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“Vamos a enfrentar las amenazas con multitudes”: Pdte. Petro

En San Andrés, el presidente Gustavo Petro advirtió sobre una posible escalada militar en el Caribe y llamó a construir una “diplomacia de los pueblos”, basada en la organización social, frente a los misiles y amenazas geopolíticas en la región.
Petro advierte riesgo de escalada militar en el Caribe y propone una diplomacia de los pueblos
Flickr/Presidencia
Jhon Arias

En la II Cumbre de los Pueblos del Caribe Occidental, realizada en San Andrés, el presidente Gustavo Petro advirtió sobre el riesgo de una escalada militar en el mar Caribe y trazó un paralelo con la ofensiva israelí en Gaza. El mandatario denunció que los mismos misiles que hoy caen sobre Palestina están siendo usados en operaciones armadas en aguas caribeñas y planteó que, ante la incapacidad de los Estados para frenar la guerra, debe abrirse paso una “diplomacia de los pueblos” basada en la organización social y la defensa de la vida.

El jefe de Estado intervino en el marco del encuentro entre delegaciones raizales, afrodescendientes, garífunas, miskitas, creoles y representantes de otros pueblos del Caribe, y en la ceremonia de entrega de la Orden de Boyacá a los activistas palestinos Husam Abu-Safia y Mahmoud Zayed, y a las colombianas Luna Valentina Barreto y Manuela Bedoya, integrantes de la flotilla internacional Global Sumud que intentó llevar ayuda humanitaria a Gaza. Desde allí, el presidente vinculó la defensa del mar Caribe con la lucha global contra el genocidio y la crisis climática.

“Si los Estados nación no pueden resolver ni juntándose entre ellos, alguien tiene que resolver. Y ese alguien no es más ni menos que todos los habitantes del planeta que entran a una fase de juntanza que es indispensable si queremos que la vida”, afirmó, al plantear que la respuesta ya no puede quedar solo en manos de cancillerías y gobiernos, sino en la acción coordinada de las sociedades.


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El Presidente recordó que la flotilla Global Sumud que buscó llegar a Gaza fue una expresión de coordinación ciudadana global frente a la masacre del pueblo palestino. “Cuando vemos lo que sucede en Palestina… advertimos alguna vez, también, que solo era un experimento para mostrarles a los demás pueblos. No era solo el conflicto que arranca desde 1948 […] sino una demostración de poder”, señaló, al destacar el papel de Manuela Bedoya y Luna Valentina Barreto, colombianas detenidas por Israel e incorporadas luego en un intercambio humanitario.

Aunque reconoció avances parciales, como liberaciones de presos y el aislamiento diplomático de Benjamín Netanyahu en escenarios multilaterales, el jefe de Estado insistió en que “la violencia sigue, el genocidio sigue por días con menor número de muertos. Pero el genocidio sigue y la explosividad que se puede dar allí, más grande aún, continúa”.

A partir de ese diagnóstico, el presidente trasladó la reflexión al Caribe. Subrayó que Turquía “solo divide dos grandes guerras: la de Ucrania y la que Israel hace sobre el pueblo palestino" donde no hay guerra sino más bien un genocidio ejecutándose, y advirtió que en paralelo existe un asedio de Estados Unidos con amenaza militar sobre los países de América del Sur.

Según el mandatario, esas amenazas ya han tenido como destinatarios a Brasil, México, Colombia y Venezuela. “Venezuela es Caribe. Es el sitio donde nació Bolívar. Yo mismo soy Caribe”, dijo, ligando la coyuntura actual con la historia anticolonial de la región.

Misiles, petróleo y crisis climática

En su intervención, el mandatario señaló que los bombardeos en el Caribe responden a una lógica de poder ligada al sistema fósil que sostiene la economía mundial. Recordó la reciente incautación, por fuerzas estadounidenses, de un barco petrolero en la zona, decisión que calificó como un acto de “piratería” y síntoma de una disputa geopolítica por el control de hidrocarburos.

