ABC de la reincorporación: lo que usted debe saber
Lograr que quienes dejaron los fusiles sean acogidos por los diferentes sectores de la sociedad, sin barreras que les impidan el pleno ejercicio de sus derechos ciudadanos, es uno de los principales retos que viene para el país tras pasos tan trascendentales en la búsqueda de poner fin al conflicto armado, como la dejación de armas de las Farc, el pasado 27 de junio. A este proceso se le denomina reincoporación.
Para Joshua Mitroti, director de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización, la tarea no es fácil porque se trata de desarrollar nuevas competencias en hombres y mujeres que por años empuñaron las armas. Sin embargo, esto hace parte de lo acordado en La Habana (Cuba) y tiene que ver con esa transición de las Farc de guerrilla armada a organización política.
Una de las cosas que marca la diferencia de este proceso respecto a otros que se dieron en el pasado y que hace que no se apliquen conceptos como el de ‘desmovilizado’ es que cuando se hablaba de desmovilización se estaba en los tiempos de la política de ‘Seguridad Democrática’ (2002 – 2009), en los que el combatiente entregaba su arma y punto final.
Para entonces la estrategia del Ministerio de Defensa era promover la salida o desmovilización individual de los integrantes de grupos insurgentes, mediante la Agencia Colombiana para la Reintegración.
Sin embargo, con las Farc lo que se acordó es que esas personas que dejan las armas tengan acceso a oportunidades incluso en la vida política, lo cual no ocurría con los desmovilizados. Es por esto que se les califica como reincorporados.
“Con las Farc se acordó una salida para poder mantener la capacidad institucional, las lecciones aprendidas, pero rebautizar la organización para darle un enfoque más hacia el nuevo modelo de reincorporación en el marco del Acuerdo Final para la Paz, en donde hay una visión más colectiva con un componente político posible”, destaca Mitroti.
Alcances políticos y económicos
Desde el año 2003 hasta la firma del acuerdo final con las Farc, el pasado 24 de noviembre, ningún desmovilizado podía participar en política, pero este fue un desafío del modelo. En este proceso con las Farc no se habla de entrega sino de dejación de las armas porque la organización acordó con el Gobierno un proceso distinto al tradicional denominado ‘DDR’ - Desarme, Desmovilización y Reintegración.
En esta dinámica novedosa se espera que las empresas y las organizaciones sociales brinden la posibilidad de construir un escenario donde estos hombres y mujeres que estuvieron en las Farc puedan ser ciudadanos con plena garantía de derechos para profundizar y ampliar la democracia en Colombia.
Pero también a todo este proceso se ha unido la academia con un acompañamiento sicosocial. Universidades como los Andes, la Nacional y El Rosario han brindado esta ayuda. Asimismo, se están dando alfabetizaciones para que muchos de los excombatientes, aprendan a leer y escribir.
Una vez el reincorporado tiene herramientas que le permitan vivir una nueva vida cuenta con un acompañamiento que le permita acceder al trabajo.
“Cuando hablemos de ellos deberíamos hablar de personas en proceso de reincorporación y en últimas deberíamos verlos como ciudadanos”, resalta Mitroti.
Hay que decir que muchos de los hombres y mujeres que están actualmente en las 26 zonas veredales transitorias de normalización, se dedicarán en su proceso de reincorporación a tareas como el desminado humanitario, la erradicación manual de cultivos ilícitos y a tareas como escoltas de los dirigentes de las Farc.
En últimas, todo este proceso de reincorporación busca que el país demuestre su capacidad de perdón, tolerancia e inclusión de quienes tomaron la decisión de dejar las armas.
Escuche aquí a Joshua Mitrotti. Director General Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN).
