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Medio siglo sin Adolfo Mejía Navarro, un emblema de nuestra música colombiana

La obra de Adolfo Mejía supone una conjunción entre el lenguaje académico, las piezas de salón y la música colombiana.
Adolfo Mejía Navarro: vida y obra del artista colombiano
Foto: cortesía Beto Salazar
Radio Nacional de Colombia

Nacido en Sincé, Sucre, pero cartagenero hasta la médula, en febrero de 1905, y fallecido en julio de 1973, el compositor y pianista Adolfo Mejía Navarro se inició en el mundo de la música dentro de diferentes formatos tropicales y de jazz. Y aunque la mayor parte de su obra está cifrada en las formas académicas para piano y para orquesta, también se le deben piezas populares como fandangos, chandés, danzones y el recordado bolero “Cartagena”, acaso su tema más popular, con letra del locutor y poeta manizaleño Leonidas Otálora.

En los textos del trabajo discográfico que el Banco de la República dedicó a la obra para piano de Mejía en su serie “Música y músicos de Colombia” afirmó lo siguiente la musicóloga Ellie Anne Duque: “La memoria de Adolfo Mejía Navarro suscita, aún en la Cartagena de hoy, exclamaciones espontáneas de sincero aprecio y orgullo. Como ningún otro músico bolivarense, Mejía logró aunar en su obra el conocimiento de la práctica vívida de la música popular de la Costa Atlántica con la elaboración académica lograda mediante una educación musical adquirida con tropiezos en los intentos –azarosamente interrumpidos– por dominar la composición musical”.

La obra de Adolfo Mejía supone una conjunción entre el lenguaje académico, las piezas de salón y la música colombiana. Dentro de sus mayores logros se encuentra haber involucrado por primera vez la música del Caribe colombiano en una pieza de carácter académico. Se trataba de la “Pequeña Suite para Orquesta”, de 1938, cuyo último movimiento es una cumbia. Tras ganar un importante concurso con dicha pieza, Mejía pudo financiar su estancia en París para estudiar durante el poco tiempo que se lo permitió la Segunda Guerra Mundial.


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En la capital francesa, donde cursó estudios de perfeccionamiento en la Escuela Normal Superior, Mejía se interesó por un muy particular lenguaje del piano, con profunda influencia del impresionismo francés, en cabeza de Claude Debussy y Maurice Ravel. Al final de sus días, se dedicó a una muy importante labor como docente en su Cartagena adoptiva. Hoy, el conservatorio de la Institución Universitaria Bellas Artes y Ciencias de Bolívar (Unibac) y el teatro principal de Cartagena, antes llamado Pedro de Heredia, llevan el nombre del compositor.

Son obras de Mejía danzas como “Pincho” y “Trini”, la zamba “Manopili”, los Preludios en Re Bemol y en Fa Menor, diversos bambucos, pasillos y valses para piano y obras abiertamente basadas en el impresionismo como “El burrito” y “Luminosidad de aguas”. Sus opus también incluyen música religiosa, obras para coro, himnos, canciones, piezas sinfónicas, música incidental, creaciones para formato de banda y diferentes trabajos de cámara. Un catálogo breve pero imprescindible en nuestras sonoridades, que poco a poco va siendo redescubierto por sus discípulos a la distancia.

El 6 de julio se conmemoran 50 años del fallecimiento de Adolfo Mejía Navarro, un emblema de nuestra música. Por eso, es nuestro Artista de la Semana.

Adolfo

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