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Presidente Petro ordena refuerzo policial en Bogotá, Cali y Pereira

Durante el ascenso de 121 oficiales, el presidente Petro ordenó reforzar la Policía en Bogotá, Cali y Pereira por el aumento de homicidios. Atribuye la situación a bandas criminales en barrios populares y a una desigualdad profunda, planteando un "Estado del cuidado" para los jóvenes.
Gustavo Petro pidió más presencia de la Policía en Bogotá, Cali y Pereira
Foto: Ovidio González/Presidencia de la República
Sary Tovar

En el marco de la ceremonia de ascenso de 121 nuevos oficiales de la Policía Nacional que se llevó a cabo en la Escuela de Cadetes General Santander, el presidente Gustavo Petro ordenó aumentar la fuerza policial en las ciudades de Bogotá, Cali y Pereira en razón al aumento de homicidios.

Según explicó el mandatario, a nivel nacional la tasa de homicidios ha venido descendiendo sin embargo, en la ciudad de Bogotá, Cali y Pereira las cifras persisten afectando el balance general del país.

El presidente Gustavo Petro le indicó al general Carlos Triana, director de la Policía Nacional, que el mapa de la tasa de homicidios muestra que esta se ha estancado. Aclaró que la razón de esta situación no son las regiones que usualmente se mencionan en la prensa, sino tres grandes ciudades urbanas: Cali, Pereira y Bogotá, las cuales requieren una atención especial.

Conforme expresó el mandatario el aumento de homicidios se debe al crecimiento de bandas criminales que operan principalmente en barrios populares, donde reclutan jóvenes y están vinculadas a economías ilícitas.


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Estado de cuidado

El presidente ordenó establecer un "Estado del cuidado" para los jóvenes en los barrios populares de Cali, Pereira y Bogotá. Explicó que el crimen no surge de la nada; tiene raíces sociales profundas. Enfatizó que ser la tercera sociedad más desigual del mundo es un caldo de cultivo para la violencia en Colombia.

Además, el mandatario advirtió que el fenómeno del homicidio ha evolucionado. Ya no se trata de una violencia dispersa, sino de acciones premeditadas, financiadas y ejecutadas por organizaciones criminales cada vez más sofisticadas. Estas estructuras incluso poseen la capacidad de coordinación internacional y control territorial. 

Según el presidente, la violencia actual no es como la de antes, "cuando quizás por ignorancia, la gente se mataba entre sí". Ahora es un trabajo sicarial de organizaciones que, aunque las llamemos bandas, ya no son lo que solían ser; se han vuelto muy complejas.

Puntualizó que Cali, Pereira y Bogotá son un claro ejemplo de esta transformación. En estas ciudades, "se mata para controlar territorio y ejercer dominio sobre las economías ilícitas que allí operan", como el narcotráfico, la minería ilegal y el contrabando.

Finalmente, el presidente concluyó que el verdadero adversario hoy "no es propiamente nacional, sino multinacional". Este enemigo maneja sumas de dinero considerables y a veces supera el poder financiero del Gobierno nacional. Por ello, es imperativo "construir condiciones para que coger un fusil, un arma y matar al vecino o a otro joven no se convierta en una profesión".

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