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Luis Fernando Muriel, el niño que vendía loterías y cumplió su sueño

Por: Tatiana Orozco Mazzilli.

Foto: Colprensa

Por: Tatiana Orozco Mazzilli.

Cuando Luis Fernando Muriel anotó un gol a los 5 años en la cancha de su barrio, supo que ese era su destino, el fútbol. Desde entonces no ha parado, al contrario, suma grandes triunfos que lo han llevado a cumplir su sueño de vestir la camiseta de la Selección Colombia en un Mundial.
En el Deportivo Cali bailó con sus goles, con la Selección Colombia Sub 20 fue campeón en el torneo Esperanzas de Toulon y luego brilló con 4 tantos en el Mundial Sub 20 de 2011 realizado en nuestro país.

Así fue escribiendo su historia hasta llegar al Udinese de Italia. Sus fortalezas y excelentes aptitudes lo pusieron en la retina de José Néstor Pékerman, quien lo llamó una vez más para conformar la Selección Colombia en el Mundial de Rusia 2018.

Foto: Cortesía

Al delantero de la tricolor lo relacionan con el brasileño Ronaldo, muchos aseguran que tiene cierto parecido. Sin embargo, en su tierra le decían ‘Valencianito’ por su estilo y físico, similar al exjugador Iván René Valenciano.

Vendía loterías

Su historia está llena de sacrificios, pues su padre don Luis Fernando Muriel luchó con lo poco que se ganaba como taxista para darle de comer a toda su familia. Incluso, junto a él, vendían loterías con tal de obtener el dinero para los pasajes que tanto necesitaba para ir al colegio y dirigirse al entrenamiento.

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Su progenitor es, sin duda alguna, una pieza clave en el éxito del jugador, porque siempre lo apoyó y le gritaba como un segundo entrenador.

“Mi papá siempre estuvo con él, hasta en los peores momentos, como cuando se lesionó con el Junior, que decidió estudiar y no quería volver a jugar fútbol. Menos mal lo fueron a buscar y le hicieron cambiar de opinión porque demostró que lo suyo siempre fue el balón pie”, manifestó su hermano, Luis Alberto.

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Fue una tendinitis en el glúteo que lo incentivó a dejar las canchas por un tiempo. Tenía 13 años. Al volver al Junior el entrenador le dijo que no contaría más con él. Eso lo puso a pensar más en la academia, que en volver al terreno de juego.

Ese predicamento llegó a su fin cuando se presentó en su casa el entrenador de la Escuela Barranquillera, Álvaro Núñez, quien lo encaminó a enamorarse nuevamente del esférico. Tras ponerse en buen estado físico participó en el Torneo Asefal en el que quedó de segundo goleador; allí lo vio un técnico de las divisiones menores del Deportivo Cali y empezó todo. Su debut fue con ese mismo cuadro a los 17 años en el 2009.

“Luis Fernando siempre ha sido un muchacho inquieto, desayunada, almorzaba y cenaba fútbol, siempre mostró esa inclinación, como la mayoría de los muchachos del pueblo, pero con hambre de querer ser un gran profesional en ese mundo”, dijo Humberto Barrera, amigo cercano de la familia.

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Un niño en Europa

Llegar a Italia fue como un sueño cumplido para Luis Fernando Muriel. Pero lejos de su familia, de su gente, fue fundamental, nuevamente, el papel de los suyos para que afrontara esa situación. Tenía 19 años y como lo ha manifestado en varias oportunidades, se fue muy joven a otro mundo, otra cultura, por lo que esa condición se convirtió en todo un reto para el delantero.

“Él decía que era muy diferente allá, aunque la comida le gustó mucho (risas), aprendió hablar italiano y le tuvo mucho cariño a su gente”, manifestó Barrera.

Fue cedido a préstamo por un año al Granada, equipo de la segunda división de España. Luego al Lecce, donde figuró por su olfato goleador. Jugó con el Udinese en el 2012, en el 2015 llegó a la Sampdoria, donde también se destacó con sus goles, y dos años después llegó por cinco temporadas al Sevilla de España.

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Le gusta disfrutar de su familia

Además de ser un hombre humilde y persistente por sus sueños, Luis Fernando Muriel es un eterno enamorado de su tierra. Siempre que tiene el tiempo busca llegar a ‘Santoto’ para disfrutar de su familia, de la comida de su casa, del mar y por supuesto de sus amigos, con quienes juega de bajo de un ‘palo de mango’ a cartas y dominó, como es común en la costa Atlántica.

“Siempre viene a Santo Tomás, a sentarse en su casa, ahora tiene finca, le gusta tocar el acordeón, estar con sus caballos, es una persona que quiere mucho a su gente, a su familia. Tomasino es muy especial”, aseguró Humberto.

Un sueño cumplido

Para un futbolista siempre será un objetivo vestir la camiseta de su país y Luis Fernando no era la excepción: desde niño lo soñó, se imaginaba cómo sería el momento. Luchó por mucho tiempo, estuvo en dos partidos de eliminatorias Brasil 2014, pero no quedó en el grupo definitivo.

Sin embargo, la historia cambió en Rusia 2018, cuando fue convocado por José Pekerman y por fin pudo lograr su hazaña: debutar en la cita orbital. Fue en Samara contra Senegal. En total, 59 minutos tuvo para demostrar de qué está hecho, al reemplazar al ídolo James Rodríguez. Fueron 11 pases completados y buenos comentarios tras la clasificación de Colombia. Un buen debut sin duda alguna.

El niño que un día soñó con ser futbolista pudo por fin ver cómo su nombre se escribía con letras doradas en la historia del fútbol profesional mundial. Sus primeros minutos con la ‘amarilla’ puesta, un momento lindo que no vivió solo, pues a millones de kilómetros su pueblo Santo Tomás lo acompañaba, le coreaba cada toque, le festejó a reventar cada minuto, como un día dibujó en su cabeza.

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