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Carnaval de Negros y Blancos: risas, chanzas y reivindicación del legado afro

La raíz cultural negra del 5 de enero conmemora el día de descanso otorgado a los negros esclavos.

Por: Sandra Erazo

Dentro del Carnaval de Negros y Blancos, el 5 de enero los pastusos portando su ropa carnavalera salen de sus casas al encuentro del juego. Llevan tarritos de plástico con cosmético negro con el que untan a quienes encuentran a su paso.

Este es el pretexto para crear modalidades del juego de negritos: el juego caricia, el tatuaje, la mano negra marcada en los rostros y la “operación pupo”. Así, de pintica en pintica la ciudad se torna de un solo color, el negro.

Sin embargo, debido a la pandemia de la Covid-19, este año la ropa carnavalera se quedó en el armario y el cosmético sin gastar, pues esta versión 2021 del Carnaval se vive de manera virtual. Dentro de la programación, este martes se presentó en la Concha Acústica Agustín Agualongo, sede oficial de este carnaval, la puesta en escena ‘Epifanía de Carnaval’.

Muestra teatral que contó la historia del espíritu del fuego, representado por la actriz Adalgisa Villarreal, quien arribó para enseñarle a una niña, que por motivos de la pandemia en este año no pudo salir a la senda, el origen de esta fecha y su importancia dentro de la celebración del Carnaval de Negros y Blancos de Pasto.

“Este espíritu le enseña a la protagonista sobre la importancia de los colores en los maquillajes que los afros traían, cómo preparaban ellos ese maquillaje negro y cómo los blancos al mirar que los negritos se divertían en un día de pintica de negro adoptaron esta tradición. Le enseña a jugar a la niña con cariño, con una caricia y esta empieza a pintar a sus hermanos, sus primos y se divierte en la casa”, expresa el maestro Piero Hidalgo, director de la puesta en escena.

El mensaje que deja la obra es a disfrutar del carnaval a pesar de la virtualidad en que se lo vive hoy, permitir que se apodere de cada uno para encontrar la felicidad, evocando aquellos días donde el juego, las risas, las chanzas y el contacto con el otro se daban a partir de la pintica.

“El juego del carnaval a todos nos lleva felicidad, al cuerpo, al corazón como al espíritu”, finaliza el maestro Hidalgo al referirse a este carnaval atípico pero sentido y vivido desde adentro.

La raíz cultural negra del 5 de enero conmemora el día de descanso otorgado a los negros esclavos, “La celebración del día libre otorgado a los esclavos, entendido como contención social y fruto de las revueltas protagonizadas por ellos desde el siglo XVII hasta el XIX. Durante el día libre, se procedía a invertir los roles sociales: el esclavo pasaba a ser amo y este su esclavo,” Según Lidia Inés Muñoz, presidenta de la Academia Nariñense de Historia.

Este Día de Negritos no es solo un momento de juego, sino también de reflexión y reivindicación con ese legado afro que habita en la costa pacífica nariñense, representada en sus cantos, bailes, instrumentos, gastronomía y creencias.

“La intención es que cuando todos estamos manchados de negro, todos estamos contagiados de esa energía, de ese espíritu afro que es muy alegre, siempre está lleno de jolgorio, de mucha emoción y de mucha vivencia. El 5 de enero no es de diferencia de clases sociales, por el contrario, este día invita a recapacitar, a volvernos más tolerantes, a pintarnos todos como una sola raza, la humana que es la más importante”, manifestó Adalgisa Villarreal, protagonista de la obra.

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