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Docentes rurales en Ituango-Antioquia: un reto por la paz

En Ituango-Antioquia existen 7 instituciones educativas con 105 sedes rurales.

Por: Wilson Cartagena Colorado.

Reinventar la educación es la idea de los docentes rurales de Ituango en Antioquia; la falta de conectividad ha obligado a profesores como Néstor Úsuga a utilizar las trovas y poesías para generar una pedagogía lúdica, en la que incluso participan los padres de familia. En este municipio existen 7 instituciones educativas con 105 sedes en las veredas.

El poeta Úsuga es un docente rural del municipio de Ituango, campesino como sus alumnos; labora en la Institución Educativa José Félix de Restrepo en la vereda Chontaduro de este municipio; a dos horas del casco urbano de Ituango. Las circunstancias y características especiales de 35 sus alumnos, la mayoría víctimas del conflicto armado, han hecho que este profesor reinvente cada día la educación, aunque el currículo es su guía, debe acudir a la lúdica para resignificar el proceso pedagógico y atraer a sus alumnos, incluso a los padres de familia.

A Néstor le ha tocado afrontar la deserción escolar, el reclutamiento de menores, la violencia y ahora la emergencia ocasionada por la Covid 19; sin embargo, esto no ha sido motivo para desfallecer en su proceso educativo, el cual lleva un componente vocacional, que lo hace único; las trovas, los poemas y hasta los cuentos, son la forma en que Néstor articula su proceso educativo; y no es para menos, el hacinamiento al interior de las aulas de clase, sumado a las necesidades de sus alumnos, la mayoría de bajos recursos, hacen que este profesor se las ingenie para seguir en la lucha de la transformación social.

Néstor desde muy niño manifestó la necesidad de aportar a su vereda:

“Soy de origen campesino, de aquí mismo de la vereda Chontaduro del municipio de Ituango, y creo que es mirar las necesidades que tuvimos en nuestra infancia, y mirar cómo podríamos cambiar las realidades a futuro, entonces me planteé desde niño, como me veía como adulto y que podría hacer por los niños que me tocaría educar cuando fuera adulto, y ahorita lo estoy haciendo, cambiando pensamientos, apostándole a la parte humana, al deporte a la lectura a la escritura, a la lectura y a todo lo que pueda enriquecer al ser humano”.

Este docente ha escrito varios libros de poesías y sabe la medida exacta entre cultura y educación, una amalgama que considera no se debe separar, por eso combina la educación con la pedagogía, haciendo de esta, una mezcla entre aprender y jugar, algo que ha diferenciado su proceso pedagógico de sus demás compañeros. Néstor cada día renueva su forma de educar:

“Es tener la capacidad de aprender cada día de ellos, por insignificante que sea, teniendo en cuenta que para mi ningún aprendizaje es inferior a otro, todo es necesario, entonces del niño campesino aprende uno de todo, desde sus necesidades hasta sus fortalezas, y desde sus limitaciones hasta las grandes potencialidades que ellos tienen”

La pandemia de la Covid-19 ha motivado a este docente a mirar alternativas , a diferencia de las grandes ciudades, la ruralidad tiene sus desventajas tecnológicas, por eso debe acudir a la creatividad:

“Estamos en cero conectividad prácticamente en la región de Ituango, estoy ejecutando talleres con ellos y llevándole a aquellos que manejen redes sociales o whatsapp unas reflexiones a nivel trova, le estoy mandando trovas a las mamás para que motiven a los niños a estudiar, entonces hago con pista dobletiada unas trovitas y se las envío vía whatsapp, para que la mamá trabaje con ellos allá emociones, valores, motivándolos a hacer deporte y a leer como tal”

Y entre versos, coplas y juegos, este docente encontró en la lúdica la mejor manera de educar, diferenciando su proceso en una zona donde no existe conectividad y donde la violencia ha intentado construir su nido.

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