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Fermina Ponce: poesía para romper el tabú de las enfermedades mentales

Hace doce años a la escritora le fue diagnosticada una depresión postparto, a partir de esto trabajó en esta nueva obra.

Por: Ángel Batista

La escritora colombiana radicada en Estados Unidos, Fermina Ponce, en su poemario titulado ‘Poemas sin nombre’ invita al lector a emprender un viaje íntimo a través de la mente de un paciente con trastorno bipolar.

Escrito mientras Ponce atravesaba una crisis depresiva, esta obra fue editado por Oveja Negra y forma a través de las palabras una poética de lo innombrable y las situaciones que transcurren en un aparente caos.

“‘Poemas sin nombre’ nace de la necesidad de darle voz a esos demonios con los que convivo y habitan dentro de mí. A veces son más grandes, otros días más pequeños pero están ahí”, afirma Ponce.

Hace doce años a la escritora le fue diagnosticada una depresión postparto, que con el tiempo se convirtió en una depresión clínica y hace cinco le fue diagnosticado trastorno bipolar.

Para Ponce no es extraño hablar de enfermedades mentales y utiliza la poesía como vehículo expresivo para visibilizar la depresión que en cifras de la Organización Mundial de la Salud afecta al 4,7 por ciento de los colombianos, un porcentaje más alto que el promedio mundial.

Como parte de los eventos que se llevan a cabo en la Feria Internacional del Libro, Fermina Ponce tendrá un conversatorio con el escritor y periodista Enrique Patiño, quien también se encargó de prologar el libro.

Allí la idea es que más que una actividad académica, el público participe y se anime a tocar un tema tabú para nuestras sociedades: las enfermedades mentales. Al referirse a ‘Poemas sin nombre’, Enrique Patiño ha descrito:

“En esa cuerda floja que es la vida se ha mantenido a salvo gracias al poder de la palabra. La poesía, en este caso, le ha dado un nombre”.

El 80 por ciento de los colombianos han presentado entre uno y tres síntomas de depresión en algún momento de su vida. De esta cifra, un 25 son niños y adolescentes. Sin embargo, rara vez se habla de este tema de salud pública en espacios de discusión.

El año pasado la poeta sufrió dos crisis depresivas, y a partir de su propia experiencia, asumió una posición que intenta ayudar a las personas con enfermedades mentales al enfrentar el tabú, el estigma y los prejuicios que socialmente se manejan.

“Este poemario fue un proceso doloroso. Porque cuando estás deprimida no puedes leer, no puedes escribir y no es porque pierdes las facultades sino porque tú ves las palabras en la cabeza pero no las puedes exteriorizar”, cuenta Ponce.

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