Historias de la dejación definitiva de las armas en Nariño

Por: Ingrid Clarena García.

En los últimos años la población colombiana ha escuchado hablar frecuentemente de los días históricos para el país, todos relacionados con el fin de la guerra. Aunque este es el tema general, hoy nos enfrentamos a otro de esos hechos históricos, quizá uno de los más representativos cuando de fin del conflicto se habla, la dejación definitiva de las armas por parte de la Farc, para hacer su tránsito de guerrilla a organización política.

Por esto, quisimos indagar y conocer cuál fue el sentimiento que invadió los corazones de quieres por más de 50 años, generación tras generación, empuñaron las armas por un objetivo que aún permanece vivo en sus propósitos.

Yuliana es oriunda del municipio de Cumbal, ese es su nombre al interior de las Farc, organización a la que pertenece desde hace 15 años. Según manifiesta, por voluntad propia decidió incorporarse a sus filas, hoy con 32 años de vida, aún la reconoce con orgullo y se ha dedicado al desarrollo de trabajos pedagógicos en la zona del municipio de Tumaco.

Yuliana nos cuenta lo que para ella significó decirle adiós a las armas:

Esta joven mujer siempre contó con el apoyo de su familia, nunca se sintió juzgada por haber tomado la decisión de incorporarse a la guerrilla. Al describir lo que para ella significó cargar su arma durante 15 años combatiendo en las Farc, sus ojos se inundan de lágrimas

Ahora, Yuliana tiene claro que su vida tiene todo un futuro por delante, futuro que quiere dedicar al trabajo por obtener una paz verdadera con justicia e igualdad social. Entre sus sueños están poder estudiar y vivir el resto de su vida al lado de su familia tranquilamente.

Esta es la percepción de una persona que combatió en la guerra y que ahora seguirá luchando, pero con palabras. El conflicto colombiano que por décadas y décadas utilizó las armas para conseguir un objetivo, las deja atrás y emprende un nuevo camino hacia la vida y la transformación social.