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Educación en la Radio Nacional durante 80 años de historia

Hoy queremos compartir algunas reflexiones sobre el papel que ha tenido la Radio Nacional de Colombia y la educación.

Por: José Perilla.

Durante 2020, la Radio Nacional de Colombia celebra 80 años de historia y para ello estuvimos indagando diversos archivos del país, recogiendo los trazos que ha dejado esta institución en su desarrollo. Hoy contamos con 2000 documentos que queremos compartir con todos nuestros usuarios. Esto, claro, lo haremos a través de varias publicaciones en nuestra página web. Pero muy especialmente a través de una plataforma de consulta que muy pronto haremos pública con el objetivo de que entre todos empecemos a tejer una trama de historias de la Radio Nacional de Colombia.

A manera de abrebocas, hoy queremos compartir algunas reflexiones sobre el papel que ha tenido la Radio Nacional de Colombia al seguir uno de sus propósitos inaugurales: educar a su audiencia en busca de un mejor nivel de vida. Y lo hacemos a propósito de las actuales circunstancias en las que la búsqueda de contenidos educativos en medios alternativos a los de la educación formal toma inusitada vigencia. La historia nos muestra que esta ha sido una tarea nada fácil.

En esta nota vamos a observar y reflexionar sobre algunos documentos publicados en medios de comunicación (Revistas Estampa y Teletexto; periódicos El Espectador, El Siglo, El Tiempo) y otros de carácter institucional conservados en el Archivo de Acotv, el Archivo General de la Nación, la Biblioteca Luis Ángel Arango y la Biblioteca Nacional de Colombia. A todas estas instituciones por igual, Radio Nacional expresa un agradecimiento especial.

Detalle, Boletin de Programas de Radio Nacional, julio de 1954.

Este escrito, entonces, está dirigido a las dificultades y riesgos de emprender una labor de comunicación radial con múltiples y disímiles propósitos, todos englobados en un término tan resbaladizo como lo es “cultura”. Radio Nacional ha sido una radio de carácter cultural que con su puesta en marcha el 1 de febrero de 1940 quiso “elevar el nivel cultural” de su audiencia, para lo cual se propuso educarla. ¿Cómo lo hizo? ¿Qué se encontró?

El inicio - Los años cuarenta

Resulta bastante elocuente el hecho de que, al momento de iniciar su marcha, la Radio Nacional de Colombia haya estado ligada al Ministerio de Educación. En el informe presentado al Congreso de la República por el Ministro en aquel año 1940, la emisora fue presentada como “cátedra viva y animada que sirve de medio de comunicación entre el Estado y el pueblo”. A través de sus micrófonos, se quiso enseñar casi de todo.

Extracto del Informe del Ministerio de Educación, 1940

En medio de ese espectro se encontraban los contenidos sobre historia nacional. Resultan relevantes si se tiene en cuenta que en tiempos de guerra y reconfiguración mundial, como los que se vivían en la década de 1940, la consolidación de un sentimiento común en torno al cual enarbolar los ideales de nación fue primordial. La Radio Nacional estaba allí para enseñar y “fomentar entre los colombianos el hábito de la colaboración y de difundir la conciencia de la personalidad de la Nación”. Entonces se hizo manifiesta la importancia de emitir productos de comunicación que hicieran evidente una raíz unificadora, una historia compartida por todos y difundida por la radio ya fuera a través de cátedra, conferencia o radioteatro.

Extracto del Informe del Ministerio de Educación, 1940

Los años 50

Renovación se anunciaba en Revista Estampa a propósito de Radio Nacional y su décimo aniversario en 1950.

Revista Estampa, 1 de febrero de 1950

Esto incluía nuevos programas como una serie radioteatral basada en novelas colombianas o la puesta en marcha de una nueva orquesta de cámara. Sin embargo, el anuncio también dejaba entrever que mayor era el porcentaje de continuidades, en relación con todo el resto de “programas culturales”. Es decir que la programación se mantenía con el mismo carácter y contenidos.

