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José Cuadrado, de Valledupar a Rusia

Por: Tatiana Orozco Mazzilli José Fernando Cuadrado, el arquero oriundo de Valledupar que cumple su sueño de jugar por primera vez un Mundial de Fútbol, se ganó a pulso ese cupo en la Selección Colombia.

Foto: Colprensa

Por: Tatiana Orozco Mazzilli

José Fernando Cuadrado, el arquero oriundo de Valledupar que cumple su sueño de jugar por primera vez un Mundial de Fútbol, se ganó a pulso ese cupo en la Selección Colombia.

Él es sinónimo de disciplina, es sobrio, introvertido y muy reservado. Sin embargo, ese carácter le ha servido para cementar el camino al éxito en el fútbol.

Desde pequeño se perfiló para sobresalir, luchó por cumplir su meta. El titular del Club Once Caldas sabe que ser guardameta en la Selección Colombia no es fácil y más cuando depende de una ‘carambola’ del destino para tener una oportunidad de demostrar su poderío, pero tiene la alegría de representar a los suyos vistiendo la ‘amarilla’ y siempre está alerta para cuando el once cafetero lo necesite.

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Así fueron sus inicios

Probó la pasión de jugar el deporte del balón pie desde los cinco años. Primero se destacó en la posición delantera, pero su entrenador de la Institución Educativa Técnico Industrial Pedro Castro Monsalvo, Instpecam, le ordenó cuidar los tres palos de su equipo escolar y ahí se quedó.

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“Su posición fue delantero y luego defensa central, era un niño muy callado. Yo siempre probaba a los muchachos en varias posiciones y un día en la cancha del barrio Panamá estábamos a punto de iniciar un partido contra Unión Colombia, el guardameta titular se enfermó y además el suplente no fue, tomé la decisión rápida de poner a Cuadrado a tapar, ese día fue el mejor, atajó un penal y ganamos”, dijo Gabriel Suevis, su formador.

Desde entonces se esforzó más por ser un buen ‘cuidapalos’, el ‘Profe’ le ponía el doble de trabajos buscando que se aburriera y volviera a la delantera porque tenía olfato de goleador, pero él se aferraba más a los guantes.

“Cuando inició no era buen arquero. El profesor Suevis le decía que se cuidara, pero él nos convidaba al parque del barrio Garupal, para que le lanzaremos el balón y así perfeccionaba sus atajadas. Siempre se caracterizó por ser disciplinado. Fue uno de los primeros del colegio en ser parte de la Selección Cesar y abrió el camino para muchos más deportistas”, aseguró José Francisco, su hermano menor.

El hijo de Inocencia Romero y José Francisco Cuadrado, dejó su casa y la cancha empedrada de su colegio para irse a Bogotá a probarse con Millonarios en enero de 2003.

“Él no terminó el bachillerato aquí en Valledupar porque tuvo la opción de irse a Bogotá. Ese día recogió toda su ropa y dijo que se quedaría allá. Le tocó duro, el undécimo grado lo estudió de noche porque en el día trabajaba por sus sueños. Eso fue difícil para mi mamá y para mí, porque era la edad para compartir más con él, la edad de la adolescencia, pero todos lo apoyamos”, afirmó con nostalgia.

Sin duda alguna, los triunfos del hijo de Valledupar son atribuidos a su mentalidad, disciplina y perseverancia.

El día de su debut

Tras varias horas de esfuerzo y dedicación, José Fernando Cuadrado ganó espacios en las divisiones menores del cuadro embajador. Escaló hasta llegar al equipo profesional con el que debutó en el 2005 en un partido en el que Millonarios enfrentó a Envigado. A los cinco minutos del encuentro, Héctor Burguez se lesionó y él lo reemplazó. Tenía 20 años.

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“Iban perdiendo 1-0, mi hermano entró y la primera pelota que le dieron, pega a la pierna izquierda, él es derecho, le hace un extraño el balón y patea muy mal. El comentarista deportivo lo vio y dijo ‘declaramos vacío el arco’. Eso fue desastroso para la familia, porque él debutando y tener ese indicio.

Pero luego Millonarios pone el partido 2-1 y en el minuto 89, hizo dos atajadas y el mismo periodista dice ‘arquero es lo que tenemos’ (entre risas), entonces comenzamos a entender cómo es el tema de la prensa. Ahí empezó la ‘paridera’ de todos. Mi papá cuando escuchó que mi hermano iba a entrar, se fue de la casa y regresó cuando terminó el partido. Era muy angustioso para él”, relató José Francisco Cuadrado.

Los niños, su debilidad

Para su familia, José Fernando Cuadrado es un hombre muy serio, muy temperamental. Pero sí hay algo en la vida que lo descompone y le cambia su rostro son sus hijas y sobrinos.

“Le gustan los niños, cuando está con ellos se le quita el semblante de serio, le ves otra faceta. Él es el más serio, a veces, es difícil con él al principio, cuando apenas se está conociendo con alguien. Pero cuando entienden cómo es él, conocen a una excelente persona. Es muy tranquilo”, explica su hermano.

Antes de que nacieran sus tres hijas Maria Alejandra, Chaira y Antonella, le gustaba mucho los videojuegos. Incluso ahí es muy competitivo, no le gusta perder.

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Cuando llega a Valledupar cada navidad, quiere pasar el tiempo en familia. Aprovecha para degustar uno de sus platos favoritos: el chivo guisado con arroz con coco. Uno de sus pedidos más frecuentes cuando está fuera de su tierra es el pescado, los panes y el queso costeño.

Aunque le encanta el vallenato, los Zuleta y Diomedes Díaz, muy poco baila. Sólo lo hace para ocasiones especiales.

Hace buenas obras bajo reserva

El tercer arquero de la Selección Colombia es fiel creyente, su mamá desde pequeño le inculcó a él y a sus dos hermanos el amor por Dios. Por eso no sorprende que sea de un corazón enorme dispuesto siempre a ayudar a los demás, pero muy poco hace públicas sus acciones.

“Le gusta mucho ayudar, pero no es de estar dando propagandas, hace sus cosas sin decirle a nadie. Cuando hace obras sociales, ni nosotros nos enteramos”, aseguró José Francisco.

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Valledupar está feliz por tener a José Fernando Cuadrado representando a todo un país. Sus padres viajaron a Rusia para apoyar de cerca al guardameta en su primer mundial.

El haber llegado a hacer parte de la Tricolor en la cita orbital le dio el boleto a su familia, amigos y demás hinchas a sumergirse gratis en la felicidad.

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