Contradicciones en declaración de Hilda Niño desmontarían supuesto complot contra Uribe
Durante la audiencia del juicio contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez, la defensa reiteró que es jurídicamente imposible que el exparamilitar Miguel Ángel Mejía Múnera haya sido parte de un supuesto complot de testigos falsos, ya que su exclusión del sistema de Justicia y Paz fue definitiva y confirmada años antes de los hechos denunciados.
Según se explicó ante el estrado, Mejía Múnera fue desvinculado formalmente del sistema transicional el 21 de mayo de 2014, mediante una providencia de la Corte Suprema de Justicia, con ponencia de la magistrada Patricia Salazar Cuellar. Además, una decisión posterior del Tribunal Superior de Bogotá del 13 de julio de 2015 ratificó esa exclusión por considerarlo un narcotraficante puro, sin vínculo con estructuras paramilitares.
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Por esa razón, cualquier intento posterior de vincularlo nuevamente, como el que supuestamente habría propuesto el fiscal Carlos Villamil a través de Hilda Niño a inicios de 2016, “habría sido un exabrupto jurídico”, dijo la defensa.
Sostuvo que "las decisiones con efecto de cosa juzgada no pueden ser revividas", y que el señor Mejía Múnera ya no tenía cabida legal en el sistema.
También se expuso que la entonces fiscal Hilda Niño no podía participar de esas decisiones para 2016, ya que, según la misma cronología de su testimonio, había sido apartada del caso en 2014, cuando otra fiscal asumió el expediente y gestionó la exclusión definitiva del exparamilitar.
La defensa fue enfática al afirmar que las versiones presentadas por Hilda Niño en su matriz de colaboración resultan contradictorias y carentes de sustento fáctico.
Particularmente, desmintieron que los exfiscales Eduardo Montealegre o Jorge Perdomo hubieran participado en irregularidades, como ella insinuó en 2018.
Se recordó que en su declaración más reciente ante la jueza, la propia Hilda Niño reconoció que “nunca he dicho que el doctor Eduardo Montealegre me haya dado una orden”, y que su relación con él fue meramente institucional. Del mismo modo, dijo sobre Perdomo, “no hay nada malo del doctor Perdomo… era una orden de la Corte y había que cumplirla”, en referencia a la exclusión de Mejía Múnera.
Finalmente, la defensa insistió en que el supuesto complot de falsos testigos es una narrativa sin sustento jurídico ni probatorio, y que todo se enmarca en un contexto de interpretaciones erróneas influenciadas por terceros como el abogado Diego Cadena.
