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¿Cuál es la situación de los jóvenes que ni estudian ni trabajan en Colombia?

Se conoce como ‘NiNis’ a los jóvenes que no estudian y ni trabajan debido a la falta de oportunidades.

Se conoce como ‘NiNis’ a los jóvenes, en el rango de los 14 a 28 años de edad, que no estudian y ni trabajan debido a la falta de oportunidades. Se trata de un panorama que, según la Fundación Corona, va en aumento en Colombia, donde la cifra pasó a 2.5 millones a 2.7 en el último año, lo que representa un aumento del 21 %, con base en estimaciones a febrero de 2020.

Para Mario Alejandro Valencia, director ejecutivo del Centro de Estudios de Trabajo (Cedetrabajo), hay dos tipos de posturas frente a la problemática de este grupo poblacional, las alternativas que necesita y su impacto en la economía.

“Una, que está empeñada en que, a punta de cursos de motivación, de superación personal, de discursos sin fundamentos sobre el emprendimiento, se van a resolver los problemas. Y otro de los que creemos que definitivamente tiene que haber una política de Estado, una política con los gremios de la producción para poder vincular fuerza de trabajo”, expone.

Valencia agregó que esta última opción implicaría en una muy buena medida, una transformación del aparato productivo del país, señalando que este fenómeno de desocupación en los jóvenes no es por alguna condición psicológica, ni porque no quieran trabajar ni quieran estudiar.

“Lo estamos viendo en las tasas de desempleo. Antes de la crisis económica, ya la tasa de desempleo de los jóvenes en Colombia era del 17%, que era dentro de los sectores poblacionales, la más alta. Y después de la emergencia sanitaria, tenemos una tasa del desempleo de jóvenes de 29%, cuando la del promedio del país está en 20%, aproximadamente”, recalca.

Revisando el panorama, por un lado, se plantea la inquietud respecto a si el origen de esta problemática podría venir de parte de las empresas al evitar contratar jóvenes o, por otro lado, si esta población no estaría lo suficientemente capacitada o preparada.

El director de Cesdetrabajo indica que se combinan dos elementos que son claves para brindar oportunidades a la población en las actividades productivas de los países. En primer lugar esta la educación, no solo universitaria, sino también la formación técnica y tecnológica.

“En el caso colombiano lo que ocurre es que hay mucha demanda y muy poca oferta por ese lado. Es decir, si todos los jóvenes en Colombia tuvieran la posibilidad de vincularse a algún programa de formación y de capacitación, no habría la suficiente oferta por parte de los programas para vincularlos”, anota.

De esta forma, Valencia explica a raíz de que los jóvenes no pueden acceder a estos programas de formación y de capacitación, lo que ocurre es que se tiene una fuerza de trabajo que podría ser altamente productiva y que por la edad puede ser mucho mayor, pero que debido a que no tiene acceso a formación, la productividad está muy por debajo.

“Al tener esa productividad tan baja solamente pueden ocuparse en actividades que son de baja capacidad de producción de riqueza, por ejemplo, en el rebusque, en actividades de lo que se conoce como ‘cuenta propia’, eso es como ‘usted sale y vende cualquier cosa’, se inventa alguna iniciativa, algún negocio, algún ‘emprendimiento’, como lo llaman en Colombia, pero esos emprendimientos son de muy corto plazo no tienen posibilidad de durar ni de trascender en el tiempo”, comenta.

El director de Cesdetrabajo sostiene que hay una desconexión entre las políticas públicas del país, la academia y las empresas para generar oportunidades óptimas de empleabilidad.

“Las empresas siempre van a necesitar trabajadores y la industria siempre va a necesitar fuerza de trabajo. Y si esa fuerza de trabajo está capacitada, mejor. Si hubiera más oferta también por el lado de la academia, desde esa perspectiva, pues estas empresas podrían aprovecharla”, analiza.

Detalla que Colombia tiene una política pública que premia y estimula, no solo la producción de mercancías en el país, sino la compra en el extranjero, lo cual se paga con la exportación de materias primas y de recursos naturales que no necesitan mucha capacitación, y que no son capaces de absorber fuerza de trabajo.

“El mayor producto de exportación de Colombia es el petróleo, pero las actividades mineras en Colombia solo ocupan al 1 % de la fuerza de trabajo del país, o sea, al otro 99% nos tocan rebuscarnos en otros escenarios”, detalló.

Y con base en este panorama, que trazaría un escenario difícil para la economía del país, debido a la inactividad de esta población de jóvenes, ¿qué se espera después de la pandemia en Colombia?

“El Gobierno Nacional, en cabeza del ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, plantea que para el año 2021, la situación económica ya va a estar resuelta en Colombia. O sea, que todo lo que vimos este año en pérdidas, como resultado de la crisis, que son alrededor de 60 billones de pesos, 60 millones de millones de pesos, se van a recuperar el próximo año”, cita el experto.

Valencia se muestra en desacuerdo con esta proyección y señala que los análisis de organismos internacionales y centros de pensamiento, que se han hecho en Colombia, manifiestan que mínimo tres años va a durar la crisis económica. Agrega que para que haya una reactivación se necesita que exista una especie de estímulo, a través de recursos que impulsen la recuperación.

“Lamentablemente, por el lado del presupuesto general de la nación no lo estamos viendo. No existen los recursos suficientes, la mayor parte de los proyectos que se tienen pensados en los planes de reactivación dependen en una muy buena medida de las empresas y de que las personas se endeuden, y el nivel de endeudamiento en Colombia ya es muy alto”, resalta.

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