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Premio Nacional de Bibliotecas Públicas para Inzá-Cauca

El jurado destacó su carácter comunitario, su belleza estética y por tratarse de un proyecto integral que involucra a todas las familias de la vereda Guanacas,

Por: Colprensa.

Una labor de más de doce años de trabajo comunitario y autogestión, ha sido exaltado con el Premio Nacional de Bibliotecas Públicas Daniel Samper Ortega 2017, que se entregó en su cuarta edición.

Dentro de las nueve finalistas, la ganadora fue la Biblioteca Pública La Casa del Pueblo, en el municipio de Inzá, departamento de Cauca, por su carácter comunitario, su belleza estética y por tratarse de un proyecto integral que involucra a todas las familias de la vereda Guanacas, convirtiéndose en epicentro de armonía y convivencia de las distintas comunidades que residen allí.

El jurado del Premio, conformado por los escritores Pilar Lozano, José Zuleta, y por el periodista Alberto Salcedo Ramos, destacó de la biblioteca galardonada, su origen comunitario. “Un modelo de biblioteca que involucra los esfuerzos de todas las familias de la vereda de Guanacas. La institución apoya la formación y la educación de sus habitantes, y promueve escuelas de formación artística y deportiva. Sus servicios de extensión en las veredas y la emisora radial comunitaria, son admirables y demuestran el amor y seriedad con el que lideran este proyecto de vida”, señaló el acta del jurado, designado por el Ministerio de Cultura.

La Biblioteca Pública La Casa del Pueblo, de Inzá, recibió un estímulo de 50 millones de pesos, destinados al fortalecimiento de la biblioteca, y una pasantía en la Red de Bibliotecas de Barcelona, para su bibliotecario.

Labor comunitaria

Inzá es un municipio del oriente caucano que cuenta con la biblioteca rural ganadora de este premio nacional, la cual opera hace doce años y hace parte de un proyecto ambicioso que es un centro cultural y deportivo que se ha ido gestando, de manera lenta, contando con la autogestión de la comunidad.

“Se ha convertido en parte vital de la región, la cual ha sido azotada por distintos problemas de orden público y ha hecho parte de los procesos positivos, donde los jóvenes han encontrado otras posibilidades a través de la lectura”, comentó Luis Enrique Fajardo, su bibliotecario.

Una zona también que a lo largo de los años ha presentado una serie de conflictos entre las comunidades que la habitan: “con los conflictos entre campesinos e indígenas, la biblioteca ha permitido que las personas encuentren un lugar para la convivencia en armonía y una participación activa de los habitantes de la región”, continuó su bibliotecario.

De hecho, la arquitectura de la biblioteca, que empezó su construcción con el apoyo de la Embajada de Japón, se realizó luego de un trabajo por parte de diferentes creadores que se basaron en la arquitectura de la región, intentando ser fiel a las costumbres típicas de la región.

Según Luis Enrique Fajardo, “las personas en esta parte del Cauca suelen tener bancas afuera de sus casas donde se suelen reunir y contar historias. Este fue un elemento que tomaron los arquitectos y lo incorporaron en la estructura de la biblioteca”.

Es un lugar visitado a diario por estudiantes de colegios de todo el departamentos, pero también por su diseño, atrae a una gran cantidad de turistas. “También contamos con una gran asistencia de estudiantes de universidades del país, en especial de Bogotá, quienes buscan conocer más de la experiencia que hemos tenido en reconciliación”, continuó el bibliotecario.

Son doce años de trabajo los que llevan en La Casa del Pueblo, pero el proyecto es ambicioso, pues buscan convertirse en un amplio centro cultural y deportivo, que además de la biblioteca, cuente con espacios deportivos, un auditorio y una media torta.

“Hemos podido avanzar en los espacios deportivos al contar con una cancha de fútbol y de baloncesto, pero faltan más. Nuestra prioridad ahora será el auditorio, pues por la afluencia de público nos estamos quedando pequeños y necesitamos de un espacio para los distintos eventos. De hecho, muchas veces las personas nos prestan sus casas para realizar allí actividades que no podemos desarrollar dentro de la biblioteca”, finalizó Luis Enrique Fajardo.

Foto: Colprensa. Octubre 12 de 2017.

Reconocimientos.

El Premio, otorgó además, reconocimientos especiales a la Biblioteca Pública del Deporte y la Recreación, de Cali (Valle del Cauca), la Biblioteca Pública Rural de Naranjal en Chinchiná (Caldas) y a la Biblioteca Pública Monseñor Juan José Díaz Plata de Tibú (Norte de Santander).

De la Biblioteca Pública del Deporte y la Recreación, de Cali, el jurado destacó su propósito por “vincular a la comunidad mediante convenios con las ligas deportivas y las entidades que promueven la recreación para realizar programas de formación, promoción e investigación en torno al deporte. Así mismo el trabajo social con las barras de los equipos de fútbol de la ciudad en el que se ha logrado que el deporte sea una fiesta y un escenario de confrontación pacífica”.

La Biblioteca Pública Rural de Naranjal, en Chinchiná (Caldas), fue reconocida por su trabajo apasionado por llevar la biblioteca a toda la comunidad. Para el jurado, “la biblioteca es una herramienta para la realización de proyectos que desarrollan y potencian el desarrollo humano de los niños, jóvenes y adultos de esta zona rural. La promoción de la escritura, Canitas digitales y el programa Mi vereda de lo local a lo global, ha permitido a más de 240 familias capacitarse y generar proyectos de emprendimiento rural que han cambiado positivamente sus vidas”.

La Biblioteca Pública Monseñor Juan José Díaz Plata, de Tibú (Norte de Santander), se destacó por su valioso trabajo con los jóvenes, en contextos de vulnerabilidad. “Esta biblioteca logra con el club de lectura El Faro Lector impactar a la comunidad a través de recitales y llevar el entusiasmo por los libros a los niños de las escuelas veredales, lo que convierte a esta biblioteca en un verdadero espacio para la construcción de paz”.

Para cada una de estas tres bibliotecas, el Ministerio de Cultura, otorgó un estímulo de 20 millones de pesos, destinados a su fortalecimiento. Así mismo, sus bibliotecarios, tendrán la oportunidad de realizar una pasantía en la Red de Bibliotecas de Barcelona, con el fin de que puedan enriquecer su experiencia en temas de gestión bibliotecaria.

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