De Dinamarca a San Agustín: la lucha por repatriar el patrimonio arqueológico de Colombia
En el museo del Parque Arqueológico de San Agustín, en el sur del Huila, los visitantes pueden conocer, entre más de 600 estatuas y monumentos, una pieza de 76 centímetros de alto, que se ha constituido en el símbolo de una intensa lucha de Colombia por lograr la recuperación de muchos elementos de este incontable patrimonio, dispersos en varias naciones del mundo.
Se trata de la estatua identificada como San Agustín No. 155 del catálogo Estatuaria del Macizo Colombiano, de acuerdo con los registros del Instituto Colombiano de Antropología e Historia, ICANH, que administra la zona arqueológica de San Agustín e Isnos, declarada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
La pieza fue robada en diciembre de 1988 en la inspección de La Pradera, en zona rural de San Agustín, en un período en el que saqueadores hurtaron decenas de estatuas y -aunque suena sorprendente, dado el peso y tamaño de estos elementos-, las sacaron del país y las vendieron a traficantes internacionales. La 155 terminó en Dinamarca, en el norte de Europa, en manos de un coleccionista privado.
La detección de la pieza se dio por parte de expertos daneses, y su recuperación y repatriación, junto a 255 piezas más, fue producto de un prolongado esfuerzo y hasta la detención de una subasta. En todo el proceso participaron, por Colombia, la Cancillería, el ICANH y el Ministerio de Cultura, junto a la Interpol y el Consejo Internacional de Museos (ICOM, por su sigla en inglés).
Las piezas regresaron a Colombia efectivamente en 2011, 23 años después de su robo. “La 155 está aquí, en el Museo, a salvo”, indicó Isidro Ortega, director del Parque Arqueológico de San Agustín.
No obstante, reconoce que continúan los esfuerzos del Gobierno Nacional y del departamento del Huila para recuperar y repatriar muchas otras.
“Estamos en el proceso -que es muy dispendioso- junto a varias instituciones nacionales e internacionales, para lograr el retorno de otras piezas”, agregó Ortega.
Entre ellas, hay varias que permanecen en Alemania, llevadas a comienzos del siglo XX por el investigador Konrad Theodor Preuss, o la que de manera fortuita encontró el exalcalde de San Agustín, Gabriel Calderón, en un museo de Denver, Estados Unidos.
“Afortunadamente, hay muchos más controles por disposición legal, y se han reducido la guaquería y los saqueos”, concluyó Ortega.
