Los médiums modernos de la inteligencia artificial en el mundo espiritual
El 2 de noviembre, se celebra el Día de los Fieles Difuntos, una tradición católica que conmemora la memoria de aquellos seres queridos que, según esta religión, "no han podido llegar al cielo".
El responsable de iniciar esta tradición fue el monje benedictino San Odilón de Francia, quien la instauró en Roma en el siglo XVI, y a partir de allí se extendió por todas las colonias españolas hasta llegar a nuestro país durante la conquista.
Por otro lado, el Día de Muertos es una celebración tradicional mexicana que se lleva a cabo el 1 y 2 de noviembre, y que se ha extendido a otros países de Latinoamérica para honrar a los difuntos.
Quizás algunas personas recuerden la película "Ghost" lanzada en 1990 y más conocida en Colombia como "Ghost: la sombra del amor". La cinta narra la historia de Sam, interpretado por Patrick Wayne Swayze (ya fallecido), quien luego de ser asesinado en un atraco en presencia de su novia Molly (Demi Moore), se convierte en un fantasma.
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El desesperado amante busca diversas formas de comunicarse con su adorada pareja desde otra dimensión, hasta que gracias a la médium Oda Mae (Whoopi Goldberg) logra interactuar con Molly.
Hace 33 años, cuando se hizo esta película, la inteligencia artificial (IA) no estaba tan avanzada. Si hubiera sido de otro modo, el director Jerry Tucker probablemente habría considerado utilizar una plataforma para que Sam y Molly se comunicaran a través de esta tecnología, sin tanto embrollo.
En la actualidad, existen diversas aplicaciones como ‘Re-memory’, ‘HereAfter’ y ‘Eterni.me’, entre otras, que permiten "conversar" con los seres queridos ya fallecidos. El profesor universitario Jorge Mario Calvo es un experto en el tema de la IA, y conversó con la Radio Nacional de Colombia sobre estas controvertidas herramientas.
“Básicamente, se trata de una tecnología llamada inteligencia artificial generativa, la cual permite a un algoritmo aprender de un patrón presente en los datos. Entonces, puedo generar conversaciones a partir de ese patrón, de manera similar a nuestro cerebro. Si le dices a una persona ¡hola, ¿cómo estás?!, esa persona responde automáticamente ¡bien, y tú! Yo proporciono una entrada y él me responde unos textos que nuestro cerebro determina”, explicó.
Asimismo, el profesor señaló que las inteligencias artificiales generativas, como ChatGPT, hacen lo mismo. Simplemente, se entrenan con muchos textos y aprenden ese patrón, siendo capaces de predecir el siguiente término más probable dados unos términos de entrada, conocidos como el 'Prompt', y la inteligencia artificial responde. En resumen, es un modelo probabilístico.
En cuanto al acceso a estas herramientas, el experto mencionó dos categorías en estas aplicaciones. Una es de uso privativo y costosa, y la otra es de código abierto de libre acceso. Además, comentó que Facebook jugó un papel crucial al proporcionar a la comunidad y al mundo una herramienta de libre uso denominada “Llama”, patrocinada por Microsoft.
Respecto a las implicaciones éticas de estas aplicaciones, el profesor destacó que hay muchas: “imagínese que una persona fallece y no quiere que todas esas conversaciones que quedaron de él, por ejemplo, en WhatsApp, sean revividas. Pero alguien podría tomar todos esos textos y aplicarlos a la IA, incluso llegando a afirmar que esa persona está viva. Esto plantea todo un componente ético y religioso”.
En el caso del profesor Calvo, inmerso en el mundo de la IA, lo ve como lo más natural del mundo: “hay que entender que estos son modelos probabilísticos estadísticos, no son seres humanos. Mucha gente, por desconocimiento de la inteligencia artificial, considera que ChatGPT es un gran oráculo que responde a todo, pero no, es un gran modelo probabilístico que simplemente determina cuál es la respuesta más probable. Deberíamos verlo de la misma manera”.
Asimismo, el profesor explicó que no se trata de revivir a la persona, sino de tener una herramienta que permite preservar esos recuerdos, hacerlos más vívidos y darles un enfoque más tecnológico. “Eso es lo que hay que entender de lo que hay detrás de estas tecnologías”, concluyó el profesor Jorge Mario Calvo.
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Para la psicoanalista con investigaciones en duelo y escritura, Luisa Gómez, el asunto del duelo es fundamental cuando nos enfrentamos a una pérdida, un vacío, un agujero; es decir, hay algo allí que no se puede capturar mediante la palabra.
“En ese sentido, lo que sabemos es que los rituales, la compañía de los otros, la unión de sentir que hay otro allí, eso de alguna manera nos ayuda a ponerle límite. Si lo pensamos en términos de un agujero, proporciona un borde a ese vacío que sentimos que nos traga cuando el otro no está presente. Si lo asumimos de esa manera, entonces la IA realmente no haría nada en la estructura del duelo, tal vez solo lo taparía un poco”, explicó.
Además, la psicoanalista señaló que la IA puede proporcionarnos consejos y decirnos cosas. En ese sentido, pareciera que llenaría ese vacío. Sin embargo, ese agujero sigue estando allí. En la medida en que no se acote, no es posible organizar la realidad de manera que una cosa es lo que no está y otra cosa es donde estamos ahora. Esa es la dificultad cuando alguien muy amado muere.
“Si sentimos que nos vamos con esa persona, que la vida pierde sentido, si eso no se acota y el difunto no pasa a estar con los muertos y el vivo se queda con los vivos, entonces quedamos en una especie de nostalgia, de melancolía que nos impide hacer, desear y aferrarnos a la vida. Creo que la inteligencia artificial nunca cumplirá esa función”, concluyó Luisa Gómez.
