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Misión médica: el desafío de vacunar contra la Covid-19 en Leguízamo, Putumayo

El distanciamiento y el transporte son algunos de los factores que tiene que superar la Misión para llegar a las comunidades.
Foto: Hospital María Angelines
Angela Montilla

Para la misión médica del Hospital Maria Angelines de Leguízamo ha sido un reto llegar a las comunidades de las zonas rurales del municipio, debido a la lejanía, el medio de transporte, la seguridad y la conectividad. Sin embargo, con un grupo de cinco profesionales de diferentes servicios de salud se adelantan jornadas de salud y de vacunación contra la Covid-19, para las comunidades ubicadas a orillas del río Caquetá y el río Putumayo, los dos afluentes que rodean a Leguízamo.

Uno de los lineamientos del Ministerio de Salud para proteger las vacunas contra la Covid-19, es que deben contar con seguridad presencial de la fuerza pública, a pesar de este lineamiento nacional, para algunas zonas de Leguízamo no se ha podido brindar este acompañamiento por la presencia de grupos ilegales en la zona, así lo afirmó Martha Riofrio, subgerente del hospital Maria Angelines municipal.

“La brigada de atención que se está realizando por el río Caquetá no cuenta de manera presencial con las fuerzas militares, sino que han estado custodiando a distancia y con otros métodos de inteligencia que ellos tienen”, indicó la funcionaria.

Jose Jacanamejoy, enfermero superior del Hospital Maria Angelines, viajó en una ocasión a la jornada de vacunación que se realizó sobre el río Caquetá.

“No lo hacemos por el sueldo, lo hacemos por vocación. Llegar a estas familias que a veces no tienen nada y poder brindarles una ayuda, nos llena de satisfacción. Sabemos que la fuerza pública nos acompaña de lejos y eso nos genera cierta tranquilidad”, fueron las palabras del enfermero.

El personal médico que acompañan las jornadas médicas recibe su sueldo como profesional, con todas las prestaciones de ley. Para las jornadas por el río Putumayo el hospital hace la contratación de un buque que cuenta con camas, cocina y baño, además se contrata una persona encargada de realizar la alimentación para el personal de salud. Por el contrario, para el río Caquetá, se contrata un buque con los servicios necesarios, pero sin servicio de cocina, y a cambio se les da una bonificación a las personas que realizan estas labores.

Así mismo, para esta jornada de salud, el personal médico tuvo que enfrentar un hecho nuevo con las vacunas de Janssen. Viviana Valderrama, auxiliar de enfermería relató que “se nos terminó la congelación de las pilas que acompañan las vacunas, tuvimos que bajarnos del buque y salir corriendo al puesto de salud más cercano para pedir ayuda. Por fortuna lo pudimos solucionar pronto y sin ninguna complicación”

Cerca del 80% de la población de Leguízamo vive en las zonas rurales del municipio, por lo que, para cubrir las 58 veredas, son varias las jornadas que se deben realizar durante el año. En lo corrido de este año se han realizado cuatro jornadas de salud, donde se rota el personal médico que irá a cada visita a las zonas rurales.

Por otra parte, Leguízamo, por su condición geográfica, se ha visto afectado debido a la falta de conectividad tanto de internet como de señal telefónica, siendo así que el personal de la misión médica que sale del municipio a realizar las jornadas de salud hacia las zonas rurales, pasan días sin reportar su estado de salud y sus condiciones hasta volver al casco urbano del municipio.

“Esta vocación de salvaguardar vidas no tiene límites, y seguiremos atendiendo a las poblaciones que más lo necesiten”, afirmó Viviana Valderrama.

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