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Tres canciones colombianas inmortalizadas por Vicente Fernández

Vicente Fernández grabó tres canciones de Jorge Villamil Cordovez, las cuales el compositor huilense le entregó en México en 1968.
Foto: Colprensa
Vicente Silva Vargas. Director de Radio Nacional de Colombia

El ídolo mexicano desaparecido este domingo en su natal Guadalajara grabó pocas canciones colombianas. De su extensa discografía –en la que abundan corridos, rancheras, valses y boleros– se destacan el vals 'Acuérdate de mí' y los pasillos Amor en sombras  y Me llevarás en ti, del compositor huilense Jorge Villamil Cordovez.

El autor se las entregó al desconocido cantante hacia 1968, en Ciudad de México, justo cuando el médico complementaba su especialización en ortopedia y traumatología en el Centro Cuauhtémoc del Instituto Mexicano del Seguro Social. Las dos primeras eran desconocidas, pero la segunda ya era muy conocida puesto que hizo parte de la banda sonora de la famosa película colombo-mexicana Un ángel de la calle, dirigida por Zacarías Gómez Urquiza y en la que actuaron Sofía Álvarez, Raquel Ércole, Julio Cesar Luna y María Eugenia Dávila y Víctor Mallarino.

Por esos días, la disquera CBS buscaba un cantante ranchero bravío que llenara el gran vacío dejado por otro ídolo de esa multinacional de la música: Javier Solís, muerto pocos años atrás. El sustituto debía conseguirse con premura por cuanto en México, más que una tradición, era una institución la presencia de cantantes a lo ‘mero macho’, que correspondieran al estilo recio de Jorge Negrete, Pedro Infante y Javier Solís, el ‘Rey del bolero ranchero’ que había popularizado en Hispanoamericana el pasillo Espumas, del mismo Villamil.

Con el tiempo, la figura de Vicente se agigantó hasta convertirse en ícono de la música ranchera, el bolero y el cine mexicano. En ese marco, cantante y compositor mantuvieron una amistad que se afianzó en cartas y regalos de discos, un par visitas de Jorge a México y otras de Fernández al apartamento de Villamil y a la sede de Sayco, en Bogotá, entidad de la que el autor de El Barcino fue presidente y gerente.

Con motivo de uno de sus últimos conciertos en Bogotá –en 2005– Fernández invitó al compositor para rendirle un homenaje en el estadio El Campin, pero Jorge no lo recibió en casa ni aceptó la invitación con una disculpa comprensible: no quería generar lástima. La razón de su negativa de 2005 era la postración a que lo había llevado la diabetes mellitus grado 2 que desde 1976 había minado su vista, los riñones y la capacidad de caminar. Además, Villamil no sentía las piernas, debía estar acompañado para caminar y tuvo que someterse a una rigurosa dieta. Como si fuera poco, empezó un decidido alejamiento de la farándula y de una agitada vida social de la que fue protagonista durante más de 25 años. Nadie lo pudo convencer para que asistiera, así fuera de manera discreta. Como lo recuerda su ama de llaves, Ana Castro, “Tampoco valió que el ídolo mexicano le mandara su limusina a la puerta del apartamento para recogerlo y llevarlo hasta el estadio”.

El cantante, antes de partir de Bogotá, lo volvió a llamar a su casa, lamentó su ausencia y comprendió las razones médicas y personales del músico para no ir al estadio. Jorge, por su parte, le envió al hotel un regalo especial: su álbum Tepeyac, una selección de canciones suyas interpretadas por el colombiano Lucho Sánchez en ritmos mexicanos. El tema central de esta producción –costeada por Villamil y casi que desconocida–, es 'Tepeyac', un emotivo vals ranchero en el que Villamil rinde homenaje a la Virgen de Guadalupe y elogia a grandes ídolos de la canción mexicana como Agustín Lara, Jorge Negrete, Pedro Infante, Lola Beltrán, Pedro Vargas, José Alfredo Jiménez, Javier Solís y Amalia Mendoza, muchos de ellos fueron sus contertulios durante su estancia en México. También dedicó una frase de cariño para su amigo Chente y su familia: “Nos quedan los Fernández, Vicente y Alejandro, allá en Guadalajara".

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