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Jairo Varela, compositor músico, cantante.... Mi padre!

El 8 de agosto de 2012 se fue Jairo Varela, hoy lo recordamos a través de Cristina, su hija.

Conocí a Jairo Varela en el año de 1.981 en Buenaventura. Me mostró el puerto colombiano del pacifico, ubicado en el departamento del Valle del Cauca. Aprendí con el que en la ciudad portuaria hay cariño, ternura, ambiente de sabrosura. “Son niches como nosotros”, me dijo, “de alegría siempre en el rostro”, y a esa ciudad dedicó la primera canción que le conocí.

Cuesta pensar que Jairo Varela ya no está. Me llevó a Santiago de Cali, me puso a bailar salsa; visitamos Siloé, el Pascual, el Valle del Cauca, y me dejó en claro que “Cali es Cali… lo demás es loma”. Su relación con Cali fue recíproca. Cali le abrió las puertas y su corazón, la ciudad se convirtió en sede del Grupo Niche, una de las orquestas de salsa más importantes del país y del mundo entero, él fue su fundador. En Cali Jairo creció, se hizo grande, cantó, escribió, compuso, lloró, y se enamoró… Cali, le dio a Cristina.

Su hija nació el 28 Junio de 1.990, cuando ya se estaba poniendo el Cielo de Tambores. Su infancia estuvo llena de viajes y canciones; entre congas, maracas, trombones, trompetas y piano, formó parte del Grupo Niche; el proyecto musical más importante de su padre y con el cual los colombianos aprenderíamos a quererlo. Ella es politóloga, casi a punto de concluir su formación en la Pontificia Universidad Javeriana y actualmente es Directora del Museo Jairo Varela.


Allí nos encontramos, en el Museo que rinde homenaje a su padre; estaban con ella Umberto Valverde y Johana Cote; todos teníamos algo en común, un cariño entrañable por Jairo y el deseo de revivir su memoria, su imagen y sus canciones a través de nuestra charla. Nos saludamos, hicimos el recorrido que tradicionalmente realizan los turistas y nos sentamos a conversar. Cristina me habló de él, aquel hombre oriundo del Chocó que conquistó al mundo entero con sus letras y su voz; ese hombre fue su guía, su fortaleza, su luz y el hombre que le llevó de la mano, fue su padre.

Nunca le estreché la mano, no pudimos tomarnos el cholao, nunca le di un abrazo, no le agradecí por sus letras, por sus palabras; pero conocí a Jairo Varela. Lo conocí como muchos colombianos, como lo conoció el mundo entero, en su sensibilidad, en sus mensajes, en su forma de enamorar, en sus letras que hablaban del cariño por su tierra, por la nuestra, por la colombiana; conocí a Jairo en sus canciones y pude incluso conocer el Jairo Varela de Cristina, su hija.

Escuche la historia aquí.

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