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El hombre que trató de fundar la primera utopía

En 1855 el geógrafo francés Élisée Reclus (1830 – 1905), entonces de 25 años, viajo por la costa caribe de Colombia con el propósito de fundar una colonia de hombres libres, en la que primara la igualdad entre indígenas, negros, blancos y mestizos, y en la que todos juntos trabajaran la tierra para mantener en pie la comunidad.

Aunque su empresa fracasó, de los dos años que vivió en nuestro país intentando construir una utopía, Reclus dejo varios escritos, entre ellos el mítico Viaje a la Sierra Nevada de Santa Marta.

En esta publicación el investigador colombiano Ernesto Mächler Tobar los recopila por primera vez para una edición en español, un documento invaluable que da cuenta del amor que siempre profesó por esta tierra y de la visión particular que tuvo de América quien es considerado el pionero de la Geografía Social.

El libro “Un nombre expoliado. Élisée Reclus y su visión de América” es una edición conjunta entre la Universidad del Rosario y el Banco de la República, su traducción al español estuvo a cargo del poeta Nicolás Suescún.

Y ¿cuál fue esa imagen que Élisée Reclus tuvo de lo que hoy es Colombia?, en 1861, casi cuatro años después de haber dejado la Nueva Granada, Reclus lo cuenta así:

"Y ¿qué destino tendrá la Nueva Granada en la historia futura del continente? Si las nociones siempre se parecen a la naturaleza que las alimenta, ¿qué debemos nosotros esperar de este país donde se aproximan los océanos, donde se encuentran todos los climas superpuestos, donde crecen todos los frutos y donde cinco cadenas de montañas ramificadas en abanico crean una maravillosa diversidad de parajes? Con su istmo de Panamá servirá de alto y de sitio de reunión de los pueblos de Europa y de los del extremo Oriente: allí, tal como lo presintió Cristóbal Colón, vendrán a fundirse las dos extremidades del anillo que rodea el globo.

No lo ocultaré: amo a la Nueva Granada con tanto fervor como a mi patria natal, y me haría feliz dar a conocer a algunos este país admirable y lleno de futuro. Me haría muy feliz dar a conocer a algunos este país admirable y lleno de futuro. Me haría muy feliz poder desviar hasta él a una pequeña parte de la corriente de inmigración que mueve a los europeos. Es hora de que el equilibrio se restablezca entre las poblaciones del globo y que El Dorado deje por fin de ser una soledad."

Cuando Élisée Reclus llegó a las costas colombianas, venía decepcionado de la política europea y de su experiencia en Estados Unidos.

Al parecer los paisajes y el aire fresco de la Nueva Granada lo llenaron nuevamente de entusiasmo, en parte por su carácter anarquista, en parte por su edad, el viajero sintió que en estas tierras todo era posible y todo estaba por hacerse.

“Varios investigadores colombianos han insistido en el aspecto “romántico” o ingenuo de los escritos de Reclus. He intentado, con esta recopilación, demostrar que esa etiqueta es provisional y, por cierto, apresurada. En los últimos años se puede notar claramente que Élisée Reclus comienza a ser reeditado y estudiado con una frecuencia creciente, a la par que es convertido en personaje de creaciones literarias: a veces recuperado por el renacer de los movimientos anarquistas, otras veces por la nueva versión ideológica del retorno a la tierra, e incluso entre los estudiosos de las ciencias sociales que persiguen referencias fundadoras y fuentes de información alternativas”, explica Ernesto Mächler Tobar.

Esa exaltación, ese optimismo frente al nuevo territorio, es el que transmite en las cartas que escribe a su familia y amigos y en los textos que se recopilan en este libro.
Documentos que además son testimonio de lo que fue nuestro país en esa época, cuando se estaba estructurando como Nación independiente, cuando los partidos políticos daban sus primeros pasos y cuando un grupo reducido de extranjeros habían sido llamados al país para de su mano traer aires de modernidad a este territorio.

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