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Una colombiana hará parte del Dragon Boat Festival

Este evento participativo internacional no competitivo, se celebra cada 4 años y es dirigido a las sobrevivientes de cáncer de mama.

Por: Daniela Cárdenas Seoanes

Esta medica de sangre mexicana, pero con corazón colombiano, ha dedicado su vida a prepararse profesionalmente para ayudar a personas con cáncer. Sin embargo, hace 4 años esta enfermedad llegó a su vida de otra manera; un acontecimiento doloroso y si se quiere paradójico, que no solo la cambió a ella sino también a sus pacientes.

Ruth nació en Guadalajara, México, mientras su padre completaba su carrera como médico. Su familia regresó a Colombia y aquí fue donde ella creció, cerca de la costa caribeña en la ciudad de Valledupar. Luego de unos años Ruth asistió a la universidad en Bogotá donde completó su licenciatura con una doble especialización en Biología y Microbiología. Comenzó su carrera trabajando en un laboratorio de reproducción humana asistida y un banco de células madre; luego cursó una Maestría en Biología y realizó investigaciones sobre el cáncer de próstata.

En 2013, Ruth se mudó a Brasil para obtener un doctorado en Microbiología en la Universidad de São Paulo. Su tesis se centró en investigar la producción de Cosmomicina, un compuesto antitumoral. Mientras que Ruth se preparaba de la mejor manera para convertirse en una de las mejores en su ciencia, no se daba cuenta de que la enfermedad que tanto combatía, se estaba desarrollando en su cuerpo, según un diagnóstico médico que le entregaron en el año 2015.

“Recuerdo que la primera reacción fue pero ¿cómo voy a tener cáncer si yo investigo cáncer?”, recuerda Ruth sin ápice de pesar para luego concluir: “Nunca voy a saber por qué, pero siempre, desde que me dieron la noticia, trato de encontrar un propósito con lo que pasó, en lugar de descubrir la causa. Trato de aprender de lo que me paso para poder ayudar a las personas”, puntualiza. Aunque antes de ser diagnosticada, Ruth donaba regularmente su cabello a los niños con cáncer; al confirmársele la presencia del cáncer de seno en su cuerpo, vio a su valentía enfrentarse cara a cara con su vanidad.

"Decidí no raparme, sino dejar que se me cayera el pelo. La gente se sorprende porque es un choque emocional, pero yo decidí hacerlo así porque me di cuenta que a medida en que se iba cayendo el pelo, el tumor iba disminuyendo su tamaño. Para mí era una señal de esperanza, al saber que el tratamiento estaba haciendo efecto”, asegura Ruth.

Ese proceso la marcó especialmente, dice. “Descubrí algo que muy pocos saben y es por qué la mayoría se rapa; cuando el cabello cae duele. Duele como cuando nos dan un tirón de pelo”. Su historia es inspiracional. Lo que pudo ser motivo para derrumbarse la llevó a erigirse como “la vallenata que representará a Colombia en el próximo IPCBC Dragon Boat Festival”. Según Ruth explica, el IBCPC (Sigla en inglés de la Comisión Internacional del Cáncer de Mama) Dragon Boat, nació de la idea del médico deportivo canadiense, Don McKenzie, hace 20 años.

Este evento participativo internacional no competitivo, se celebra cada 4 años y es dirigido a los equipos de sobrevivientes de cáncer de mama que participan en actividades deportivas, con el fin de convertir el remo de los botes como rehabilitación postoperatoria. Los Dragon Boat o Botes Dragón son embarcaciones tradicionales de China en la que, peculiarmente, se rema hacia adelante. Hacia adelante, tal y como van los sobrevivientes de cáncer de seno. Esta iniciativa ha significado el beneficio de muchas miles de hombres y mujeres en todo el mundo.

Foto: Florencebcs2018.org

Aparte de ayudar a los enfermos de cáncer a través de su profesión, Ruth les ayuda a través de su experiencia. He ayudado a mujeres y niños, básicamente contándoles mi experiencia con la quimioterapia que, en mi opinión, es el desafío más grande. En especial, he servido de inspiración para una tía abuela diagnosticada con cáncer dos años después de que a mi me diagnosticaran. Hoy ella está bien, terminó su tratamiento y es una de las sobrevivientes que me está ayudando en la conformación del equipo Dragon Boat de Bogotá”, cuenta orgullosa.

En muchas ocasiones, por no decir todas, la enfermedad del cáncer es sinónimo de tragedia, pero en el caso de Ruth, las palabras clave han sido biología y ciencia, vida y deporte; fotografía, arte y artesanía. En el caso de Ruth, el cáncer ha sido esperanza, una lección de vida admirada por muchos y que ahora la llevará a tierras lejanas para representar su país.

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