Revista Estampa, 1 de febrero de 1950

En medio de ese panorama de programación cultural, Radio Nacional anunció también la intención de desarrollar una programación de contenidos enfocados específicamente en el apoyo escolar en relación con primaria y bachillerato. Vale recordar que por estos mismos años iniciaba su memorable labor Radio Sutatenza. A juzgar por los contenidos en la publicación de Revista Estampa, el interés por la población campesina como factor de desarrollo nacional se albergó también en la Radio Nacional.

Revista Estampa, 1 de febrero de 1950

Sin embargo, esta labor de apoyo escolar se vendría a consolidar de manera sistemática sólo dos décadas más adelante con la puesta en marcha del Bachillerato por radio, al que hemos dedicado una nota aparte.

Los años sesenta

La realización de programas culturales con el ánimo de ilustrar y educar a la audiencia continuó siendo la base de la programación en Radio Nacional durante la siguiente década. Para ello, la emisora se mantuvo en contacto con diversas instituciones académicas que tuvieron espacios radiales constantes para dar proyección a sus discusiones. Así, por ejemplo, en 1965 otro anuncio de la Revista Estampa nos muestra el contacto establecido con la Academia Colombiana de la lengua que, para el momento, tenía su interés puesto en Cervantes, la lengua española y la cuestión de su pronunciación.

Revista Estampa, 4 de febrero de 1965

Por otro lado, a partir de los años sesenta se inició la programación sistemática de contenidos basados en la ideología del folclor, cuyo máximo representante fue Guillermo Abadía Morales (1912-2010), colaborador cuyos programas se emitieron incluso hasta los primeros años del siglo XXI. Este componente, si bien minoritario en los porcentajes de la programación, fue sumamente influyente y se consideró primordial dado que allí se enfocaron los contenidos relacionados con la producción cultural nacional. Los rígidos puntos de vista de Abadía, puestos en cuestión desde los años ochenta con el desarrollo de nuevos enfoques y disciplinas, continúan sin embargo siendo influyentes hasta hoy.

Los años setenta

En Radio Nacional de Colombia se entendió la difusión cultural como sinónimo de labor educativa y eso fue constante durante el siglo XX. En un editorial del periódico El Siglo de 1970, aún se destacaban aquellos valores e ideales con los que inició carrera la emisora y que iluminaron el sendero para garantizar la correcta conformación de un sentido nacional. En Radio Nacional se quiso dar impulso a la noción de Colombia como país de tradición intelectual. Música clásica, radioteatro, literatura, historia fueron contenidos primordiales, siempre a cargo de notables intelectuales.

Este modelo, sin embargo, entró en crisis en los años ochenta. Aún quedaban años por delante antes de la multiplicación de emisoras universitarias, el surgimiento de emisoras comunitarias y las nuevas posibilidades que se abrieron para la radio al final del siglo XX y en el XXI. Pero para finales de los años setenta y los ochenta, proyectos de intención educativa e “ilustrativa” como Radio Nacional de Colombia y también Radio Sutatenza vieron cómo estremecía sus bases la presión de la radio comercial y el auge de la televisión que venía afectando fuertemente desde los sesenta

Los años ochenta

La Radio Nacional de Colombia cumplió 45 años en el trágico año de 1985. Justamente para el aniversario, el director de la emisora, Hjalmar de Greiff, recibió una carta algo ambigua que le enviaba el presidente Belisario Betancur. El mandatario reconocía positivamente la labor de la emisora, pero a la vez la cuestionaba demandando una renovación. El texto fue publicado por el periódico El Siglo.

Periódico El Siglo, 2 de febrero de 1985.

