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Proyectos piloto de fracking iniciarían en Santander

Puerto Wilches, Barrancabermeja y de San Martín, en el Cesar, son potencialmente los de mayores reservas de hidrocarburos no convencionales.

Los suelos de Puerto Wilches, Barrancabermeja y de San Martín, en el Cesar, son potencialmente los de mayores reservas de hidrocarburos no convencionales, y en caso de que el proyecto de decreto del Ministerio de Minas y Energía sea aprobado el próximo 20 de enero, esta zona sería el primer lugar de exploración, asegura Carlos Santiago Lozano, vocero de la Alianza Colombia Libre de Fracking.

La polémica sobre esta técnica y su implementación en Colombia, se abrió de nuevo tras la publicación del proyecto de decreto que define los lineamientos para adelantar las actividades de exploración en Proyectos Piloto Integrales de Investigación sobre yacimientos no convencionales de hidrocarburos.

“Estos proyectos, que proponen el documento de decreto, no son pilotos investigativos, (como pidió el Consejo de Estado) sino que corresponden a fase exploratoria y por eso es que los harán empresas petroleras, se busca en el documento y no se menciona, por ejemplo, cuál es el rol de las universidades, que en teoría son las que producen conocimiento científico en Colombia”, asegura Santiago Lozano.

Le preocupa también “que la línea de base para calcular los posibles impactos ambientales no se levantará antes de comenzar la intervención sino durante la realización de las actividades piloto, y el Comité Evaluador está integrado por tres ministros y dos delegados del presidente, es decir no hay presencia de universidades, academia o comunidades”.

La otra mirada

Francisco Lloreda, director de la Asociación Colombiana del Petróleo, en diálogo con la Señal de la Mañana de Radio Nacional de Colombia, aseguró que la explotación de yacimientos no convencionales sería una alternativa para la escasez de hidrocarburos, pues actualmente nuestro país solo tiene reservas de cinco años de petróleo y ocho de gas.

“Si nosotros no logramos incorporar nuevas reservas y perdemos autosuficiencia en materia de hidrocarburos, eso tendría un impacto fiscal impresionante, pues entraríamos a importar gas y petróleo. Eso al año le costaría 30 o 40 billones de pesos energética, sin contar con lo que dejaríamos de recibir en relación a lo que ya importamos”, expresó el funcionario.

Y agregó que “es el momento de pasar de las discusiones teóricas a la práctica y a través de proyectos piloto, saber si son ciertos o no todos los males que se le atribuyen al fracking”.

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