Su majestad la marimba se lució en Manizales

Los sonidos del Pacífico se fueron apropiando del auditorio cuando la agrupación Makana que acompañó a Neyver durante el taller, empezó a tocar sus ritmos fusión y nos contagió con la energía de la marimba para aprender los secretos de este instrumento.

“El bombo que está tocando,

cununu está repicando,

marimba ya está jadeando,

las voces están calentando.

Prepárense bailadores que esta fiesta ya se formó.

Prepárense bailadores que este arrullo ya se prendió”.

Así, en la voz de Lina Macuacé, vocalista de Makana, inició el taller evocando al maestro Hugo Candelario, uno de los grandes exponentes de la marimba en el país.

Con esta introducción que prendió los ánimos en el Galpón, Neyver López en su papel de músico y constructor de marimbas, hizo un repaso por los orígenes, los ritmos, los rituales, la técnica y la importancia de la marimba de chonta en el folclor colombiano.

“Este es un instrumento heredado de África que llegó al país producto de la colonización española con los esclavos asentados en la región del Pacífico Sur, Valle del Cauca, Cauca y Nariño; y era utilizada en ceremonias tradicionales de estas comunidades afro como el momento del arrullo (adoración a los santos), el chigualo o gualí (velorio de niños menores de cinco años), funerales de adultos y la danza del currulao”, explicó Neyver a los asistentes.

Entre los diferentes tipos de marimbas está la guatemalteca, la chiapaneca, la sinfónica y la de chonta, con la cual se interpretan ritmos como el currulao o bambuco viejo, el bunde, torbellino y la rumba.

“La marimba suena a agua, a tradición, a folclor pacífico, por eso también se le conoce como el piano de la selva y en el año 2012 fue declaradaPatrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”, precisó el tallerista oriundo de Buenaventura.

El taller Colombiológico finalizó con ambiente de rumba, Neyver y la agrupación Makana pusieron a bailar al público, coreamos sus canciones y la sangre latina efervesció al son de la marimba.

Los niños de la Casa de la Cultura La Fuente cerraron la noche con su alegría, subieron al escenario, tocaron los instrumentos, bailaron y cantaron para darle punto final a una jornada llena de sabor Pacífico.