“Los mismos misiles que caen en Gaza, caen en el Caribe. De la misma marca. Con otras razones, pero no dejan de ser lo mismo: un mecanismo de poder. Ese poder está centrado en la cantidad de misiles y la cantidad de dinero. Entre más misiles tengas, más dinero tengas, más poder tienes en el mundo. Ese dinero está embarcado en el petróleo, el carbón y el gas”, advirtió.

Para el presidente, “está tirando los misiles, no por el narco […], no es por eso, es porque esos misiles demuestran un control sobre la humanidad para que no hable, para que no reaccione, para que no se mueva como se movió en Europa o en Estados Unidos con millones de personas” frente al genocidio en Palestina. En esa lógica, afirmó, el Gobierno de Estados Unidos y los narcotraficantes “se disputan el puesto como asesinos de los jóvenes del Caribe”, aunque por rutas distintas, mientras la población queda atrapada entre militarización y economías ilegales.

Multitudes y palabra frente a los misiles

Frente a ese escenario, el presidente Gustavo Petro instó a la conformación de sociedades organizadas. “Lo que se contrapone contra los misiles y el dinero son las multitudes y la palabra”, afirmó, al insistir en que la defensa del Caribe requiere una movilización regional que haga visible lo que ocurre en el mar y cuestione el uso de la fuerza sin autorización de los Estados afectados.

El jefe de Estado denunció que en el Caribe “no existen aguas internacionales” en el sentido en que se está usando esa figura para justificar operaciones armadas, pues todos los bombardeos tienen lugar sobre áreas bajo jurisdicción de algún país. A partir de allí, cuestionó el silencio de los gobiernos de la región: “Ni un solo presidente latinoamericano ha llamado a otro presidente latinoamericano para preguntarse qué hacer ante el hecho de que estamos siendo invadidos porque no existen aguas internacionales en el Caribe”.

El jefe de Estado sostuvo que la diplomacia tradicional “se volvió inservible” frente a las amenazas actuales y planteó que es el momento de “la diplomacia de los pueblos” y de la construcción de una unidad caribeña que desborde las cancillerías y se ancle en las comunidades, los movimientos sociales y las diásporas. “Tenemos que ser palabra y multitud; y en esa medida podemos hacer retroceder los misiles y el dinero”, insistió.

Haití, San Andrés y la confederación de los pueblos del Caribe

El presidente articuló su mensaje con la agenda de la II Cumbre de los Pueblos del Caribe Occidental, centrada en la creación de una Confederación de Pueblos del Caribe, el comercio regional, las economías para la vida, la resiliencia climática, la protección de los océanos y la reparación histórica.

Recordó el papel de Haití en las luchas de independencia y lo definió como “un corazón que no podemos olvidar”. “La lucha por la libertad que fue de la patria de Bolívar, es una lucha que tiene su principal influencia en Haití”, subrayó, al proponer una gran cumbre de todos los pueblos caribeños y “saltar hacia el Caribe grande” como horizonte político y cultural.

En esa perspectiva, convocó a conocer el mar territorial “a profundidad” y a construir soberanía alimentaria desde allí: “¿Cómo logramos que la confederación de pueblos del Caribe se haga dueña de la pesca en el Caribe y pueda sostener alimentariamente a sus pueblos sin romper el equilibrio de la vida en el océano?”.

“El Caribe es el mar de los caribeños y las caribeñas, y es el lugar de un gran fogonazo cultural que resurgirá, que es el segundo renacimiento, donde se encuentran las culturas y puede crearse la belleza no solo del paisaje sino del ser humano”, afirmó.

“La hora de la dignidad y de la diplomacia de los pueblos”

En el cierre de su intervención, el Presidente reiteró que la dignidad debe estar por encima del intercambio comercial y de la conveniencia coyuntural de las élites políticas de la región. Criticó el silencio de varios gobiernos latinoamericanos ante los bombardeos en el Caribe y los ataques contra Palestina, y sostuvo que “cuando los pueblos se juntan, no hay misil que aguante”.

“Entonces vamos a enfrentar las amenazas, pero las vamos a enfrentar con multitudes, con la palabra, con los saberes; es en nuestra unidad donde está la fuerza”, concluyó, vinculado la defensa del Caribe con la lucha por la vida frente al genocidio, la guerra y la crisis climática.

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