Presidente Petro afirma que el progresismo está en deuda con Kanabico y exige legalización integral del cannabis
El fallecimiento de Kanabico Objetor, activista político, antimilitarista y figura del consumo libre de cannabis, estremeció el escenario social y político de Medellín. Su deceso, ocurrido el 29 de noviembre, generó una oleada de mensajes en redes sociales y reavivó discusiones alrededor de su legado, marcado por la confrontación directa al poder y la defensa de las víctimas de la violencia urbana.
A lo largo de su trayectoria, Kanabico se consolidó como un referente para sectores juveniles y colectivos ciudadanos que se identificaban con su actitud frontal y su rechazo a las jerarquías políticas y armadas.
Gracias por todas las enseñanzas y los caminos, gracias por no renunciar a pesar de los ataques, gracias por ser.
“Aquí estamos y estaremos siempre, en el fragor de la lucha o en la quietud de la muerte”. Vuela alto, compañero 💔🥄
Kanabico Objetor Insumiso. pic.twitter.com/NTnGnFi6Ja— AquinoTicias - José Luis Marín (@AquinoTicias1) November 30, 2025
Kanabico fue identificado por su crítica abierta a la violencia estructural en Medellín, sus señalamientos contra presuntos vínculos entre funcionarios y la Oficina de Envigado, y sus choques con figuras como el exalcalde Daniel Quintero.
En sus últimos meses, mantuvo una postura activa de control ciudadano. Presentó ante la Procuraduría General de la Nación una queja disciplinaria contra concejales de la ciudad por el presunto incumplimiento de la Ley 2013 de 2019, que obliga a publicar la declaración de renta y el registro de conflictos de interés.
Kanabico no suavizaba su discurso; su presencia pública se definió por incomodar, incluso a quienes se identificaban ideológicamente con él.
Su muerte coincidió con la fecha en que se conmemoran siete años del hallazgo de los cuerpos de los jóvenes conocidos como Siemprevivos, desaparecidos en el barrio Las Violetas y asesinados en Altavista. La coincidencia reforzó el simbolismo en los mensajes de despedida.
El defensor de derechos humanos Gerardo Pérez, amigo cercano del activista, escribió en Facebook:
“Ni un solo olvido es posible”, remarcando el compromiso de Kanabico con la memoria de las víctimas y contra la impunidad.
¿Qué ocurrió en su funeral y qué dijo Gustavo Petro?
Una publicación en la que se denunciaba la ausencia de dirigentes progresistas en la velación del activista provocó un giro inesperado en la discusión pública. El mensaje señalaba que quienes compartían las banderas por las que Kanabico luchó no asistieron a su despedida.
La crítica llegó hasta el presidente Gustavo Petro, quien respondió a través de su cuenta de X con un mensaje contundente. Según el mandatario, el progresismo tiene una deuda pendiente con Kanabico:
“El progresismo tiene una deuda con el joven muerto Kanabico: aprobar la legalización integral del cannabis. Por no hacerlo Colombia pierde exportaciones y aumenta su propia violencia. Estupidez humana en el Congreso.”
La declaración puso a Kanabico en el centro de la discusión sobre la política de drogas, una causa que él defendió a lo largo de su vida.
El progresismo tiene una deuda con el joven muerto Kanabico, aprobar la legalización integral del cannabis. Por no hacerlo Colombia pierde exportaciones y aumenta su propia violencia. Estupidez humana en el Congreso https://t.co/THYEAkX4uV
— Gustavo Petro (@petrogustavo) December 1, 2025
El debate sobre la legalización integral del cannabis en Colombia vuelve a tomar fuerza en la agenda pública, impulsado esta vez por las declaraciones del presidente Gustavo Petro tras la muerte del activista Kanabico Objetor. Para el mandatario, avanzar hacia un modelo regulado y no prohibicionista permitiría al país aprovechar el potencial económico de la industria del cannabis, reducir los mercados ilegales y desincentivar dinámicas de violencia asociadas al narcotráfico.
El tema, que ha pasado en varias ocasiones por el Congreso sin lograr aprobación definitiva, se convirtió nuevamente en punto de discusión nacional, no solo desde la perspectiva de política de drogas, sino como una deuda histórica con sectores sociales que han defendido esta causa desde el activismo y los derechos humanos.