.

Una de las madres de los niños y niñas presuntamente abusados por un trabajador del centro infantil Pequeños Exploradores, de Medellín, afirmó que la cifra de menores violentados por este sujeto puede ser mayor, analizando algunos indicios y comportamientos que han mostrado los menores. Así lo narró en diálogo con Señal de la Mañana de Radio Nacional de Colombia.

“Estoy segura de que este sujeto pudo abusar de más niños, porque muchas mamás nos contaban que veían y escuchaban cosas extrañas en sus hijos, entre ellas que las niñas llegaban sin interiores a las casas y que decían que era un amigo secreto. Muchos indicios muestran que sí pudo ocurrir. A los niños hay que creerles y escucharlos, porque ellos no mienten y tampoco se van a poner de acuerdo para inventar este tipo de cosas”, narró la madre a quien se le reserva el nombre por privacidad.

Comentó que, con el pasar del tiempo, muchos niños comenzaron a comportarse agresivamente y otros simplemente dejaron de hablar. Además, señaló que es imposible que las profesoras que trabajan en el hogar no sospecharan de los vejámenes que estaba cometiendo este sujeto, considerando las denuncias que directamente hizo su hijo y los cambios en el comportamiento de algunos menores.

“Es muy extraño que las profesoras no se hayan dado cuenta, porque el sitio es muy pequeño y a simple vista se ve el baño. Es imposible que la profesora no se diera cuenta que un tipo grande entraba al baño con los niños y, también, es de no creer que solo mi hijo le haya manifestado esta situación”, manifestó.

Relató detalladamente que su hijo le contó en múltiples ocasiones a su profesora lo que estaba sucediendo, pero que siempre hizo caso omiso a sus denuncias. De hecho, muchos de los menores manifestaron que la docente se iba a dormir y los dejaba solos con el individuo implicado en los abusos.

“Él le contó a la profesora Trinidad, y le decía: “¡Profe, présteme atención! Me duelen mis partes íntimas”, pero ella no le puso cuidado, tampoco se comunicó conmigo e hizo nada al respecto. Cuando yo llamo a la profesora, el mismo día que mi hijo nos contó, ella nos dijo: “Es imposible, porque conozco muy bien a la persona con la que trabajo”; y yo le respondí: “Usted no conoce a nadie, no sabe qué hace esa persona en el tiempo libre y tampoco conoce el corazón ni la mente de ese sujeto”. Yo defendía a mi hijo como diera lugar”, expresó.

Indicó que su hijo les informó lo que estaba ocurriendo el 18 de junio, y que al día siguiente llevaron al niño al hospital El Concejo para activar el Código Fucsia de atención a víctimas de violencia sexual. Posteriormente, condujeron al menor de tres años a una sala didáctica y, por intermedio de una psicóloga, comenzaron a preguntarle puntualmente sobre lo que había pasado.

“Él decía que le besó los genitales al amigo grande y que le besaba las orejas. El niño le decía al individuo que la boquita no, porque yo le he enseñado que besos en la boca a nadie, le he enseñado cuáles son sus partes íntimas y cómo se conoce su cuerpo. Entonces, él nos contó específicamente qué partes le tocó, confesó que todo ocurrió en el baño, que lo había tocado con los dedos y que le dolió mucho. Fue muy duro como mamá escuchar las respuestas de mi hijo”, mencionó.

La madre sostuvo que su hijo ha recibido acompañamiento psicológico a través del programa ‘Jugar para Sanar’, pero que todo el proceso ha sido muy complejo y doloroso. “Ha sido un proceso muy difícil emocionalmente, sabiendo que hay muchos niños que pudieron haber sido abusados, teniendo en cuenta que el señor está ahí desde hace mucho tiempo. No he podido dormir, no pude continuar trabajando y todo ha sido muy frustrante. Me siento impotente por todo”, enunció.

Agregó que ha sido muy difícil también el proceso penal que adelantan en contra del sujeto, debido a las múltiples diligencias que han tenido que realizar para llevar el caso a la Fiscalía.

“Yo espero de la justicia que a las otras mamás no les toque hacer tantas diligencias para que los culpables paguen, porque a mí y a otra mamá nos ha tocado andar muchísimo y nos han cerrado algunas puertas. Incluso, yo he salido hasta regañada por parte de la entidad encargada de manejar ese centro. Es horrible tener que sacar tiempo, permisos y dinero de donde no lo hay, porque en pasajes se va demasiado; aparte de eso, lidiar con los niños. Todo eso para que nos escuchen”, dijo.

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