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El refuerzo con el que Norte de Santander consiguió oro en baloncesto paranacional

Nelson Sanz llegó de Brasil y fue pieza clave para la obtención de la presea dorada en los V Juegos Paranacionales Bolívar 2019.

Por: Jimmy Cuadros

El amor por el baloncesto impulsó a Nelson Jaime Sanz Londoño a seguir practicando este deporte, pero sentado en una silla de ruedas. Todo por no dejar de tomar entre sus manos la pelota naranja y sentir ese vértigo que lo invade cuando ve la esférica entrando en la cesta de la misma manera que el sol se sumerge en el mar cada atardecer.

Tiene 45 años y desde niño supo que quería ser basquetbolista. Luchó por conseguirlo y lo logró: se convirtió en un atleta profesional que defendió las camisillas de varios quintetos del país e incluso integró la Selección Colombia en varias competiciones internacionales.

Nelson Sanz nació en Quimbaya, Quindío, pero en esta quinta edición de los Juegos Paranacionales Bolívar 2019 representó al departamento de Norte de Santander en el baloncesto en silla de ruedas, selección con la que ganó la medalla de oro al vencer este domingo 67-49 a Casanare.

“Llevo en el baloncesto de silla de ruedas 12 años, desde el 2007 cuando empecé a sufrir artrosis degenerativa en ambas rodillas”, explica Nelson. Estaba en el mejor momento de su carrera en el baloncesto convencional, integraba la plantilla de Piratas de Bogotá y la Selección Colombia, cuando le empezaron a hacer terapias que minaban el dolor, pero la lesión se hacía cada vez más progresiva.

“Se me hizo difícil seguir corriendo. En ese momento estuve acompañando a Rodney Hawkins, basquetbolista de Providencia al que le amputaron la pierna izquierda. Estuve con él, vi el proceso que tuvo como basquetbolista en silla de ruedas y eso me motivó a seguir en este deporte, aún en una silla”, cuenta este gigante de 1.90 metros de estatura y 90 kilos.

Según Nelson, en Colombia hay jugadores lesionados con mucho potencial para el baloncesto en silla de ruedas, pero tienen muchos tabúes. “Creen que si se sientan en una silla a jugar básquet no van a poder. Al inicio para mí fue difícil el manejo de la silla, pero con muchas horas de práctica lo conseguí, además de que ya tiene uno el manejo, el tiro al aro”, explica.

Su talento le ha permitido jugar en el exterior muchos años. Incluso se perdió el primer partido de Norte de Santander en los Paranacionales porque estaba compitiendo en Sao Paulo, Brasil, en la Liga de Primera División de baloncesto en silla de ruedas.

El nivel que ha sostenido a lo largo de sus años como deportista le ha permitido también integrar la Selección Colombia de baloncesto en silla de ruedas desde el mismo año en que empezó.

Ya estuvo con la camisilla tricolor en los Paralímpicos de Londres y de esa experiencia nació la idea del tatuaje que tiene en el brazo derecho: un retrato suyo sentado en la silla y encestando el balón en uno de los aros de las olimpiadas.

“Ahora vamos para Tokio, será nuestra segunda paralimpiada, algo histórico porque en baloncesto convencional si acaso hemos ido a los Suramericanos”, resalta Nelson.

Sanz Londoño es profesional en Deporte y Actividad Física, especialista en Dirección y Gestión Deportiva. Ha trabajado como metodólogo en varias ligas del país y en Coldeportes. Está casado con Paula Fabiana, con quien tiene dos hijos. A ellos les ha enseñado que el deporte es vida y que amar una disciplina motiva a un deportista a no rendirse jamás.

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