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Ciudadanía busca respuestas ante la persistencia de la inseguridad en Bogotá

Aumenta la preocupación entre la ciudadanía por las cifras de inseguridad en la capital del país, junto a la mayor violencia que se observa en la comisión de delitos, especialmente, en los hurtos.
Fuente: @CarlosFGalan
Sylvia Melissa Soler Mantilla

 

Uno de los principales temas que ocupa la atención de la ciudadanía en Bogotá es el de la seguridad, puesto que el número de víctimas crece aceleradamente y los hechos suelen ser cada vez más graves, comprometiendo incluso, la vida de las personas. 

El ambiente de incertidumbre e intranquilidad genera efectos negativos en la calidad de vida, ya que los ciudadanos, en sus recorridos, en sus trabajos e incluso al interior de sus hogares, tienen que vivir con miedo por la posible comisión de diversos delitos. 

Las personas describen situaciones de estrés en los momentos de espera hasta que sus familiares lleguen sanos y salvos a sus casas. 

Al respecto, entre la opinión pública y los especialistas, se discute si este es un problema de percepción de inseguridad, o si, por el contrario, existen condiciones y eventos que justifican este clima de zozobra. 

El lamentable homicidio del ciudadano Jean Claude Bossard en un intento de hurto en la Avenida 19 con Calle 108 ha encendido nuevamente las alarmas, poniendo la inseguridad en el centro del debate.


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La inseguridad de la ciudad es un problema estructural, pero tiene momentos en que se recrudece

Aunque el problema de inseguridad en Bogotá es persistente, no es algo que pueda ser normalizado y a lo que la ciudadanía deba acostumbrarse. Si bien es grave que permanezca sin solución a lo largo del tiempo, también lo es que los hechos de violencia “se disparen” en determinados momentos.

Lamentablemente, en la actualidad, la ciudad está en uno de esos lapsos en los que se puede considerar que la inseguridad está desbordada, más de lo que se pueda considerar en su “estado convencional”, lo que se ha extendido por una larga temporada: desde 2022, los organismos de seguridad lograron identificar que nuevas y complejas bandas organizadas se habían instalado dentro de la capital, y que tenían control de varias zonas. 

Para ese año, una de las manifestaciones más graves de esta situación fue la aparición de cuerpos embolsados. Posteriormente, se fueron identificando casas donde se planificaban y ejecutaban diversos delitos, hasta principios de 2025, cuando se registraron las detonaciones y otros hechos de violencia en el barrio San Bernardo, ubicado en el sector del centro. 

Todas estas situaciones son atribuibles a las estructuras más desarrolladas dentro del crimen organizado, pero simultáneamente, se van tejiendo múltiples hechos de violencia, que amenazan de forma directa a la mayoría de los ciudadanos. Estos son los delitos de alto impacto, como hurtos, fleteos, homicidios, lesiones personales y demás situaciones de inseguridad que en Bogotá continúan aumentando. 

 

Las cifras de la inseguridad en Bogotá no ceden 

De acuerdo con cifras del Observatorio de Seguridad, Convivencia y Justicia (de la Secretaría Distrital de Seguridad, Convivencia y Justicia)[1], los homicidios aumentaron en un 7% para 2023 y en un 12% para 2024. Con cifras hasta octubre de 2025, ya se ha alcanzado el 80% del total de casos del año anterior, que fue un año especialmente duro en materia de seguridad. 

Teniendo en cuenta que los meses de noviembre y especialmente, diciembre, son temporadas críticas en materia de comisión de delitos, se puede prever que, para la totalidad de 2025, la situación seguirá siendo difícil. 

En cuanto a la extorsión, creció un 73% en el año 2024, lo que evidencia la proliferación y dificultades para desarticular las organizaciones delictivas, que cuentan con estructuras complejas, para planificar y desarrollar sus actividades de manera sistemática, pues han llegado a ser verdaderas “empresas del crimen”.

Por su parte, los hurtos a personas se redujeron en un 18% en 2024, pero los casos son más de 130.500. En lo corrido de 2025 (datos hasta octubre), este tipo de eventos corresponde a casi 113.150 casos. Las lesiones personales llegan a aproximadamente veinte mil casos por año, desde 2022. 


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Los secuestros han tenido un preocupante repunte en 2025 llegando a 37 casos, que son casi tres veces los eventos de este tipo en 2024.

Los hurtos de vehículos aumentaron el 13% en 2023, pero en 2024, se redujeron en un 2%. Es probable que este tipo de hechos se disminuya en2025, aunque recientemente se han registrado varios casos, en los que se utilizan armas de fuego y se ataca a las víctimas cerca o al interior de sus hogares. El robo de motocicletas tiene una tendencia similar, ya que creció en un 10% para 2023 y bajó en un1% en 2024, siendo posible que haya otra reducción para el total de 2025.

Los casos totales de inseguridad han aumentado casi el 4% de 2024 a 2025, pasando de 108.946 delitos a 113.148 hasta octubre de 2025, lo que muestra que las medidas que se toman, no están dando los resultados esperados, más teniendo en cuenta el subregistro, que es una situación frecuente en cuanto a la inseguridad, porque varias de las personas afectadas prefieren no denunciar por diferentes motivos. 

