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CERRAR

A la cárcel investigado por feminicidio de Ana María Castro

Para la juez 33 de control de garantías de Bogotá, Julia Ortegón podría obstruir a la justicia y representa un peligro para la sociedad.

La juez 33 de control de garantías de Bogotá cobijó con medida privativa de la libertad en centro carcelario a Julián Valente Ortegón, uno de los investigados por el feminicidio de la joven de 21 años, Ana María Castro, en Bogotá a inicios de 2020.

De acuerdo con la funcionaria, quedó plenamente demostrado que este hombre podría obstruir la justicia, representa un peligro para la sociedad, no comparecería ante la justicia para aclarar la muerte de Ana María Castro y, además, es un riesgo para sus exparejas que lo han denunciado en dos oportunidades por maltrato, amenazas, golpes y robos.

“Lo expuestas que podrían estar las mujeres ante el comportamiento agresivo que ha demostrado tener en sus relaciones. Asimismo, la medida es proporcional porque la afectación de la libertad personal del señor Ortegón Mosquera debe ceder para proteger el interés general del Estado y la sociedad que busca proteger a las mujeres de actos de violencia, motivados en estereotipos de comportamiento hacia ellas, sobre la forma cómo deben comportarse afectando su libertad”, indicó la juez.

Añadió que no se le puede dar una medida domiciliaria a este hombre, ya que ninguna otra medida privativa es suficiente ante su comportamiento, pues incluso de manera premeditada se negó a entregar el celular de Ana María Castro con lo que obstruyó a la justicia.

Sin embargo, la juez también precisó que con esta medida no lo está responsabilizando de la muerte de la joven, pero si se busca que se presente en todas las etapas del caso para esclarecer este feminicidio.

A este hombre se le imputó el delito de feminicidio agravado, cargo que no aceptó. Mientras tanto, la Fiscalía continúa la búsqueda del segundo involucrado en este caso, Paul Naranjo, quien estuvo en la fiesta con la joven la noche de su muerte.

Por su parte, la defensa de Ortegón aseguró que su cliente no debe ser privado de la libertad ya que no se ha acreditado que atacara a la joven y además porque es ilógico que, siendo el copiloto, pudiera arrojar del vehículo a Ana María Castro mientras Naranjo conducía.

Cabe recordar que Ana María Castro falleció tras recibir varios golpes al parecer con un objeto contundente y ser arrojada de un vehículo en movimiento al noroccidente de Bogotá, lo que le ocasionó un trauma craneoencefálico severo, asociado a un edema cerebral con hemorragia lo que junto a una fractura en la base del cráneo que le produjo la muerte tres horas después.

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