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Hotel Sabaneta: un “campo de concentración”’ en Colombia durante la II Guerra Mundial

Al menos 100 personas de nacionalidad alemana y japonesa fueron confinadas en este hotel ubicado en Fusagasugá por pertenecer a las llamadas 'Listas negras'.
Campo de concentración para alemanes en Colombia
Foto: erosetenta.uniandes.edu.co
Tatiana Fonseca.

Entre los años 1944 y 1945, se instauró el único “campo de concentración” en Colombia durante la Segunda Guerra Mundial, al cual fueron enviados algunos alemanes y japoneses residentes en nuestro país,  por ser parte de las llamadas ‘Listas negras’ creadas por Estados Unidos. La orden fue confinarlos en el Hotel Sabaneta ubicado en el municipio de Fusagasugá (Cundinamarca) a dos horas de Bogotá.

En estas listas aparecían escritos los nombres de ciudadanos pertenecientes a los países del eje (Alemania, Italia y Japón, entre otros) señalados de ser ser supuestos simpatizantes o benefactores del movimiento nazi. Colombia decidió establecer este “campo de concentración” debido a que submarinos nazis hundieron la embarcación colombiana ‘Resolute’, que llevaba mercancías y pasajeros desde Cartagena hacia San Andrés.


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La llegada en 1944 de 100 alemanes y 11 japoneses al centro de confinamiento en Fusagasugá ocasionó que el Hotel Sabaneta dejara de ser un centro de descanso en el que se hospedaban familias prestantes de la época, y tuviera que ser adecuado con rejas de seguridad, la construcción de la torreta de vigilancia, más unos cuarteles para la Policía.

En entrevista con El Atardecer de Radio Nacional de Colombia, Lorena Cardona, historiadora de migraciones de la Segunda Guerra Mundial, habló sobre cómo vivieron durante este periodo los confinados en Fusagasugá.

“Se sometían a condiciones de vigilancia, tenían un horario de desayuno, un horario de formación. Las visitas eran bien reguladas, podían sus familias estar allí; incluso hubo un período de gran relajamiento donde las familias rentaron casas en Fusagasugá o en los alrededores y ellos mismos fueron a vivir a las casas en condiciones de vigilancia preventiva”, afirmó Cardona.

Sin embargo, según la historiadora, una de las principales consecuencias de este confinamiento para los alemanes y japoneses fue de tipo económico, ya que debían pagar su propia estadía. Además, sus propiedades y empresas fueron confiscadas por el Estado colombiano, impidiendo incluso que se realizaran acuerdos comerciales con los mencionados en la "Lista negra". Aun así, la estancia en el hotel no implicó trabajos forzados o torturas según los archivos históricos.


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“Tenían que pagar precios de hotel por casi dos años. Mi papá se quedó sin un peso. Todas sus propiedades fueron confiscadas. Lo que pagaban por noche era algo así como 3.25 pesos, lo que hoy (año 2002) equivale a una noche en el Tequendama”, cuenta Gerhard Hiller en el documental 'Exiliados en el Exilio' de Rolando Vargas.

Finalmente, cuando se terminó la guerra, fueron liberados los confinados en Fusagasugá y el Hotel Sabaneta trató de retomar nuevamente lo que fue, un lugar de veraneo. Pero solo funcionó hasta los años 70 cuando murió su propietario, Joaquín Palao. Lorena Cardona explicó que actualmente solo quedan ruinas de lo que fue algún día el reconocido Hotel Sabaneta, el cual fue considerado en su momento una joya arquitectónica.

“En la actualidad es un depósito de materiales de construcción y lo único que queda en pie es la torreta de seguridad, en la cual reposan unas vallas publicitarias de construcción y algunas cosas de la piscina, que era la única piscina olímpica del lugar”, mencionó la historiadora.

Escucha aquí la entrevista completa con la historiadora Lorena Cardona. 

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