Según confirmó el propio ministro de Defensa israelí, Israel Katz, el gobierno declaró el estado de emergencia nacional ante la expectativa de una respuesta inmediata de Teherán.
“Después del ataque […] se espera un ataque con misiles y drones contra el Estado de Israel y su población civil en el futuro inmediato”, dijo Katz, en un mensaje que confirmó oficialmente la agresión sin haber sido precedida por una declaración de guerra ni validación internacional.
Aunque horas antes el presidente estadounidense Donald Trump había insinuado la posibilidad de una acción militar israelí contra instalaciones iraníes. “No estamos involucrados en ataques contra Irán”, declaró el jefe de la diplomacia estadounidense. Un alto funcionario citado por AFP reiteró que Washington no formó parte de la operación ni fue consultado previamente.
Irán activa defensa y anticipa represalias
La televisión estatal iraní informó que la defensa aérea se encuentra “al 100% de capacidad operativa”, luego de que se registraran varias explosiones en distintas zonas del país. Hasta el momento, el gobierno iraní no ha confirmado si responderá militarmente, pero fuentes cercanas al régimen anticipan una represalia proporcional.
El senador republicano Marco Rubio, aliado político de Trump, lanzó una advertencia directa a Irán: “No ataque intereses o personal estadounidense”, dejando ver el riesgo de una escalada regional que comprometa a múltiples actores internacionales.
Mercados reaccionan con alarma
Como efecto inmediato, los precios internacionales del petróleo se dispararon más de un 6%. El barril de WTI se cotizaba en 72,29 dólares y el Brent superó los 73,29, lo que refleja el temor a un conflicto de grandes proporciones en una región clave para el suministro energético global.
Sin respaldo internacional
El ataque ejecutado por Israel no ha contado hasta el momento con respaldo internacional. Varios países han mantenido silencio ante la agresión, mientras se multiplican los llamados a evitar una confrontación de mayores dimensiones. El hecho se produce en un contexto de creciente presión interna sobre el gobierno israelí, que ha sido ampliamente criticado por su ofensiva sostenida en Gaza y sus acciones unilaterales en la región.