Julio Sánchez Reyes, jefe de programación para ese momento y colaborador de la Radio Nacional desde varios años atrás, se refirió a las dificultades que enfrentaba la emisora al intentar satisfacer la diversidad de necesidades que había entre la modalidad de educación a distancia representada en el Bachillerato por radio, y aquella de corte cultural-ilustrativo que había caracterizado a la Radio Nacional por cuatro décadas. En entrevista para la revista Teletexto, dijo: “Es muy difícil creer que el oyente que está oyendo el Bachillerato por radio, sea el mismo que 10 minutos después esté escuchando al maestro [Germán] Arciniegas o a Luis Vidales en un programa de un carácter muy distinto (...). Son dos clases de oyentes que se oponen y se perjudican”.

Revista Teletexto, febrero de 1985

En la misma edición de Teletexto, fue entrevistado Otto de Greiff (1903-1995), miembro fundador de la Radio Nacional de Colombia. Le preguntaron directamente si la radio habría cumplido o no con su cometido.

Revista Teletexto, febrero de 1985

Otto, tío de Hjalmar, puso sobre la mesa otro factor que afectó negativamente la labor educativa de Radio Nacional. Su respuesta fue “Creo que desgraciadamente no”. Y continuó: “No se han cumplido porque el gobierno (...) ha disminuido los presupuestos y entonces la radio nunca ha estado bien equipada como sí lo están muchas emisoras comerciales solventes…”

Los años 90

Con tales antecedentes, los años noventa fueron escenario por igual de continuidad, reforma y controversia. Lo primero puede ejemplificarse con un extracto del editorial publicado en el Boletín de Programas del mes de mayo de 1990. Fernando Orjuela, el autor, daba cuenta allí del vínculo entre la Radio Nacional y la Universidad Nacional, basado en la intención de continuar con la divulgación de los conocimientos desarrollados en esta última, como había sucedido en incontables ocasiones desde muchos años atrás.

Boletín de Programas, mayo de 1990

Por el lado de la controversia, con ocasión del medio siglo que alcanzaba la Radio Nacional en febrero de 1990, el escritor Fernando Charry Lara escribió para las Lecturas Dominicales del diario El Tiempo la nota “50 años de Radio Nacional. Mejor refinada que gritona”. Allí reflexionó sobre las críticas recibidas por la programación y la forma en que había sido concebida la labor educativa en Radio Nacional. Ante la posibilidad de incrementar la emisión de música popular, Charry Lara respondió:

“Esa sugerencia, de marcada propensión populista, comparte el error de imponer la supremacía de la fácil diversión a costa de la auténtica educación del pueblo. Pero es a esta última a la que están obligados a atender las orientaciones de un estado democrático y progresista.” (...) La pasión por la cultura resulta ser condición previa indispensable de la mejor educación popular”.

¿Cómo funcionaba, entonces, esa educación? Afirmó Charry Lara: “Al habituar al oyente, al profesor, al estudiante, a escuchar buena música y buena literatura, y al suministrarle informaciones de las ciencias y las artes modernas, se está cumpliendo un requisito sin el cual no podría intentarse luego, ante más vasto auditorio, la palabra dirigida al público”.

Dos años más tarde, en 1992, se escribió el informe La Radiodifusora Nacional de Colombia: la cultura para la deliberación, la recreación y el desarrollo social. Una copia se conserva en el archivo documental de Acotv. El punto 5 atendió la necesidad de una reforma en la programación.

Informe La Radiodifusora Nacional de Colombia: la cultura para la deliberación, la recreación y el desarrollo social.

Se afirmó en el informe “Debemos trabajar en conceptos que no se matriculen con un solo tipo de programación y que permitan cumplir cabalmente con las funciones de informar, educar y recrear para servir de medio de desarrollo social”. En consecuencia, se creó un Comité de gestión integrado por los mismos programadores y redactores activos en la emisora. Además, se estableció una instancia alternativa de deliberación, Consejo asesor de programación, integrado por diez personas entre antiguos directores y realizadores, críticos de música clásica y arte, un compositor de música clásica, un crítico de música pop, un representante de Anda -asociación de anunciantes-, el director de Colcultura y la Jefe de prensa de Palacio.

