Cinco años sin Samuel del Real, figura de nuestra salsa
Nacido en Barranquilla en agosto de 1953, Samuel del Real perteneció a una familia de pianistas interesados en diferentes vertientes como su hermano, Víctor, “el Nene”, famoso como director de su orquesta El Nene y sus Traviesos, y su sobrino Christian, que de pequeño virtuoso del timbal adoptó el instrumento de teclas para dedicarse a la música clásica.
Lo cierto es que Samuel del Real quería volar con alas propias, y empezó a estudiar música en Bellas Artes en su ciudad, y ya a sus 15 años llegó a ser pianista de la orquesta de Pacho Galán. Luego se fue a estudiar a Venezuela, donde hizo parte del alumnado del Conservatorio Nacional de Música Juan José Landaeta y donde recibió clases, entre otros, de la leyenda de la guitarra universal Antonio Lauro. Además de haber trabajado en hoteles de Caracas, en esa época también hizo parte de las famosas agrupaciones Dimensión Latina, del trombonista César “Albóndiga” Monges, y de El Trabuco Venezolano, del percusionista Alberto Naranjo. Además, fue arreglista para diferentes producciones del sello local Velvet.
Justamente fue en esa casa disquera, en 1983, donde grabó su primera producción como director de orquesta. El álbum incluyó temas de Tata Guerra, Chivirico Dávila, la colombiana Arabella y hasta una versión salsera de “Los cucaracheros”, de Jorge Áñez. Pero los temas que llamaron la atención de los melómanos, los bailadores y la crítica fueron “Mi continente”, un canto de exaltación del negro y el indio, y sobre todo “Ella no baila sola”, original de Lou Pérez que en versión de Del Real le dio la vuelta al mundo. Un segundo trabajo discográfico en 1984 incluyó el éxito “Cara de domingo”, también de autoría de Lou Pérez, y en él se arriesgó a grabar una versión en jazz latino del clásico instrumental “María Cervantes”, del puertorriqueño Noro Morales. En ambos trabajos, el pianista contó con el apoyo de músicos como Rafael Rey en trompeta, Pepe Vera en saxofón, Héctor Velásquez en trombón y Tata Guerra en Bongó, con la voz líder del maracucho Franklin Paz. Un año después, Del Real decidió partir rumbo a los Estados Unidos.
Así lo contó él mismo en la contraportada de su disco de 1987, bautizado Volumen 3: “Venezuela, mi país de adopción y en donde desarrollé mis habilidades musicales, fue el edén para los dos primeros álbumes. Fue únicamente después del lanzamiento y del éxito de estos álbumes que me convencí de que podía hacer cualquier cosa musicalmente y posiblemente más en un ambiente diferente, de ahí que me haya mudado para este país, específicamente Chicago, donde vivo actualmente. (…) Mi intención fue y seguirá siendo la de presentarle a mi leal y devota audiencia un sonido de fácil identificación”.
Fue justamente durante su estancia norteamericana donde Samuel del Real pudo darle rienda suelta a su interés por el jazz latino y la música instrumental. Trabajos como “Piano Jamboree”, “Piano caliente” y “Piano navideño” daban cuenta de ello. En algún portal web, decía lo siguiente el músico: “Puse los temas un poco más progresivos con el jazz, pero conservando su esencia. Cambié sutilmente las estructuras armónicas sin desvirtuarlas. Allí el cantante es el piano”.
Samuel del Real nunca perdió su conexión con Barranquilla, a donde iba constantemente. La última vez fue en 2019, invitado por el festival de jazz Barranquijazz. Un año después, en diciembre de 2020, tuvimos noticias de su deceso a consecuencia de complicaciones de su condición de diabético.
El 10 de diciembre conmemoramos cinco años sin Samuel del Real, figura de nuestra música tropical. Por eso es nuestro Artista de la Semana.