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El legado de Felisa Alquichire en Santander

Ana Felisa Alquichire fue declarada patrimonio cultural vivo por ser la última ceramista que conservaba las tradiciones de los indígenas Guan

Por @RuthGlvez periodista de @RadNalSantander

Desde los seis años Ana Felisa Alquichire había dedicado su vida a la elaboración de ollas de barro, fue alfarera, y en el 2018 a sus 90 años falleció quien fue declarada patrimonio cultural vivo por ser la última ceramista que conservaba las tradiciones de los indígenas Guane en Santander.

Helga Moreno, comunicadora social y quien habitó por varios años el municipio de Barichara cuenta y recuerda a Felisa:

“Me contaba que conocía una mina donde encontraba el mejor barro, caminaba una hora y media, recogía el barro en un saco de fique, lo envolvía muy bien y lo traía al hombro” así como lo hacen muchas mujeres del campo de esta región.

Como si ese fuese el trabajo más duro continuaba la labor para tener un barro en perfectas condiciones, ella no guardaba con recelo esta tradición, pues se sentía muy orgullosa de lo que hacía explicó Helga:

“Ella caminaba con esa carga al hombro por senderos áridos por una vereda de Guane, caminos secos, polvorientos, espinosos, traía el barro hasta su casa, lo limpiaba, le sacaba las piedritas y palitos y luego lo mezclaba con una piedra que ella pulverizaba, una piedra negra”

Ella era una heredera de la tradición indígena de olleros Guane y de las pocas exponentes que quedaban de esta tradición.

El trabajo seguía en una piedra de moler hacía polvo la micácea “luego lo mezclaba con el barro, y con la tierra, dejaba luego reposar la masa y empezaba a armar las ollas y todos los utensilios que ella hacía con barro”

Ana Felisa era hija de Prudencio Alquichire y Gregoria Porras (descendientes Guane) se casó con José Joaquín Ortiz Ortiz quien falleció hace más de treinta años, ella se convirtió en la última descendiente directa de esta comunidad indígena.

Once hijos tuvieron, siete de ellos están vivos y aunque son veintinueve nietos y cuarenta bisnietos la tradición de la alfarería Guane requiere un enorme trabajo físico.

Su voz y el registro fotográfico de quien hasta hace poco seguía cultivando el amor por la alfarería reposan también en un archivo histórico de la Gobernación de Santander del año 2016, Felisa narraba los procesos de su trabajo y hablaba de su vida, su ascendencia.

“Si se acaba el trabajo, se acaba es porque ya no hay quien trabaje, ya las que trabajamos, tamos muy vejitas, la hija que vive cerca ella sí hace vasijitas, la otra no se amañó porque es mucho pesado”Fragmento del archivo histórico de la Gobernación de Santander.

Antes de perder casi todas sus fuerzas físicas, las piezas de doña Ana Felisa llegaban a pueblos como Galán, Zapatoca, La Fuente, Socorro, San Gil y muchos otros.

Sin embargo y pese a haber sido declarada patrimonio cultural vivo, subsistió en sus últimos años de vida gracias a la caridad de algunos turistas que llegaban al lugar, para tomarse una fotografía con ella o para que les contara alguna de las historias de antaño.

A comienzos del mes de septiembre doña Felisa Alquichire deja las áridas tierras de su provincia guanentina, su vereda, la casa humilde de tapia pisada, la mina donde recogía el mejor barro, el horno, y quedan las miles de historias que contaba de sus ancestros, de su niñez y de su trabajo.

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