Aunque el carácter de uno y otro grupo no permite imaginar reformas radicales, infortunadamente para ese momento no se contaba con un Boletín de programación que hoy pudiera dar cuenta de los cambios realizados, si en efecto los hubo. Sin embargo, hubo sí un cambio administrativo que apuntó en la misma dirección reformista. En agosto de 1993, días antes de posicionarse como el director de Radio Nacional de Colombia, Jimmy García respondió a una entrevista del periódico El Espectador refiriéndose al estado de la Radio Nacional de Colombia:

“Está bien en cuanto a equipos y talento para hacer buena radio. Requiere sacarla del criterio que se ha construido alrededor de la cultura. Puede ser tan dinámica como la radio comercial (...). La radio para mí es un todo cultural. Pero debe ser una cultura fácil ya que la radio es un medio popular”.

Al cierre del siglo XX, la situación general de la Radio Nacional no era muy positiva. En los Boletines de 1998 y 1999 pueden encontrarse varias quejas de Athala Morris, directora de la emisora hasta 2001. En el editorial de marzo de 1998 escribió: “debo insistir en un apoyo económico más eficaz para poder llevar a la Radiodifusora Nacional de Colombia a ocupar el sitial que merece…”. Hacia finales de 1999, el Ministerio de Educación anunció el final del Bachillerato por Radio.

El siglo XXI

El 2 de septiembre de 2001, el diario El Tiempo publicó la nota titulada “Llegó la Frecuencia Joven”. Se trata allí sobre el nombramiento de Sylvia Motta como directora de la Radio Nacional y la salida de Athala Morris. Una y otra expresaron sus opiniones. Motta, que venía de dirigir 99.1 Frecuencia Joven de la Radiodifusora Nacional, señaló como experiencia que “si se trabaja duro para un público específico, finalmente se logra una conexión con la audiencia”. En ello podría coincidir con la queja expresada por Julio Sánchez Reyes quince años atrás en relación con los disímiles oyentes que tenía Radio Nacional, atrapada en la diversidad de objetivos entre una oferta formal de educación como fue el Bachillerato por radio, y los contenidos culturales que hemos ubicado en el orden “ilustrativo” pero con intención igualmente pedagógica.

Pero ello no fue lo único de aquella nota en El Tiempo. La perspectiva de Athala Morris se incluyó en una sección del texto titulada “En el olvido”. Entre otras cosas, la ex-directora se refirió a los presupuestos y expresó: “La situación de la Radiodifusora no es de ahora. Siempre ha estado mal. El Estado nunca le ha dado a su radio la importancia que merece…”.

La última emisión del “Bachillerato por radio” fue el 28 de octubre de 2004, fecha en la que fue liquidado el Instituto Nacional de Radio y Televisión, Inravisión. Gabriel Gómez Mejía, en cabeza de la Radio Nacional antes, durante y después de la liquidación, explicó para el diario El Tiempo, en mayo de 2005, las razones que se tuvieron para finalizar el programa. Fueron, entre otras, la desactualización de los contenidos, inestabilidad financiera y la incertidumbre sobre quiénes en realidad estaban escuchando y siguiendo la serie de programas. A partir de ese año 2005, bajo la dirección de Gómez, la Radio Nacional de Colombia tuvo un viraje de 180° con el que emprendió una nueva etapa de desarrollos a tono con el siglo XXI y que continúan en marcha hasta nuestros días.

Hoy, en tiempos de pandemia, Radio Nacional de Colombia vive una nueva etapa. Una de reinvención para continuar enarbolando aquellos ideales de ilustración y educación que siempre han estado en la base de sus realizaciones. Los retos son otros y así mismo las respuestas que queremos dar a las necesidades de nuestra audiencia y nuestros usuarios. Es por eso que muy pronto estos y muchos más documentos estarán disponibles para todas las personas que quieran sumarse a contar las historias de la Radio Nacional de Colombia.

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