Sacrificio y entrega, el valor de servir a la comunidad
Desde el oficial más antiguo hasta el último de los infantes de marina, sacrificaron tiempo sagrado con sus familias para atender a los habitantes de las 16 poblaciones que visitamos durante estos 25 días, es el caso del teniente Andrés Mauricio Rodríguez, quien es el comandante del buque ARC Eddic Reyes, un destroyer que cumple su misión garantizando la seguridad para quienes llegamos a cada comunidad.
“Yo creería que es uno de los factores más difíciles que puede uno afrontar a lo largo de su carrera: no estar en compañía de su familia, pero igual es la vocación y es la misión con la cual estamos y decidimos entrar a la Armada Nacional, sabiendo que esto iba a pasar y lo enfrentamos y lo asumimos”, aseguró el oficial.
Para el teniente Rodríguez, como para muchos de los integrantes de la Armada, la atención a los habitantes de estas comunidades es lo más importante y prioritario, por esto se hacen sacrificios incalculables, pues la Binacional pasa una vez cada año y para las comunidades el paso de esta brigada de salud por su territorio también es esencial para sus vidas.
“Con la comunidad en el día de hoy que es El Encanto, llevamos 16 poblaciones visitadas en compañía de todo el grupo que hace parte de esta operación binacional y es muy gratificante para uno como ser humano y como oficial naval poder llevar este granito de arena a estas poblaciones, poderle llevar Estado, poderle llevar Armada Nacional, llevarle a la población cariño de patria a estas comunidades que tanto lo necesitan”, indicó el teniente Rodríguez.
Para este oficial que lleva 12 años en la Armada Nacional de Colombia, los habitantes de esta región (distante del país y muy olvidada por el Estado), necesitan de medios de comunicación eficientes que conecten a las poblaciones con el resto de la nación y con el mundo, además de requerir un sistema de transporte fluvial a bajos costos para que las comunidades estén más interconectadas con otras zonas del territorio nacional.
Los corregidores son el Estado en las poblaciones más apartadas del país
Un corregidor es una persona que tiene varias funciones, entre estas, estar pendiente de las necesidades que tienen los habitantes que se encuentran en su jurisdicción y gestionar recursos para aportar a la solución de las mismas. Para el caso de Fernanda Gómez Barbón, quien es el Estado para 14 comunidades indígenas en el Amazonas, la situación es complicada, pues la nación gira pocos recursos para esta gestión.
En su casa, una mesa de billar es su escritorio, una máquina de escribir vieja haría las veces de computador e impresora; pero el computador y la impresora realmente son herramientas que no tiene, aunque tampoco cuenta con los recursos para adquirirlas.
“Nosotros los corregidores tenemos todo incluido: nosotros tenemos funciones de policía judicial, tenemos funciones de registrador, tenemos funciones de conciliadores. Entonces, somos importantes en los corregimientos y trabajamos en conjunto con las autoridades indígenas”, señaló la corregidora de El Encanto.
En El Encanto (Amazonas), que es la cabecera corregimental de comunidades como Peñas Rojas, Puerto Ñeque, Puerto Tarqui, Marandúa y San Rafael, entre otras, viven unas 300 personas y se suman a las cerca de 2 mil que habitan en la jurisdicción que le corresponde a Fernanda Gómez.
“Ya nosotros trabajamos todo lo que es la parte legal con las diferentes entidades: Fiscalía, Procuraduría, Contraloría, Bienestar Familiar, nosotros trabajamos con todo por eso somos como un conjunto”, agregó Gómez Barbón.
Hoy es domingo 11 de junio de 2017, corre el día 24 de nuestra travesía por el Amazonas; y navegamos desde el corregimiento de San Rafael hasta El Encanto a través del río Caraparaná, en un trazado que comprende 15 kilómetros, un trayecto que se recorre en una hora.
