Codiscos cumple 75 Años: por su legado, es nuestro artista de la semana
Codiscos: 75 años de sonido colombiano
En tiempos de juventud, en la década del 40, un inquieto antioqueño llamado Alfredo Diez Montoya conoció los secretos de la industria discográfica como trabajador en su juventud en cantinas, cafés y mercados del centro; y años después se hizo partícipe del negocio junto en 1949, con sus hermanos al fundar, en asocio con la familia Ramírez Johns, el sello Silver, con sede en Medellín.
Un año después, el primero de julio de 1950, los mismos hermanos Díez Montoya se separaron de Silver y fundaron la empresa primero conocida como Zeida, nombre conformado por su apellido al revés, más la inicial de su nombre de pila. Fue el nacimiento de una de las casas disqueras más importantes de la música en Colombia: Codiscos.
En el itinerario de los sellos disqueros nacionales, son varios los que han dejado una honda huella como estandartes de la defensa de nuestras tradiciones, y uno de esos ejemplos claramente es el de Codiscos. Durante estos años, la empresa familiar ha enfatizado en todos los géneros nacionales, y ha dado luchas que incluyen los cambios tecnológicos, los formatos físicos que tanto variaron en la década del 80 y una crisis ya de décadas en el sector que, a diferencia de otras empresas y colegas que cejaron en su esfuerzo, les ha permitido reinventarse, hasta el punto de seguir no sólo manteniendo un catálogo de referencia, sino siendo el hogar de muchos noveles artistas.
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En un principio el sello Codiscos nació para editar ediciones nacionales de diferentes sellos del mundo, pero en 1954 empezaron a prensar discos de 78 revoluciones por minuto con un tema por cara, así como aquellos famosos 4 por 4, que corrían a 33 revoluciones. El catálogo, concentrado en un principio en la música andina colombiana, fue extendiéndose por todas las regiones hasta hacer de Codiscos una casa disquera representante de todas nuestras tradiciones.
En su texto de apertura del libro de lujo “Codiscos: Así suena Colombia”, la periodista antioqueña Zahira López cuenta: “Para 1958, la compañía producía 25.000 discos por día, con más de 160 empleados en administración, fábrica y oficinas distribuidoras propias en Bogotá y Cali. (…). Uno de los proyectos que le rondaba a don Alfredo era montar una fábrica ensambladora de traganíqueles y tocadiscos.
A propósito, dejó su testimonio en una entrevista realizada en Pantalla, el 23 de mayo de 1958: “Hemos hablado con casas que producen dichos aparatos y han demostrado mucho interés al respecto. Por eso creo que pronto instalaremos esa empresa y sería un adelanto notorio para la industria fonográfica. El beneficio para las empresas está por descontado. Se le daría trabajo a un buen número de obreros colombianos y se establecería un mejor nivel de vida. Los tocadiscos podrían venderse a un precio equitativo, al alcance de las clases menos favorecidas, y entonces la demanda de discos sería mayor y todas las empresas de este carácter tendrían un mejor movimiento”. En esa misma entrevista, Alfredo Díez afirmaba que la música, además de agradable, es saludable. Desde ese entonces, prodigar felicidad fue una misión de la empresa: “Un mundo de música para un mundo feliz”, rezaba una de las frases comerciales más recordadas en Codiscos”.
En el catálogo de Codiscos se encuentran grandes nombres de nuestra música como los de Edmundo Arias, el Dueto de Antaño, las Hermanitas Calle, Espinosa y Bedoya, Los Tolimenses, Marcial Marchena, Alex Acosta, Edrulfo Polo, Enrique Díaz, Ligia Mayo, los Teen Agers, Alci Acosta, Alfredo Gutiérrez, el Trío Morales Pino, Calixto Ochoa, Los Flippers, Fausto, Los Hispanos, Nafer Durán, Los Graduados, el Combo de las Estrellas, el Binomio de Oro, Génesis, Grupo Niche, Los Diablitos, Los Soneros de Gamero, The Rebels, Adolfo Pacheco, Ekhimosis, Bajo Tierra, Pete Vicentini, Jimmy Salcedo, Elia y Elizabeth, Abelardo Carbonó, Anne Zwing, Kraken, Patricia Teherán. Peter Manjarrés, Diana Burco y Cali Flow Latino, entre muchísimos otros.
