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El rol de la mujer científica en Colombia

Conozca las historias de mujeres científicas que se han destacado en distintas áreas.

Por: Carolina Bustamante

Colombia cuenta con 13 mil científicos registrados según el Observatorio de Ciencia, Tecnología e Innovación; de estos el 30% son mujeres que han superado las brechas de género, limitantes sociales, económicas y políticas dando paso al desarrollo de ideas y soluciones en pro de mejorar la calidad de vida de la humanidad.

Todo comenzó con el ingreso a la universidad por primera vez en Colombia de Gerda Westendorp Restrepo en 1935, como estudiante de medicina en la Universidad Nacional de Colombia y de Paulina Beregoff en 1925, en la misma carrera pero ingresó a la Universidad de Cartagena, siendo entre otras, la primera docente mujer del claustro. En adelante el país ha logrado impulsar talentos brillantes que hoy son: físicas, matemáticas investigadoras y científicas pero con grandes retos y necesidades aún latentes para ejercer su labor.

La boyacense Sandra Milena Rondón, es científica y doctora en ciencias biomédicas y oncología humana. Galardonada y reconocida en el medio por sus investigaciones sobre la inestabilidad cromosómica en células de cáncer de seno, que permitirán mejorar el diagnóstico y generar terapias que disminuyan los efectos secundarios que tiene este tratamiento. Sin embargo, describe que aún hay limitantes por superar para las mujeres:

“Si bien la participación de la mujer ha aumentado, aún no estamos lo suficientemente representadas. Es fundamental mejorar la financiación en proyectos de investigación y garantizar opciones laborales fijas, estables, continuas y equitativas”, explicó.

Casi al unísono se oyen voces femeninas que, en materia de aportes a su labor, piden mayor compromiso Estatal pues no solo es un tema de recursos económicos, indica Sara Victoria Alvarado, miembro de la Misión de Sabios del gobierno actual e investigadora para Latinoamérica en proyectos de ciencias sociales para niños y juventudes; a su juicio “socialmente el rol científico no ha tenido los incentivos que necesita para poder sacar a muchas mujeres de la condición de subalternidad cultural en la que la historia nos ha puesto” y defiende que el género además de cumplir varios roles tiene características que per se, han revolucionado la ciencia:

“La mujer por sus características naturales, introdujo una dinámica de investigación más comprensiva, más cualitativa en diálogo con las grandes explicaciones de los modelos empíricos y analíticos que por décadas dominaron a la ciencia y esto se debe a la entrada del género a la ciencia”, señaló.

Y si alguien tiene claro, que buscar en las grandes ciudades que la mujer logre

espacios y obtener apoyo para su labor científica es difícil, y por ende en las regiones del país es aún más complejo, es la doctora María del Carmen Vergara, actual coordinadora de la Unidad de Investigación de la Universidad Autónoma de Manizales, y quien liderar estudios en favor de población joven, enfocados en proyectos de innovación, desarrollo científico y tecnológico. Para ella “(…) lo único que nos diferencia como seres humanos es el nivel de oportunidades al que hemos tenido acceso y eso ha hecho que todo mi trabajo sea en función de diseñar y aportar para que jóvenes de Colombia tengan más oportunidades”, explicó.

Parte de las limitantes que las científicas encuentran dentro de su labor se relacionan con el denominado STEM, por sus siglas en inglés (Science, Technology, Engineering and Mathematics) – (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) porque de acuerdo con la UNESCO, las mujeres que laboran en STEM logran publicar menos y tienen un menor rango salarial en comparación con los hombres.

“(…) esto hace parte del rezago que tenemos. Los tomadores de decisiones deberían apoyar e igualar más las cargas laborales y familiares, para así evitar la deserción femenina; desde la educación media, pasando al ámbito profesional y permitiendo mayor vinculación a la tecnología y la ciencia por parte del género”, dicen las científicas.

Los retos

Para el año 2020 el Gobierno Nacional destinó al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación un presupuesto de $392.363 millones de pesos. De este rubro, el 5,53% se asignó a promover el desarrollo tecnológico y la innovación; el 38,09% para formación en posgrados siendo el más alto, pero esta cartera no especifica en sus reportes cuánto de ese apoyo logran recibir las mujeres.

Si bien, reconocen las investigadoras, se han generado algunos espacios de participación femenina a través de becas, financiamiento académico y acciones transversales que les permitan responder a sus roles de madres, esposas e hijas, sumado al rol profesional, reclaman como la doctora Rondón, que el proceso aún es incipiente frente a la demanda de mujeres que buscan crecer profesionalmente, y que se han abierto espacios a nivel nacional e internacional por sus ideas, su disciplina y su capacidad de crear.

Sugieren entonces formar talento joven que se quede en el país y evitar la deserción o la fuga de mentes; que se reduzca el crecimiento y la producción científica a nivel nacional y para eso explican, es clave una transformación laboral de inserción y equidad en los géneros, así como combatir la desfinanciación de proyectos científicos.

La mujer seguirá abriendo caminos en la investigación científica, dice la doctora Alvarado, porque siempre “vale la pena gastar toda la vida en tratar de tener comprensiones más claras del mundo, para poder realmente encontrar las maneras de transformar ese mundo e ir construyendo aquello que se acerque más a nuestros sueños de humanidad”.

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