Las localidades más afectadas son Suba, Los Mártires, Engativá, Kennedy y Chapinero. 

 

Galán afirma que en su administración están dispuestos a revisar fallas y corregir

Frente al homicidio del ciudadano Bossard, el alcalde de la ciudad se pronunció reconociendo que ya se contaba con datos sobre la motocicleta y acciones delictivas de quienes llevaron a cabo el intento de hurto, debido a que los vecinos del sector también informaron sobre esto, y estaban pidiendo respuesta de las autoridades. 

Pese a este conocimiento, no se realizaron las labores preventivas adecuadas, que impidieran el desenlace sobre la vida de la víctima. Por este motivo, y por las explicaciones del alcalde Galán, algunos ciudadanos han mostrado inconformidad y escepticismo frente a la posibilidad de que se cumplan las metas del Plan Distrital de Desarrollo, Bogotá Camina Segura. 

El alcalde declaró ante los medios de comunicación que tiene intención de evaluar la situación de inseguridad y tomar medidas correctivas, pero no tuvo buena recepción por parte de la opinión pública, ya que varios usuarios de redes sociales expresaron que esto debería haberse hecho hace bastante tiempo y que se trata de pronunciamientos con lugares comunes que no se han llevado a la práctica. 

También se han discutido las explicaciones de algunos funcionarios de la administración distrital, en el sentido de indicar que la inseguridad de la ciudad es un problema relacionado con la producción de drogas, o que el sistema de justicia es el responsable de la situación, ya que esto último solo tiene en cuenta la dimensión punitiva, cuando ya se han cometido los hechos criminales, y no los procesos preventivos, que pueden evitar que la ciudadanía sea víctima de los delitos. 

Igualmente, se ha planteado la insuficiencia de efectivos de la policía en la ciudad, culpando al gobierno nacional, pero sin profundizar en las alternativas que se deben desarrollar desde la Secretaría de Seguridad, Convivencia y Justicia, que es la institución sobre la que recae, de modo directo, la seguridad de la capital del país. 

Al respecto, el Secretario General de la Alcaldía, Miguel Silva Moyano, escribió en su cuenta de la red social X que se debería aumentar el pie de fuerza de las ciudades porque “a los alcaldes hay que darles herramientas para que mejoren la seguridad”. 

Lo anterior expone una visión sobre la seguridad, en la que esta depende esencialmente del número de policías, sin que ello sea responsabilidad de los alcaldes, lo cual está en contravía de los planteamientos sobre la integralidad que deben reflejar las políticas en esta materia, tal como se ha formulado desde el gobierno de la ciudad. 

Debe resaltarse que este es el tema bandera del gobierno del alcalde Galán, por lo que la administración ha informado, en diversos escenarios, que cuenta con el trabajo de expertos y con los conocimientos más actualizados, que le permiten planificar y ejecutar una gestión eficiente en esta materia. 


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En el Plan Distrital de Desarrollo, Bogotá Camina Segura, el primer objetivo estratégico es Bogotá avanza en seguridad, lo cual se articuló con el tema de confianza ciudadana, pero en ambas materias, los resultados son limitados, en particular, frente a la opinión pública. 

Igualmente, se cuenta con el Plan Integral de Seguridad, Convivencia Ciudadana y Justicia 2024-2027, desarrollado por la administración del actual alcalde Galán y cuyo liderazgo está en cabeza de la Secretaría Distrital de Seguridad, Convivencia y Justicia, pero a pesar de la información de esta entidad sobre avances, se continúa la discusión sobre la efectividad de las políticas. 

En el momento, cuando ya se ha alcanzado la mitad del mandato del alcalde Galán, la seguridad sigue bajo examen, y los ciudadanos están cada vez más preocupados, porque las soluciones que se plantean no son rápidas, ni diferentes a las fórmulas ya utilizadas. 

Si bien, el gobierno de la ciudad no puede apartarse del Plan Distrital de Desarrollo, Bogotá Camina Segura, pues este encierra los compromisos adquiridos con la ciudadanía, si es posible evaluar la efectividad de las políticas, así como profundizar y perfeccionar las medidas integrales que se requieran para el cumplimiento de los objetivos de seguridad que el mismo plan contiene. 

Al respecto de las medidas integrales, es necesario considerar que en varios de los casos más recientes, los menores de edad están involucrados en los delitos, especialmente, en los que se llevan a cabo con armas de fuego, lo que plantea interrogantes sobre la efectividad de las políticas sociales para esta población.

Al respecto, debe recordarse el caso del joven sicario del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe, quien estuvo participando de los programas de bienestar del distrito, de los cuales se retiró antes de relacionarse con las estructuras responsables de este delito. Igualmente, en el intento de hurto que se cometió contra Jean Claude Bossard y que le costó la vida, también estuvo involucrado un menor de edad, quien resultó herido en los hechos y aceptó los cargos de homicidio, porte ilegal de armas y hurto calificado. La persona que lo acompañaba como conductor de la motocicleta fue abatida por la policía. 


 

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